El gobierno de Axel Kicillof mira con preocupación el nivel de ocupación de las camas de unidad de cuidados intensivos (UCI), que esta semana llegó al 75,8% en el AMBA y al 55,8% en el interior, y usa ese parámetro -con un margen cada vez más estrecho- como primer factor a poner sobre la mesa a la hora de las decisiones para avanzar con más restricciones. En este contexto sanitario, la administración de Kicillof toma distancia de las acciones que dispone la Ciudad, aunque quisiera que las decisiones fueran en conjunto. La foto de hoy en Casa Rosada se traduce como un guiño en ese sentido. Pero no mucho más.
El gobierno bonaerense no avanzará con el regreso indiscriminado de las clases presenciales, ni la liberación de actividades que hoy se encuentran suspendidas en el AMBA. Es más, podría restringir más actividades o la circulación, algo que una línea del Gobierno de la Ciudad ya empieza a analizar con más énfasis.
“Ojalá podamos acordar medidas con el Gobierno de la Ciudad”, dijo Bianco este martes antes de la reunión con Cafiero y Miguel. Un encuentro al que el bonaerense llegó con datos complejos sobre la realidad epidemiológica del AMBA.
En la última semana se llegó a una positividad del 44,7% sobre un promedio de 22.587 testeos y un sostenimiento de casos desde que rigen las actuales medidas de restricciones. La cantidad de contagios no baja. A saber: en la provincia de Buenos Aires hubo 11.740 casos promedio en la semana del 12 al 18 de abril, mientras que apenas seis casos más se evidenciaron en la última semana (11.746).
También hay preocupación por los datos de los pacientes que entran a terapia. En esta segunda ola es gente más joven y “seis de cada diez personas mueren”, describió Bianco. Alertó también de que, si se trata de personas de mayores de 60 años, la estadística se eleva a siete de cada diez.
El camino que ve la Provincia es sostener las medidas y endurecerlas. La discusión ya no pasa por presencialidad sí o presencialidad no, sino por cuántas camas de terapia intensiva libres quedan.
“Tenemos que bajar los casos”, dijo Gollan este martes reiteradas veces. El actual sostenimiento de casos no le da margen al sistema de camas de cuidados intensivos, que es el principal factor que mira Kicillof. En las últimas dos semanas, el gobernador realizó recorridas por las terapias del Hospital San Roque de Gonnet y San Martín de La Plata. Fueron visitas espontáneas y con poca difusión.
El sostenimiento alto de casos también corrió un poco de escena la discusión por la presencialidad escolar. El gobierno de Kicillof decidió no seguir machacando en ese temario. “Está en manos de la Justicia y definirá, nosotros no tenemos nada que ver”, le dijo a Infobae un funcionario de primera fila del gobierno bonaerense.
En dos días, Bianco, Miguel y Cafiero volverán a verse las caras. Hasta la reunión de hoy, la última vez de Miguel junto a Bianco había sido la semana pasada. Es probable que el gobierno provincial vaya el jueves a la reunión con el mismo esquema con el que hoy se sentó en la mesa y esperando que la Ciudad adopte las decisiones del gobierno nacional.
Algunos gestos del gobierno porteño parecen acercarse a lo que desde hace semanas viene sosteniendo la administración bonaerense. El ministro de salud porteño, Fernán Quirós, admitió que si no comienza a bajar la cantidad de casos -que se “estabilizaron” en los últimos días-, “no hay manera de que el sistema de salud pueda seguir competente” y, en ese caso, deslizó, “habrá que acompañar nuevas restricciones”. En Nación destacaron el primer acercamiento luego de las trifulcas de la semana pasada.
Para la gestión de Kicillof fue una reunión más como todas las que han tenido de esta índole, aunque algo necesaria para retomar la senda de las medidas acordadas. En el tintero quedó hablar sobre la presencialidad escolar.
SEGUIR LEYENDO: