Con más de 20 cortes de rutas que se mantienen desde hace 16 días en la provincia de Neuquén, la actividad petrolera en Vaca Muerta continúa casi paralizada y las empresas del sector miran a la Casa Rosada en busca de soluciones que no llegan.
Mientras el gremio de los petroleros amenaza con movilizar 30.000 trabajadores para romper con las protestas de los sectores de la salud, las empresas cuentas las pérdidas de a millones de dólares y avisan al gobierno nacional que se vienen incumplimientos de contratos y faltantes.
“Enviamos cartas al ministro de Economía, Martín Guzmán, al secretario de Energía de la Nación, Darío Martinez, y hasta ahora no tenemos respuesta. Hasta ahora sólo nos explicaron que es jurisdicción de la provincia y no van a intervenir, pero el conflicto no para de escalar y nosotros no paramos de perder dinero”, explicaron a Infobae desde una de las grandes petroleras que operan en la región.
En la Casa Rosada siguen el conflicto a la distancia. No intervienen, esperan en silencio que el gobernador Omar Gutiérrez logre alguna solución luego de más de 15 días de protestas ininterrumpidas. Pero todos miran a Martínez.
“Es un hombre de la provincia y con llegada en los sindicatos y en las empresas. Si aspira a algo más lo tiene que resolver”. El “algo más” al que hace referencia un hombre con acceso al despacho presidencial se refiere a las intenciones del secretario de ser gobernador y arrebatarle al Movimiento Popular Neuquino una provincia fundamental en el entramado económico de la Nación.
Sin embargo, a pesar de ese distanciamiento que dice poner la Casa Rosada, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, está llevando el caso personalmente y este viernes le llevo al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, posibles soluciones a las demandas de los trabajadores de la Salud que serán analizadas este fin de semana en la Quinta de Olivos.
En el medio quedaron las empresas que ya evalúan medidas como, por ejemplo, un pedido de amparo frente a la Justicia. Algunas compañías prevén declarar la situación de “fuerza mayor” para poder renegociar los contratos, tanto los que están dentro del Plan Gas —los volúmenes de producción que fueron comprometidos con el Gobierno— como con sus clientes y con las firmas contratistas que les prestan distintos servicios.
A esto se le suma los contratos de exportación de gas que son dólares frescos para el sector. Estos son acuerdos que el sector ya tiene comprometido y que el Gobierno lentamente les va avisando que la prioridad es el consumo local.
Pero además de las empresas, el Estado está perdiendo mucho dinero. “Cammesa está perdiendo alrededor de 10 millones de pesos por día desde que empezó el conficto. E YPF tiene prácticamente paralizada la actividad petrolera de Neuquén y complica el abastecimiento de combustible en toda la Patagonia Norte. Hay unos 45 equipos de perforación, fractura y terminación que no pueden operar a causa de los bloqueos. Hay otros 10 que podrían parar su actividad en los próximos días si no logran ser abastecidos. Se registra una pérdida de producción de unos 3 millones de metros cúbicos y alrededor de 5.000 barriles de petróleo diarios. Este volumen se hace mayor a medida que pasan los días. Las pérdidas económicas acumuladas para el sector rondan los 30 millones de dólares”.
Más allá de la pérdida presente, se calcula que hay alrededor de 3 millones de metros cúbicos diarios comprometidos para el plan gas que no llegarán a tiempo para el invierno, obligando al Estado a cortar el gas para las centrales eléctricas y/o la industria o suplantarlo por líquidos más caros. Es importante señalar que el gas domiciliario no se puede interrumpir. Esta situación se genera por la imposibilidad de conectar pozos ya terminados y finalizar aquellos que ya están perforados.
La imposibilidad de inyectar este gas producido en el país en invierno, obligará al Estado Nacional a tener que importar combustibles de reemplazo por alrededor de 200 millones de dólares.
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