El acuerdo por la postergación de las PASO está casi cerrado. Solo resta una respuesta por parte del Gobierno sobre la única cláusula que le exigió Juntos por el Cambio para la aprobación de la ley: que la fecha de los comicios no puedan volver a modificarse. También pidieron que se implemente la boleta única, pero es impracticable en el corto plazo. Además, el peronismo lleva tiempo resistiéndose a esa modificación en las reglas electorales.
Esta semana será clave. El Gobierno debería responder la condición de la oposición y acordar una fecha de la próxima semana para poder tratar la ley en el Congreso. Antes del 10 de mayo debería estar el caso cerrado. Es la fecha límite para realizar modificaciones el calendario electoral. El acuerdo está encaminado y esa realidad generó voces disidentes dentro de Juntos por el Cambio.
Este domingo salieron a la cancha, a jugar en tándem, Emilio Monzó y Nicolás Massot, dos referentes del sector con anclaje peronista que sobrevive dentro de la coalición opositora. Sin lugar en la mesa nacional del espacio político, el esquema político que también conduce el exministro del Interior Rogelio Frigerio, marcó su disidencia con el acuerdo de la oposición con el Gobierno para postergar las PASO.
“Si postergamos las PASO vamos a caer en una trampa, correr 25 días la elección no va a hacer la diferencia”, expresó el ex presidente de la bancada PRO en la Cámara de Diputados. Además, considero “es bastante anticipable que en septiembre la situación epidemiológica no va a ser muy distinta a la de agosto”. No hay argumentos demasiado sólidos para postergar los comicios cuando en otros países se pudieron llevar adelante. Eso piensa.
Monzó, Massot y Frigerio consideran que no tiene ninguna lógica el aplazamiento de las PASO por un mes. “¿Por qué 25 días? ¿Qué van a hacer esos 25 días? ¿Cómo es el calendario de vacunación? ¿Cómo viene la compra proyectada de vacunas? No informan nada”, se preguntaron los tres en una conversación que tuvieron hace unos pocos días. Luego, decidieron levantar la voz dentro de Juntos por el Cambio, hacer ruido e intentar ganar un lugar en la discusión interna.
Todos entienden que la situación sanitaria no es una restricción para ir a votar cuando hay más de 50 países que el mundo votaron. Hablan de firmarle un “cheque en blanco al Gobierno” y sostienen que la implementación de la boleta única debería ser una condición para lograr un acuerdo. Lo ven como un sistema que aportaría a los cuidados sanitarios a la hora de votar en el medio de la pandemia.
En una entrevista televisiva Emilio Monzó dejó entrever su postura diferente respecto al acuerdo sellado por Juntos por el Cambio. “Hablamos de suspender las elecciones. Terminemos con la boleta sábana. El coronavirus desnudó que no va más el sistema electoral que tenemos. No conocemos a los legisladores”, expresó.
Pero ellos tres no fueron los únicos que se desmarcaron del acuerdo que cerró la cúpula de Juntos por el Cambio. El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, tampoco está de acuerdo con el corrimiento de los comicios. Lo dijo en una convención de la UCR en su provincia. Consideró que era el momento de expresarlo, más allá de que el pacto entre las partes esté casi cerrado.
“Seguimos siendo furgón de cola, cumpliendo las órdenes del PRO”, sostuvo el mandatario jujeño, que desde hace tiempo le reclama a su partido tener mayor protagonismo en la toma de decisiones de Juntos por el Cambio. Morales cree que el acuerdo sobre las fecha de las PASO lo cerró el PRO y el radicalismo solo se sumó cuando ya estaba todo cerrado.
”Es una medida poco inteligente y antiestratégica”, sostuvo el dirigente de la UCR. Para el gobernador el PRO marca el ritmo de los acuerdos con el Gobierno y su partido no logra golpear la mesa para posicionarse en la interna. El acuerdo por las PASO es un ejemplo.
La semana pasada hubo un giro en la posición de la oposición que, internamente, había analizado que el mejor camino era esperar a que la Corte Suprema se expida sobre el conflicto con la presencialidad en los colegios, que enfrenta al gobierno nacional con la administración porteña de Horacio Rodríguez Larreta, para después discutir un posible acuerdo con el Frente de Todos.
Sin embargo, antes de culminar la semana el interbloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados emitió un comunicado en el que dejó en claro que aceptaba la propuesta del Gobierno. Ese acuerdo generó posturas encontradas en el interior del espacio, donde los liderazgos están cada vez más marcados pero, a día de hoy, lo que existe es una mesa de negociación horizontal, y no un esquema de verticalidad política con un solo líderazgo.
SEGUIR LEYENDO: