El plan de Horacio Rodríguez Larreta para las elecciones en la ciudad de Buenos Aires ya está definido. No quiere consensuar una lista de candidatos a diputado con Patricia Bullrich, sino competir con ella en las PASO para resolver el permanente desafío de la presidenta del PRO a su liderazgo. Y su primera postulante, según dos prominentes figuras del Gobierno porteño, está elegida: María Eugenia Vidal.
Claro que primero el jefe de Gobierno tiene que convencer a la ex gobernadora de volver a la política en la Ciudad. Vidal aún no definió si será candidata en las próximas elecciones y mucho menos si lo haría en Capital o en Provincia de Buenos Aires, aunque algunos ven un indicio: se mudó al barrio de Recoleta. Para Rodríguez Larreta, es la postulante que mejores resultados le garantizaría en su distrito mientras que para ella sería la alternativa más segura para superar la derrota de 2019 y reinventarse para 2023.
El alcalde porteño habla todos los días con la ex mandataria bonaerense, pero aún no le arrancó el sí. “Voy a hacer campaña en los dos lados de la General Paz, sea o no sea candidata”, le anticipó Vidal a Infobae hace dos semanas. Lo cierto es que la dramática situación sanitaria impuso un lógico freno a los aprestos electorales en el Gobierno de la Ciudad, que se acentuó luego de que Juntos por el Cambio aceptó postergar por un mes las PASO y las elecciones generales. Hay 30 días más para que Vidal medite qué hacer.
El conflicto con el Gobierno por las clases presenciales motivó también que se suspendiera el encuentro reservado que estaba previsto hace dos semanas entre emisarios de Rodríguez Larreta y de Patricia Bullrich para definir la estrategia electoral en el distrito. “Ahora no hay fecha ni apuro de ninguno de los dos lados para hacer la reunión”, admitió un miembro del equipo de la jefa del PRO.
Aun así, las tensiones se mantienen intactas. Bullrich terminó avalando la postergación de las PASO que aceptaba Rodríguez Larreta desde un principio, aunque la ex ministra de Seguridad recorrió este viernes el barrio de La Boca con aires de campaña y se quejó de la falta de ayuda a los gastronómicos, comerciantes y artistas en términos que parecieron dirigidos al jefe de Gobierno, sobre todo porque no atacó a la Casa Rosada.
Las diferencias entre ambos son irreconciliables. Y la relación se deterioró en la medida en que la titular del PRO dio señales de que quería encabezar la lista de candidatos en la Ciudad justo cuando su imagen comenzaba a crecer en las encuestas. Desde ese momento, “detener el ascenso de Patricia” se convirtió en la consigna del larretismo y, a la vez, puso en evidencia un dilema: ¿cómo hacerlo?
Bullrich busca liderar la lista porteña y ubicar a su gente en lugares expectables de la nómina, pero un acuerdo entre ambos sectores para integrar las listas es un riesgo para el jefe de Gobierno porque si la presidenta del PRO hace una muy buena elección lo obligaría a aceptarla como una figura de peso en la Ciudad y se convertiría en un desafío a su liderazgo, justo cuando todo está preparado para iniciar su proyecto presidencial y necesita dejar un distrito políticamente ordenado y en manos de un sucesor confiable.
“Esta vez dejala pasar”, le aconsejaron a Rodríguez Larreta dirigentes de su entorno, convencidos de que era preferible consensuar los lugares en las listas antes que arriesgarse a que efectivamente Bullrich, con su impronta dura, avanzara a fuerza de votos. Pero el jefe de Gobierno se negó: quiere definir todo en las PASO y terminar con la pelea interna que más lo desvela. Su postura coincide con la de Mauricio Macri, para quien resolver las postulaciones en las primarias en todo el país le dará más legitimidad a la oposición ante la sociedad y evitará la tentación de confeccionar las listas “a dedo”, una práctica que puede agravar disputas personales y políticas.
Fanáticos de las encuestas, los estrategas del Gobierno de la Ciudad se entusiasmaron con la eventual candidatura del ministro de Salud, Fernán Quirós, una figura que irrumpió durante la pandemia, está haciendo una gestión eficaz y despierta confianza entre la gente común, pero quedó descartado en la medida en que se agravó la emergencia sanitaria y su continuidad se tornó indiscutible.
Rodríguez Larreta pensó en Vidal para encabezar la lista porteña como una solución a sus problemas para oponerle a Bullrich una figura de peso, aunque también para brindarle a ella una alternativa menos traumática para volver a la política después de tantos meses de silencio y replanteos personales. Y Elisa Carrió, mientras pedía públicamente que “hay que cuidar” a Vidal, también le desaconsejó a la ex gobernadora reaparecer en un distrito tan implacable como la provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo iba a dedicarse a despedazar sus cuatro años de gestión y una posible derrota en las urnas le podía complicar su futuro político.
Un referente de Juntos por el Cambio reveló a Infobae que, preocupado por Vidal, el jefe de Gobierno incluso había pensado en ofrecerle sumarse a su equipo como jefa de Gabinete, una alternativa ideal para que tuviera un regreso protegido y para que la gestión en la Ciudad de Buenos Aires le sirviera de vidriera para el armado de su candidatura presidencial en 2023.
¿Y si Vidal finalmente no acepta ser la primera candidata de Rodríguez Larreta? El alcalde porteño no tiene demasiadas opciones. Sabe que otra carta fuerte es la de Diego Santilli, pero es la que lo dejaría más expuesto en la gestión. El vicejefe es un todoterreno que le soluciona muchos problemas cotidianos que se le presentan, incluso porque es el nexo extraoficial con la Casa Rosada a través de Julio Vitobello, secretario general de la Presidencia, y mantiene un canal de diálogo con la propia Bullrich.
En todo caso, Rodríguez Larreta preferiría sacrificar una pieza estratégica como Santilli para jugarla en la Provincia de Buenos Aires, distrito donde tiene que hacer pie para avanzar con sus aspiraciones presidenciales. Allí, la principal resistencia al desembarco del vicejefe porteño surge del intendente de Vicente López, Jorge Macri, y del resto de los jefes comunales que integran el Grupo Dorrego, objetivo al que se sumó la flamante agrupación bonaerense Somos Equipo, apadrinada por la jefa del PRO y avalada por Macri.
Según interpretan en el equipo de Bullrich, la elección de Vidal como primera candidata a diputado nacional en la Ciudad tampoco le garantizaría a Rodríguez Larreta un triunfo fácil en las PASO: “Antes que nada, ella tendría que explicar por qué no es candidata en Provincia, que sería lo más natural luego de haber sido gobernadora. Además, en las PASO vota el núcleo duro de tu electorado y ahí Patricia está primera en las encuestas, por más que tenga un techo electoral más bajo que las palomas de Juntos por el Cambio”.
¿A Bullrich le conviene competir en las PASO o consensuar una lista con Rodríguez Larreta? “No hay nada ideal -advierte uno de los principales colaboradores de la ex ministra de Seguridad-. Quizá sea mejor una lista consensuada con buena presencia de los nuestros, pero esa opción es muy difícil. También es cierto que Patricia no está desesperada por ser diputada. Ya lo fue cuatro veces. Una alternativa sería entablar una negociación global, abriendo otras posibilidades, pero eso nunca se planteó ni se conversó”.
Tanto duros como moderados de JxC coinciden en que no se puede hablar de candidaturas en medio de la ola de contagios, el récord de muertes, las pocas vacunas y los pronósticos sanitarios más sombríos, pero todos reconocen que en algún momento habrá que ocuparse de las elecciones. Cuando eso suceda, uno de los focos principales estará puesto en la dura interna opositora en la Ciudad de Buenos Aires y allí se sabrá por fin si la carta de Rodríguez Larreta para ganarle a Bullrich tiene el rostro de Vidal.
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