Después de una semana de alta tensión por las diferencias de criterio sobre las clases presenciales en la segunda ola de coronavirus, los jefes de Gabinete de la Nación, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires -Santiago Cafiero, Felipe Miguel y Carlos Bianco- se reunieron en la Casa Rosada como señal de entendimiento. Fue un primer acercamiento entre los segundos en el mando de Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, quienes evaluaron datos epidemiológicos y compartieron perspectivas. Decidieron que por ahora no se tomarán nuevas medidas, sino que evaluarán durante las próximas 48 horas el devenir de los contagios de coronavirus, y luego volverán a reunirse.
Miguel y Bianco llegaron a la Casa de Gobierno pasadas las 12 para participar de la reunión a la que los había convocado su par nacional. Conversaron durante una hora y salieron en simultáneo, pasadas las 13. Durante la semana pasada habían conversado en varias ocasiones, en privado, a pesar del fuerte enfrentamiento público que protagonizaron sus jefes políticos en sendas conferencias de prensa, entrevistas con medios y mensajes por redes sociales. Hoy, decidieron reunirse públicamente, como mensaje de sintonía frente a la amenazante curva de casos y ante la fuerte tensión del sistema sanitario en la Ciudad y la Provincia.
Según pudo reconstruir Infobae, el encuentro se llevó de manera cordial a pesar de los desencuentros públicos de la semana pasada -que siguen vigentes en la Justicia- y se analizaron los datos de circulación y epidemiológicos en el AMBA. El gobierno nacional, pero también el porteño y el bonaerense, evalúan implementar nuevas medidas a partir del viernes, cuando vence el polémico decreto presidencial que firmó Alberto Fernández hace 10 días.
En su despacho, al mediodía, Cafiero brindó a sus pares del AMBA detalles del análisis de situación que transmitieron expertos al gobierno nacional en la reunión celebrada el lunes por la tarde en Casa Rosada. Mientras tanto, Miguel destacó que “hay muestras de que la curva de casos comienza a descender lentamente” pero “coincidió” con sus pares sobre la necesidad de “trabajar en el cumplimiento de las medidas”, según informaron fuentes de la Ciudad a la prensa. La falta de control de las restricciones es uno de los principales reclamos que le habían hecho la Nación y la Provincia a la Ciudad en los últimos días.
Los jefes de Gabinete nacional y porteño sostuvieron en diálogo con Infobae que seguirán monitoreando las próximas 48 horas la evolución de la situación, para volver a reunirse y evaluar la posible adopción de nuevas medidas. Esperarán a que se conozcan nuevos datos sobre el impacto de la vacunación y las medidas restrictivas a la circulación en la curva de contagios.
El encuentro de este mediodía convenía a todas las partes después de la escalada de tensión política que protagonizaron la semana pasada. Durante el fin de semana hubo señales de voluntad de retomar el diálogo. En parte, este cuadro de reconciliación se vio propiciado por la inclinación que mostró un sector del gobierno porteño a mayores restricciones. Aunque algunos funcionarios de la Ciudad insisten en mantener las medidas vigentes, otros, al observar el crecimiento de la tasa de ocupación de las terapias intensivas -en el sector sanitario privado como en el público- dejaron saber que estarían dispuestos a avanzar con mayores restricciones a la circulación, a la actividad comercial y recreativa. El ministro de Salud, Fernán Quirós, admitió que si no comienza a bajar la cantidad de casos -que se “estabilizaron” en los últimos días- “no hay manera de que el sistema de salud pueda seguir competente” y, en ese caso, deslizó, “habrá que acompañar nuevas restricciones”. Por su parte, el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, aseguró: “Si los casos suben, tomaremos nuevas medidas”.
En paralelo, sigue vigente la pelea entre la Nación y la Ciudad por las clases presenciales. Alberto Fernández decretó que se suspendieran por dos semanas y el jefe de Gobierno porteño, Rodríguez Larreta, presentó una medida cautelar ante la Corte Suprema para frenar la medida y declararla inconstitucional, entre otros motivos, porque viola la autonomía porteña. La Nación postergó hasta último momento la defensa que le requirió el máximo tribunal la semana pasada, y la presentó recién el lunes por la noche, al límite del final del plazo que se le había otorgado. El DNU presidencial con las nuevas medidas vence el viernes. Si la instancia más alta de la Justicia no se expide hasta entonces, el amparo podría considerarse como una cuestión “abstracta”. Tanto en la Casa Rosada como en la Ciudad, si bien esperaban un fallo a su favor, evaluaban ese escenario como el menos dañino.
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