Debe haber sido la reunión más triste que protagonizaron Alberto Fernández y Sergio Massa en la actual administración peronista. El Presidente y el titular de Diputados se encontraron a la mañana de este lunes en Olivos para avanzar en la sucesión de Mario Meoni, que murió el viernes pasado en un accidente de tránsito yendo a su casa familiar en Junín. Los dos recordaron con aprecio y dolor al ministro de Transporte que ejercía sin mirar la hora, y los dos acordaron reglas de juego para encontrar a un reemplazante que respete su agenda de trabajo y su mirada institucional en los proyectos de largo alcance.
Alberto Fernández y Massa se encontrarán mañana en la Casa Rosada -quizás un almuerzo si coinciden las agendas propias- y allí el líder del Frente Renovador presentará al jefe de Estado una terna integrada por dos candidatos y una candidata. Massa definirá hoy a su terna, la guardará bajo siete llaves, y la entregará in voce en Balcarce 50.
El jefe de Estado y el diputado acordaron este mecanismo durante su cónclave en Olivos, y terminaron de definirlo durante el viaje en helicóptero que compartieron hasta Merlo, donde Alberto Fernández y Massa rindieron tributo al ministro Meoni.
“En este momento, donde todos sentimos la pérdida de Mario (Meoni), deberíamos entender cuánto vale la vida. La vida vale mucho. Es lo más valioso que tenemos”, aseguró el jefe de Estado.
Alberto Fernández recibirá la terna de Massa y resolverá la designación antes del fin de semana. Es un cargo poderoso que pertenece al Frente Renovador -por los equilibrios internos en el Gabinete- y que el Presidente respetará sin ninguna duda. Cristina Fernández de Kirchner siempre tiene poder de veto, pero no puede colonizar un ministerio que corresponde al espacio político del titular de la Cámara baja.
Cecilia Moreau encabeza la lista de posibles sucesores de Meoni.
El Presidente y Massa están de acuerdo con el perfil del futuro ministro de Transporte: activo y con suficiente capacidad política para conducir una negociación doméstica con gobernadores e intendentes, y a su vez imponer condiciones a los posibles oferentes de la Hidrovía, un proyecto geopolítico que enfrenta a Estados Unidos con China.
Un funcionario que funcione -como era Meoni-, utilizando la jerga que aplicó CFK en su carta posteada a un año de la llegada al poder del Frente de Todos.
La muerte inesperada del ministro de Transporte conmovió a Alberto Fernández y Massa. Y los dos, sin ponerse de acuerdo, repelieron todas las insinuaciones orientadas a conocer el nombre del sucesor de Meoni. Mientras el jefe de Estado y el titular de Diputados mantenían estricto luto, y apenas podían conciliar el sueño, en el serpentario legislativo preguntaban por lo bajo quien ocuparía ese puesto clave del Gobierno.
—¿Ya sabés el nombre? —inquirió un diputado peronista.
—La política no es un show que debe continuar a pesar de todo. No quiero que caminen sobre el cadáver de mi amigo. ¿Ok? —contestó Massa con la poca paciencia que le quedaba.
Alberto Fernández y el líder del Frente Renovador blindaron la toma de decisión y se comprometieron a definir antes del fin de semana al ministro que pueda continuar el legado de Meoni. Los dos a solas lloraron por la tragedia y los dos juntos decidirán al sucesor del amigo personal que perdió la vida viajando bajo la lluvia para encontrarse con su familia en Junín.
A diferencia de una crisis común de Gabinete, con renuncias de ministros que se van con rencor, al Presidente y al diputado les toca protagonizar un acto institucional que no estaba en sus cálculos de poder ni en sus expectativas políticas.
La jura sería el viernes, a una semana de la muerte de Meoni.