“La pandemia es una suerte de mar, donde las olas parecen irse pero vuelven todo el tiempo”, aseguró el presidente Alberto Fernández en momentos donde la segunda ola de coronavirus no da tregua y marca estadísticas récord. Este viernes, se registraron 557 muertes y 27.884 contagios, cifras que elevan a 2.824.652 los infectados por COVID-19 y a 61.176 los fallecidos desde la llegada del virus a la Argentina.
A pesar de las nuevas medidas de restricción en la circulación nocturna que decretó el gobierno, los números no ceden y fue el propio Jefe de Estado quien volvió a hacerle otro pedido a la población: “Lo mejor es tratar de quedarse en su casa, circular lo menos posible, no tener encuentros sociales, abrir ventanas para que el aire circule y mantener la distancia social”.
Al ser entrevistado en Radio 10, insistió en la necesidad de entender que “estamos muy lejos de haber pasado el problema” y puso como ejemplo de que muchas veces los hijos no le hacen caso a los padres. “Es como el papá que le dice al nene que no se asome a la ventana porque tiene miedo que se caiga y el nene quiere disfrutar la vista y no entiende por qué no lo dejan. Entiendan que las medidas pueden parecer antipáticas, pero lo único que quiero es cuidar a la gente”, enfatizó.
Reiteró que en muchos casos la gente se relaja en los cuidados porque “es un virus que la gente no percibe y no sabe de dónde viene” y recordó que al día de hoy aún no dónde y cómo contrajo COVID-19. “Yo no sé quién me contagió. No detecté a nadie que pudo haberse contagiado y haberme visto. No nos descuidemos porque el problema está muy presente”, remarcó Fernández.
Al analizar la saturación del sistema sanitario del AMBA, que está trabajando casi al tope de su capacidad, el Presidente dijo que ayer se reunió con el gobernador bonaerense Axel Kicillof porque le preocupa lo que ocurre con la ocupación de las camas de terapia intensiva.
“Tenemos que buscar la forma de ampliar el número de camas de terapia en GBA porque terminan muchos porteños que no encuentran lugar en sanatorios privados y hospitales públicos”, sostuvo el Jefe de Estado al advertir que el sistema de salud porteño no está absorbiendo la demanda de sus pacientes.
“Más allá de los datos estadísticos que se muestran voy a decir la realidad: las personas que se enferman en la Ciudad de Buenos Aires deambulan buscando una cama y terminan en el Gran Buenos Aires atendidos”, graficó.
" No podemos hacernos los distraídos y mentir con las estadísticas. La única estadística que cuenta como estadística es aquella persona que deambula 20 horas seguidas buscando una cama donde atenderse. Eso es algo que dicen los dueños de los sanatorios privados que atienden al 82% de los porteños”, enfatizó Fernández mientras desde el gobierno porteño insisten, entre otros puntos, con la presencialidad escolar.
Y agregó: “En un momento en que vemos con tanto dolor a chicos jóvenes contagiados que están en terapia, no podemos convertir esto en un debate político y menos judicializar en medio de la pandemia una situación de esta naturaleza”.
Consultado acerca de la nueva más vacunas, el Presidente aseguró que está permanentemente trabajando en esa cuestión: “No saben el tiempo que le dedico a hablar con presidentes para conseguir vacunas. Seguimos trabajando con el Instituto Gamaleya y con la Federación Rusa y ahora se abre esta la expectativa de producir la vacuna Sputnik en la Argentina”.
También dijo que espera que AstraZeneca cumpla con su compromiso con América Latina y admitió que la semana pasada mantuvo un llamado telefónico con el CEO de ese laboratorio donde le transmitió su malestar por las promesas incumplidas. “Argentina, produjo cerca de 30 millones de principios activos y no nos han dado las vacunas que se comprometieron a traer”, se lamentó. Y admitió que el gobierno también está en tratativas con otros laboratorios para comprar dosis de Moderna, Pfizer y Jansen.
Advertido sobre la necesidad imperiosa de abastecerse de vacunas y de la importancia de que los argentinos respeten los protocolos de cuidado para que el virus no siga matando gente, Alberto Fernández concluyó diciendo que “después de tanta melancolía, pena y herida sólo se trata de vivir, y estamos trabajando para que la gente viva”.
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