El viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás kreplak, respaldó las nuevas restricciones decretadas por el Gobierno Nacional con el objetivo de reducir la escalada de contagios de COVID-19 y minimizó la decisión de cerrar las escuelas: “No estamos hablando de que nunca más va a haber clases, no creo que sea irreparable, son 15 días”.
La determinación de Alberto Fernández de volver a la presencialidad en el ámbito educativo del AMBA generó un nuevo quiebre entre oficialismo y oposición. Ayer por la mañana, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, confirmó que la Ciudad presentará un amparo ante la Corte Suprema para defender la postura de que los colegios sigan funcionando con los chicos en las aulas: “El aula más peligrosa de todas es la que está cerrada”, argumentó.
A su turno, el mandatario bonaerense, Axel Kicillof respondió: “No me van a correr con que a nosotros no nos importa la educación. Cuando llegué a este Gobierno arreglamos las escuelas que destruyó el Gobierno anterior, no invirtieron un mango en educación. Nos hubiera venido bárbaro que no discontinuaran el plan Conectar Igualdad”.
Más allá de las disputas políticas entre ambas administraciones, Nicolás kreplak manifestó que “el tema no es cerrar las escuelas, lo que necesitamos es reducir la cantidad de contagios”. En ese sentido, advirtió que “la velocidad y las internaciones que producen estos contagios están poniendo en crisis el sistema de salud en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano”.
El funcionario de la cartera sanitaria provincial explicó que existen “muchas alternativas posibles” para contrarrestar el avance del virus, pero “la mayoría de ellas son con cierres importantes”. Agregó que “lo menos gravoso” son la suspensión de actividades recreativas y “después están las actividades escolares como ha pasado en casi todos los países del mundo”.
Al respecto, minimizó que desde el lunes se vuelva a la educación virtual: “La decisión se tomó por 15 días, no estamos hablando de nunca más clases, de pérdida de algo que por lado no creo que sea irreparable, son 15 días”.
El decreto que oficializa el endurecimiento de las restricciones fue publicado este viernes en el Boletín Oficial. En el artículo referido al funcionamiento de los colegios se estableció entre el 19 y el 30 de abril, “la suspensión del dictado de clases presenciales y las actividades educativas no escolares presenciales en todos los niveles y en todas sus modalidades”. La medida rige en el AMBA, mientras que en el resto del país “se mantendrán las clases presenciales y las actividades educativas no escolares presenciales” pero los gobernadores podrán disponer su suspensión caso de que la situación epidemiológica lo amerite.
En ese sentido Kreplak destacó que en 95 de los 135 municipios que tiene el territorio bonaerense “tienen clases presenciales”. Pero argumentó que “la circulación de personas a la escuela aporta 5 millones de personas”. “Es la razón por la cual si se reducen 5 millones de personas circulando tendrá un efecto en la contagiosidad, no es la obsesión de restringir todo”, agregó. El número dos de Daniel Gollan remarcó su deseo de que tras este cierre de 15 días, luego del 30 de abril, se retome a la presencialidad: “Esperemos que en dos semanas vuelvan las clases”.
Para ello, planteó, deberá reducirse la velocidad de los contagios. “Tenemos un aumento de entre 30 y 40 por ciento semanal en la cantidad de casos que no está cambiando. Si logramos que reduzcan los casos sería muy bueno, pero si logramos quebrar la tendencia y que deje de aumentar de esta manera, yo creo que es un primer indicio”, declaró en diálogo con TN.
“Necesitamos ganar un par de semanas más para seguir inmunizando”, reforzó como medida complementaria a las nuevas restricciones que dependerá de la llegada de más vacunas. “Si reducimos la velocidad y al mismo tiempo seguimos inmunizando, probablemente podamos ayudar a que esta cantidad de casos tenga menos letalidad”, planteó al tiempo que aseguró que “no podemos correr a la pandemia aumentando la cantidad de camas”.
Al respecto, advirtió que “en el conurbano se ocupan 300 camas por semana por COVID-19″ y el 95% de ocupación del sector privado de la Capital Federal “está generando un problema porque derivan pacientes” a la provincia.
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