No hubo acuerdo en la reunión de hoy entre Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta. El Presidente se mostró inflexible y sostuvo la suspensión de las clases presenciales por dos semanas en el AMBA. Con el camino político cerrado, el gobierno porteño confía en la vía judicial para que en las próximas 48 horas se revierta el cierre de las escuelas.
“Apostamos a la responsabilidad de la Justicia. En las últimas horas se presentaron montones de recursos de amparo a nivel local. Si bien hay poco tiempo, creemos que es posible que se dicte una medida cautelar que permita que haya clases el lunes”, confirmó la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, en una entrevista con Infobae.
Hoy, diez minutos antes de que Rodríguez Larreta ingresara a la Quinta de Olivos, la Ciudad interpuso una acción declarativa de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema para sostener las escuelas abiertas. La medida busca que se declare inconstitucional el artículo 2 del DNU que dispone la suspensión de las clases presenciales y las actividades educativas no escolares presenciales en todos los niveles y en todas sus modalidades desde el 19 hasta el 30 de abril inclusive.
En el gobierno porteño no creen que la Corte se puede pronunciar a la brevedad, pero sí son optimistas respecto de los amparos que presentaron distintos integrantes de la sociedad. Tanto representantes de escuelas como padres y organizaciones educativas elevaron sus reclamos a la Justicia.
“Tenemos esperanzas en ese sentido. Que los jueces vean que no es gratis suspender las clases. Las familias están cada vez más empoderadas. Nunca se vio, que yo recuerde, a las familias tan involucradas con la educación y eso puede pesar”, planteó Acuña.
En la reunión en Olivos, Rodríguez Larreta le llevó una propuesta de reducción progresiva de la presencialidad al Presidente para evitar el cierre total, que no fue aceptada.
El plan que la Ciudad diagramó antes del inicio del ciclo lectivo contempla cuatro escenarios:
1) Bajar un 21% la presencia de estudiantes. Suspender las clases presenciales solo para la educación de adultos, la formación profesional, los niveles superior universitario y no universitario en todas sus modalidades.
2) Apelar un esquema bimodal, que alterne clases presenciales y a distancia, en la secundaria, además de sostener las de la etapa anterior, que se traduciría en 33% menos de presencialidad.
3) Avanzar en la alternancia de instancias presenciales y remotas en la secundaria y en el segundo ciclo de primaria. Esa reducción implicaría 44% menos de estudiantes.
4) La última etapa contempla la apertura únicamente de los maternales, sala de 5, 1°, 2° y 7° grados y 1° año de secundaria, con una revisión de horarios de ingreso y egreso. Lo que implicaría un 72% menos de presencia en las escuelas.
“Hoy se viralizó una chicana sobre lo que dijo Diego Santilli hace unos meses. En realidad, es lo mismo que vinimos diciendo desde el principio. Si la situación epidemiológica lo amerita, la presencialidad se restringe, pero no en forma improvisada y a todos por igual. Esto no es blanco o negro. Hay distintas instancias que desarrollamos para priorizar a los sectores más vulnerables”, explicó Acuña.
Según la ministra, la reunión de hoy se desarrolló en términos cordiales. Alberto Fernández reconoció que no hubo mayores contagios en las escuelas, pero advirtió que el principal problema era el movimiento que genera la actividad educativa, que hizo que subieran los casos entre niños y adolescentes.
“El Presidente se equivocó en el análisis de los datos. Si bien es cierto que de 10 a 19 años hay más chicos contagiados, cuando mirás al interior de esa franja etaria te das cuenta de que el salto se da a partir de los 15 años. No antes. Eso implica que son chicos con más autonomía que se contagian especialmente fuera de la escuela, en reuniones sociales. Cuando las clases estuvieron suspendidas los chicos se contagiaban más que en clases. En los lugares con protocolos organizados es menos probable el contagio, pero si cerrás se juntan en las casa de los amigos o en los parques”, agregó la titular de la cartera educativa.
Respecto del aumento en la movilidad, Acuña también descartó que hubiera un impacto. “Ya les enviamos los datos que muestran que la educación no satura el transporte público porque son una minoría los chicos que se movilizan por esa vía. Si el foco es el transporte, entonces discutamos con el ministro de Transporte, pero con datos reales”, expresó.
Pese a la voluntad de sostener la presencialidad, desalentó la intención de algunas escuelas privadas de rebelarse el lunes y seguir con las clases presenciales. “Alentamos que levanten la voz, pero si la Justicia no modifica la decisión, les pedimos que no abran”, remarcó.
Ante la consulta sobre una posible extensión de la suspensión de las clases más allá de los 15 días, la ministra aseguró que el Presidente se comprometió con Rodríguez Larreta a la reapertura de las escuelas cualquiera sea la situación epidemiológica. “Tenemos que entender con qué parámetros se van a regir. ¿En 15 días qué variables vamos a analizar? Es muy difícil trabajar en este escenario con tan poca anticipación y previsión. Incluso estas dos semanas que vienen son cierre de bimestre. Estás cortando un proceso pedagógico”, concluyó.
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