A Mariela Coletta le sienta bien la idea de liderar y ocupar espacios antes de que otros lo consigan. A los 22 años se convirtió en la mujer más joven en presidir el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). A los 26, la más chica en formar parte de la Auditoría General de la ciudad de Buenos Aires.
La semana pasada fue nombrada presidenta de la UCR Capital, suceso que le permitió -con tan solo 31 años- atravesar otra barrera en su vida: es la primera mujer que lidera el histórico partido en el territorio porteño.
“En la secundaria siempre fui de ser la voz del reclamo del curso”, cuenta Coletta en su visita a Infobae, la cual se dio el mismo día en que Justina, su hija, cumplía cinco meses de vida. “Mi familia no participaba activamente en la política”, revela.
Su papá -jubilado- trabajaba en la imprenta del Congreso de la Nación. Su mamá, ama de casa, dio clases de computación de grande. Tiene un hermano mayor y transitó su adolescencia en una casa que no ponía sobre la mesa ningún tema político más que lo cotidiano, hecho al cual contribuía su abuelo, quien cada domingo llegaba con varios recortes de diarios para discutir lo que en ese entonces acontecía.
Nació en Lomas de Mirador y a los 18 se mudó a la ciudad de Buenos Aires para iniciar el Ciclo Básico Común en la universidad. Vivió en Balvanera, Constitución, Mataderos y Liniers, entre otros barrios porteños.
Actualmente forma parte del espacio Evolución Radical, liderado por el senador nacional Martín Lousteau, uno de los referentes del radicalismo de la Ciudad que impulsó su nombramiento en la UCR Capital.
—Hace un mes se celebraron las elecciones internas de la UCR en Córdoba, la ciudad y la provincia de Buenos Aires, ¿qué balance hicieron?
—Evidentemente las elecciones muestran que hay un radicalismo que pide una renovación, algo distinto. Nuestro espacio estuvo a punto de ganarlas en esos distritos y ganó las de Capital Federal. Estamos pidiendo que el radicalismo sea más protagonista, que tome decisiones, que tenga nuevas ideas y se anime a ponerlas en práctica. El radicalismo estuvo cómodo en un lugar legislativo y nosotros estamos planteando ir más allá. Queremos ser más protagonistas, tener una voz fuerte.
—¿A qué te referís con comodidad?
—Siempre fuimos socios de una coalición como en un papel minoritario. Un socio que no levantaba mucho la voz en la coalición. Me parece que por ahí pasa la comodidad. Lo que yo estoy planteando, o lo que estamos planteando desde la Capital, es ser un socio muy activo con una voz muy fuerte.
—¿Tuvieron ese protagonismo durante la presidencia de Mauricio Macri?
—Creo que podría haber tenido un rol más protagonista. En 2019 decidimos que había que ampliarse mucho más y darle a la gente otra opción. La alternativa terminó siendo Alberto Fernández y no se escuchó la opinión del radicalismo.
—¿Hacer qué, por ejemplo?
—Salir a buscar a los afiliados que se fueron, darle lugar a los jóvenes, a las mujeres. Esa es la gran diferencia que estamos planteando en este nuevo objetivo que tenemos en el partido.
—¿Cuál es el rol de la presidenta de UCR Capital?
—El rol, principalmente, es incluir a todos. Y sobre todo salir a conquistar a más gente. Yo me propongo por lo menos eso. Me propongo salir a buscar a más jóvenes, darle lugar a los jóvenes dentro del partido. Y también a las mujeres. Tenemos aplicada la paridad en la mesa directiva, me parece que la cuestión cultural hay que seguir trabajándola siempre.
—¿Cuánto dura el mandato?
—Dos años. Siempre que vence el plazo vamos a elecciones.
—¿Cómo se hace para conquistar a los jóvenes?
—Cuando hay crisis hay una mirada antipolítica, de que la culpa la tienen los partidos. Está en los partidos salir a buscar eso, a reinvidicar la política. El diferencial va a estar en darnos más debates con los jóvenes. Estamos cansados de escuchar siempre lo mismo.
—¿Qué mirada tenés sobre la UCR nacional? Sobre las autoridades que la encabezan y sobre la participación en el día a día en la política...
—Un radicalismo que por ahí está un poco cómodo. No lo pongo en términos personales porque inclusive me parece que (Alfredo) Cornejo fue un gobernador excelente, sino que hablo de cómo funciona el partido. Me parece que tiene que trabajar en tener una voz mucho más potente, en esto que hablábamos de darle lugar a más jóvenes, de ser más protagonista de la coalición que sea que formemos. Las críticas pasan por ahí. Primero que todo en empezar a impulsar este cambio generacional que tanto hace falta también.
—¿Qué debería hacer la UCR Nacional?
—El radicalismo tiene que tener muchos candidatos, no uno solo. Trabajar en tener muchos referentes posibles, y sobre todo tener alguna opción para competir en las PASO dentro de una coalición. Tenemos que trabajar en ampliar Juntos por el Cambio.
—Te leí hablar de modernización... ¿Te duele cuando se dice que la UCR es un espacio de políticos que se van reciclando en diferentes cargos?
—Lo que creo es que no se conoce lo que hay tanto dentro del partido. Tiene una juventud muy grande y muy interesante; que se forman para algún día ejercer espacios de gestión. Hay que aprovechar ese valor y mostrarlo mucho más.
—¿Cómo ves el radicalismo hoy?
—Tengo muchas críticas en mi partido, sobre todo hacia dónde tenemos que ir. Por eso propongo una renovación dentro del partido. Ser un partido más fuerte, que tome más decisiones.
—¿Qué sentís cuando se asocia al radicalismo con aquellas gestiones en las que sus dirigentes fracasaron?
—A mí me parece que el radicalismo tuvo mucho tiempo que cargar con una mochila que ya no le pertenecía. En mi caso, recuerdo una anécdota: la primera vez que salí a militar en las calles con el radicalismo fue en Florida y Perú y me agredieron verbalmente. Y yo decía: “Tengo 18 años, ¿cómo puede ser que en la calle me estén diciendo esta barbaridad? ¿Por qué me hacen cargo a mí de algo que sucedió cuando yo tenía 12?” Me parece que nuestra generación, o por lo menos la mía, ya soltó esa mochila y ya está trabajando en cómo construir un partido. Sin dudas la herramienta para llegar a espacios de poder y representación son los partidos políticos. El sistema electoral está pensado de esa manera y así tiene que ser porque es lo más democrático que existe para llegar a esos lugares. Entonces construyamos mejores partidos, por ahí pasa la claridad de no tener que responder cosas que pasaron hace mucho tiempo.
—¿Por qué elegiste ser contadora pública?
—A los 18, a muchos chicos les pasa, no sabés muy bien a qué te querés dedicar el resto de tu vida. Me anoté en Económicas y luego mi vida dio un giro, no me dedico a ejercer la profesión netamente. Después me involucré mucho con todo esto.
—Desde dicidiembre de 2015 estás en la Auditoría Pública de la Ciudad, ¿qué trabajo hacés ahí?
—La Auditoría controla todo lugar en donde la ciudad de Buenos Aires utiliza recursos públicos. Se evalúa la transparencia de los recursos y la eficiencia que tiene el gobierno porteño al ejecutar las políticas. Somos siete auditores generales, elegidos a propuesta de los partidos políticos en la Legislatura porteña. Todos los votos son iguales.
—¿Dónde se presenta lo auditado?
—Se remite a quien fue controlado y a la Legislatura porteña, el órgano a quien nos debemos como Auditoría. La sociedad no los conoce, muchas veces no saben que hay una Auditoría en la ciudad de Buenos Aires. Nos falta incorporar esta cuestión de acercarnos a estos informes y que el Estado le acerque los informes a la gente.
—Martín Lousteau fue quien impulsó tu nombramiento y también es el líder del espacio al que pertenecés, ¿creés que algún día va a ser jefe de Gobierno porteño?
—Como expresión de deseo te digo que sí. Martín es muy capaz para conducir cosas grandes y darle transformaciones. Martín está para cambiar un montón de realidades, en el lugar que sea necesario tiene que estar. No hay proyecto para transformar las cosas que termine en la ciudad, ¿en qué lugar? Se verá con el tiempo.
—¿Cómo percibís las políticas de género que lleva a cabo el gobierno nacional?
—Creo que se ha avanzado en términos de igualdad de género. Siempre quedan cuestiones pero en los últimos años vimos transformaciones importantísimas. El ejemplo de poder llegar a una paridad de género en un partido político es uno de los avances más importantes que tenemos.
—¿Tenés alguna mujer radical como referente?
—En el radicalismo me encanta destacar a algunas mujeres que por mucho tiempo fueron invisibilizadas: Florentina Gómez Miranda, la autora de la ley del divorcio vincular, Elvira Rawson y Gabriela González Gass, tres ejemplos del partido. Nuestra función es destacarlas.
—Te quiero nombrar algunas mujeres de la política para que me brindes tu opinión sobre ellas.
—Dale.
—Cristina Kirchner.
—Una líder muy importante, pero autora de la grieta.
—María Eugenia Vidal.
—Una gran referente, muy valiente.
—Elisa Carrió.
—Una voz muy potente.
—Patricia Bullrich.
—Te diría que es otra voz fuerte.
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