Horacio Rodríguez Larreta se puso el traje de dirigente con aspiraciones nacionales este jueves en un evento organizado por Fundación Mediterránea que convocó a empresarios y periodistas cordobeses.
El jefe de Gobierno de la Ciudad se desentendió por algunos minutos de la coyuntura porteña y de las peleas con el Gobierno por las clases presenciales para hablar sobre su visión de país, la grieta y los desafíos electorales del 2023.
Sobre el final del encuentro y en el marco de una ronda de preguntas, llegaron las definiciones más interesantes del dirigente de Juntos por el Cambio. El empresario Piero Venturi fue al grano y consultó: “¿Cuáles son sus aspiraciones políticas?”.
“Tengo una responsabilidad enorme durante los próximos dos años y medio en la Ciudad de Buenos Aires, ni hablar con una pandemia que afecta principalmente a los grandes centros urbanos”, introdujo Rodríguez Larreta en su respuesta.
Y avanzó: “Pero también soy parte, y con orgullo, de Juntos por el Cambio. Yo asumo el rol que tenemos desde la oposición. Esta es la primera vez desde la vuelta de la democracia que con el peronismo en el poder la oposición continúa unida. Y voy a colaborar en la próxima elección en mi ámbito natural, que es CABA, y si puedo también lo haré en otras provincias”.
Finalmente habló sobre su futuro: “En el aspecto personal, tengo vocación política desde que nací y la voy a seguir teniendo; el lugar después lo veremos”.
Un periodista de Cadena 3 fue al hueso y le preguntó sobre la posibilidad de conformar una fórmula con el peronista Juan Schiaretti. El jefe de Gobierno evitó dar señales concretas sobre un entendimiento con el gobernador, pero dejó un mensaje claro sobre su vocación de construcción política.
“Tenemos una dirigencia en Córdoba que es un lujo y son ellos los que deben construir la oferta electoral, no voy a señalar yo desde acá qué hay que hacer. Pero la unidad es innegociable. Y tenemos que tener una actitud de amplitud, ese es el criterio general que voy a impulsar yo en la Ciudad de Buenos Aires”, desarrolló.
En la misma línea discursiva, antes se había manifestado en contra de la “grieta” política porque “puede servir para ganar una elección pero no para gobernar”. Ese mensaje tiene destinatarios especialmente dentro de su partido, donde convive con dirigentes como Mauricio Macri y Patricia Bullrich -también con aspiraciones políticas- que integran la denominada “ala dura” y consideran que hay que tener una postura inflexible ante el oficialismo.
Mientras Rodríguez Larreta dialogaba con empresarios en forma virtual, se desarrollaba una reunión importante. Representantes de colegios privados de CABA reivindicaron ante el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, que seguirán brindando clases presenciales pese al fallo de la Justicia federal que ordenó interrumpirlas.