El presidente Alberto Fernández volvió a referirse a su decisión de suspender las clases presenciales en el Área Metropolitana a través de un decreto de necesidad y urgencia que provocó una fuerte polémica con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Al encabezar una reunión del gabinete federal en Rosario, el jefe de Estado habló sobre los desafíos que enfrenta su gestión en medio de la pandemia de coronavirus. Y explicó: “Cuando tomé la decisión de que no sigamos con las clases presenciales, fue producto de haber visto que en los últimos 20 o 30 días habían crecido los contagios de menores de 19 años por encima del 200 por ciento”.
“¿Y me hago el distraído? ¿Miro las encuestas? ¿Qué hago? Llamo a los que saben, y los que saben me dicen que cuando ponemos en funcionamiento el sistema educativo, la circulación crece un 30% más y esa circulación lleva el virus encima y multiplica los contagios”, continuó.
Si bien no lo nombró, sus palabras tuvieron como destinatario a Horacio Rodríguez Larreta que no sólo enfrentó políticamente su decisión de mantener las escuelas cerradas durante 15 días, sino que también desoyó un fallo de la Justicia federal que le ordenó suspender el ciclo lectivo hasta tanto la Corte Suprema se expida sobre la cuestión de fondo.
El máximo tribunal debería dictar una sentencia la próxima semana. Por lo pronto, el gobierno nacional ya trabaja en un esquema de presencialidad administrada que empezaría a regir en mayo.
Durante un discurso que finalizó con el Presidente cantando “Sólo se trata de vivir”, de Litto Nebbia -un rosarino-, pidió: “Este es un tema muy difícil, debemos cuidarnos mucho por más que nos pese después de un año; el virus no se fue, el virus vuelve con más virulencia y nosotros tenemos la capacidad de la experiencia, que nos dice que todo empezó en la Ciudad, se extendió al AMBA y empezó a irradiar al resto del país”.
Durante un extenso acto que incluyó discursos del gobernador Omar Perotti y de los ministros Eduardo “Wado” de Pedro y Santiago Cafiero -entre otros-, Fernández retomó las palabras del ex presidente de Uruguay José “Pepe” Mujica sobre el impacto de la “grieta” en la sociedad.
“Dijo algo que me duele, pero es verdad. Hay una parte de la Argentina que está enferma de odio y el odio no ayuda a nada. El odio nos frena, el odio nos lleva a festejar la derrota del otro, no el triunfo de uno. Y eso no sirve para nada en este momento en el que estamos viviendo un tiempo en el que tenemos que golpear puertas para buscar vacunas”, sintetizó.
Antes había dicho que a esta altura de su mandato se había imaginado trabajando en el crecimiento de la Argentina y no en la gestión de una pandemia con final incierto.
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