En medio de los cruces entre el gobierno nacional y el porteño, los 8500 efectivos de las fuerzas federales que destinó la Casa Rosada al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para hacer cumplir las nuevas restricciones a la circulación controlaron anoche cruces entre la Ciudad y la provincia de Buenos Aires entre actas y secuestros de vehículos, en un clima de acatamiento. El operativo sanitario, que se diagramó en tres días, se llevó a cabo de manera “tranquila” y “ordenada”, según dijo a Infobae la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, en el Puente de la Noria, durante una recorrida nocturna por los principales puestos de control.
En el albor del fin de semana y en la primera noche de vigencia del nuevo Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU) que restringe la circulación entre las 20 y las 6, en el AMBA el movimiento decayó marcadamente después de la caída del sol. Hacia las 21, las principales autopistas que conectan la Ciudad y la provincia estaban prácticamente vacías, según pudo registrar este medio durante un monitoreo junto a funcionarios de Seguridad nacionales en algunos de los principales accesos, hasta la madrugada. Del total de efectivos de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria destinados al AMBA, 1800 estaban apostados en las estaciones de trenes de la Ciudad, 5000 en la Provincia, y otros 1700 en los accesos a la Ciudad.
En una noche despejada, la ministra Frederic controló el despliegue en tres de los principales puntos de control. “La gente entiende lo que está pasando y siguen el pedido del Presidente de volver antes a sus casas y no salir de noche”, sostuvo la funcionaria nacional, rodeada de patrulleros y efectivos. Desde el miércoles mantuvo reuniones de coordinación del operativo en la provincia con el gobernador Axel Kicillof -no se habla con el ministro de Seguridad, bonaerense Sergio Berni, con quien tuvo varios enfrentamientos-, mientras que su segundo en el mando, Eduardo Villalba, se encargó de los diálogos con el secretario de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro.
Los controles se realizaban con dos modalidades. Unos estaban fijos en las intersecciones de las principales avenidas de la ciudad y la provincia con la General Paz, como Cabildo, Constituyentes y Juan B. Justo; mientras que otros, denominados “microdispositivos dinámicos” se ubicaban de forma rotatoria y sorpresiva en distintos puntos de la provincia. “Los controles se van repartiendo entre los puntos clave: las rutas provinciales: el Acceso Sudeste, el Camino del Buen Ayre, etcétera”, dijo el secretario de Seguridad nacional, Eduardo Villalba, en una de las postas, en Bancalari. “Hasta cierta hora, por el regreso a casa, vamos a ser razonables y comprensivos en los controles. Pero a medida que avance la noche la tolerancia va a disminuir”, agregó.
En las primeras horas, Infobae pudo comprobar que los controles se llevaban a cargo de forma pacífica. Los agentes pedían los documentos de circulación a los conductores y acompañantes, que los entregaban con el barbijo colocado. La circulación por las principales autopistas era muy baja y varios efectivos de seguridad dijeron que la predisposición de las personas controladas era “buena”.
“La gente entiende, nos muestra el documento correspondiente y siguen. Solo algunos no tienen justificativo”, dijo un efectivo iluminado de cuerpo entero por las luces azules de un patrullero. Anoche se labraban actas y se registraban reincidencias, pero no había detenciones. La ministra dijo que transmitió a las cúpulas de las fuerzas que la orden de “controlar y disuadir” pero con “paciencia” y “razonabilidad” durante las próximas -en principio- dos semanas de restricciones nocturnas a la circulación, que recién empiezan.
Cruces y diálogo
La decisión de Alberto Fernández de afectar a la Gendarmería, la Prefectura y la Policía Aeroportuaria al control de las medidas sanitarias ordenadas el jueves había generado rechazo de parte de la Ciudad. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, además de cuestionar la suspensión de las clases presenciales, había mostrado malestar con el anuncio sobre el despliegue del Ejército y de las fuerzas federales en las calles porteñas entre las 20 y las 6.
Sin embargo, en los últimos dos días el ministerio de Seguridad la Nación y las autoridades porteñas terminaron acordando que los nuevos efectivos destinados a la Ciudad se aboquen exclusivamente a los controles de las zonas cercanas a la General Paz y que las calles porteñas y el cumplimiento del cierre de comercios sea controlado por la fuerza local. “Hubo un impasse de tensión, pero al final llegamos a una tregua necesaria para ambas jurisdicciones”, sostuvo Frederic. También habrá controles en las estaciones de trenes.
La diferencia con la etapa anterior es que habrá mayor cantidad de efectivos, y más puntos de monitoreo. Pero anoche, el cumplimiento de los cierres de los comercios y la suspensión de las actividades sociales y recreativas estuvo a cargo de la Policía de la Ciudad. En Nación aclararon: “Si en nuestros patrullajes vemos situaciones irregulares, las informaremos a las autoridades locales”.
Hacia la medianoche, cuando habían pasado tres horas desde el comienzo de la nueva etapa, se habían secuestrado ocho vehículos en la autopista Richieri a la altura del Mercado Central. En los siete días anteriores se habían retenido sólo dos en todo el territorio. Las autoridades adjudicaron este incremento a las respectivas decisiones judiciales locales, pero también a la ampliación del horario de restricción.
“Como la medida empieza más temprano, hay mayor flujo, más monitoreo y pueden haber más secuestros”, dijo Villalba a este medio junto a los vehículos retenidos a la vera dal peaje de la zona. Las personas a las que se les quitaron los vehículos circulaban sin certificado, o bien no tenían un justificativo para estar en ese lugar a la hora en la que se los interceptó, aproximadamente entre las 19.30 y las 20.30. La primera noche de controles de llevó a cabo de manera pacífica y restan dos semanas de restricciones.
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