El 1 octubre de 2020 hubo un “pico” de 3.351 porque se formalizaron más de 3.000 muertes que se registraron en la provincia de Buenos Aires en las semanas previas y que hasta ese momento no figuraban en el registro oficial.
Si bien el crecimiento explosivo de los contagios en los últimos días fue el disparador de las nuevas restricciones anunciadas ayer por Alberto Fernández –cuando se registraron 25.157 nuevos casos después del pico del martes de 27.001– las 368 muertes reportadas en las últimas 24 horas dejaron expuesto el crecimiento sostenido de fallecimientos por COVID desde el 5 de abril. En ese momento, el promedio semanal de muertes diarias era de 123 fallecidos, al día de ayer eran 244, lo cual implica un aumento del 98% en apenas 10 días.
Y aunque los muertos informados en el último parte vespertino no fueron la cifra más alta del año –el 18 de enero se habían reportado 424 fallecimientos–, se acercan al pico que hubo el 9 de octubre cuando se informaron 515 muertos en un solo día, en el punto más álgido de la primera ola de la pandemia. El primer día de ese mes el año pasado se informaron 3.351 decesos en el parte diario, pero porque se formalizaron más de 3.000 muertes ocurridas en la provincia de Buenos Aires en las semanas previas y que hasta ese momento no figuraban en el registro oficial.
Y así como la mayoría de los nuevos contagios registrados en la última semana (65%) se vienen registrando en la provincia y la Ciudad de Buenos Aires, ambos distritos concentran el 63% del total de 58.542 decesos registrados a la fecha. De hecho, de los 368 decesos en las últimas 24 horas, 241 corresponden al distrito bonaerense y 31 al porteño.
La edad de los fallecidos
En Argentina, los menores de 60 son los que más se contagian, pero los que más pierden la vida son los mayores de esa edad. Esa relación se mantuvo constante a lo largo de toda la pandemia.
Pero si se compara lo sucedido en las primeras dos semanas de marzo y las dos primeras de abril, los fallecidos menores de 60 años aumentaron del 17% al 19%, y en los mayores de esa edad hubo un descenso del 83% al 81%. En el descenso de los contagios y en la incipiente baja en la letalidad de los adultos mayores comienza a verse el efecto de la vacunación en este sector. Según datos brindados ayer por la ministra de Salud, Carla Vizzoti, más del 65% de las personas de más de 80 años ya fueron vacunadas con la primera dosis, y el 60% de las que tienen entre 70 y 79 años.
En la Ciudad de Buenos Aires, según las cifras oficiales publicadas en su portal de datos abiertos, el 87% de los fallecidos por COVID-19 tienen más de 60 años. Y la edad promedio se mantiene en 77 años, sin variación desde la primera ola hasta el presente.
Hay que tener en cuenta que el distrito porteño –tal como advirtió el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós– tiene “una pirámide poblacional más envejecida que el promedio”. Según las proyecciones de población para 2021 elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en base al Censo 2010, el 21,5% de la población porteña tiene más de 60 años. Esto es, 663.062 personas de un total de 3.078.836. El número es superior al resto de las provincias.
A nivel nacional, si se analizan los decesos por rangos etarios y por fecha real de fallecimiento (no por fecha de notificación), para los últimos 14 días, el mayor porcentaje de fallecidos (29%) tenían entre 70 y 79 años de edad. Hubo un 27% de mayores de 80; un 24% entre 60 y 69 años; un 13% entre 50 y 59 años; el 5% entre 40 y 49 años de edad y el 2%, menores de 39.
Al día de hoy, el 56% de los muertos son varones; el 41% mujeres y 3% sin especificar.
Letalidad y mortalidad
En Argentina la letalidad se mantiene en alrededor de 2%; para ser más precisos, con los últimos datos es del 2,25%. Esto significa que de cada 100 contagiados de coronavirus, 2 pierden la vida. Este indicador se ha mantenido relativamente estable en todo el curso de la pandemia. En otros países, como México, pierden la vida 9 de cada 100 contagiados.
En cuanto a la mortalidad, en Argentina, con las cifras informadas ayer, se producen 1.314 fallecimientos por cada millón de habitantes.
Hay 24 países que tienen un valor más alto, como Reino Unido (1.911); Italia (1.907); Perú (1.735) y Brasil (1.711), sobre la misma base poblacional.
Ocupación de camas de terapia
El agravamiento de la crisis por la pandemia se expresa también en el número creciente en la ocupación de camas de terapia intensiva. A nivel nacional, hace un mes, la ocupación de las camas UTI era del 54%, incluyendo sector público y privado, con pacientes de todas las patologías. Anoche, ese valor ascendió al 63%.
Al día de ayer estaban internados en terapia intensiva un total de 3.879 pacientes con covid-19. Representan el 34% de las camas UTI de todo el país.
En AMBA la situación es más grave. Hace un mes, había un 60% de las camas ocupadas; anoche se informó que esa ocupación creció al 71%. Esta es el área más comprometida: en el ámbito privado, ese porcentaje asciende al 95% y desde el sector alertan de que el sistema está al límite.
Según le dijo Carlos Bianco, jefe de Gabinete del Gobierno bonaerense, a Infobae esta semana, la provincia de Buenos Aires tiene más de 1.600 camas de terapia intensiva libres en el sistema público y privado, 900 de ellas, en el AMBA. “No estamos con un sistema saturado, pero sí aumentó la ocupación. Hoy estamos en un 70% de ocupación de camas en el AMBA, cosa que nos empieza a preocupar de todos modos. El sistema no se satura cuando llega al 100%, sino cuando empieza a incrementarse la capacidad. Se empiezan a hacer más complejas las derivaciones y hay que derivar a lugares más lejanos. Estamos poniendo las alertas del caso”.
En la Ciudad de Buenos Aires, al día de ayer había 241 pacientes en camas UTI, de las 450 que hay en el sistema público, lo que equivale al 54% de ocupación. Hace dos semanas este indicador medía 29%, con 129 camas ocupadas. En tanto, los pacientes que requirieron el uso del respirador en la Ciudad aumentaron un 65% en 14 días. El 30 de marzo había 97 casos y el 12 de abril, 160.
En el sector privado, la situación es más crítica ya que la ocupación de camas con cuidados intensivos y respiradores está en un 95% en promedio en los sanatorios del AMBA. “Algunas instituciones están en el 90% y otras en el 100%. Esta segunda ola nos agarra con los sanatorios que ya venían con una ocupación de enfermedades no relacionadas con COVID-19″, explicaron desde la Unión Argentina de la salud (UAS) a Infobae.
“Que hoy el sistema esté trabajando al 95% significa que cuando una ambulancia retira a un paciente en un domicilio, y empieza a buscar camas en todo el sector privado del AMBA, puede pasar entre 4 y 5 horas buscando una plaza hasta que el call center de la mesa de entradas de las prepagas identifica dónde hay una cama disponible”, señaló la fuente de la UAS.
Frente a esta situación, y para evitar un colapso del sistema, clínicas y sanatorios privados ya empezaron a suspender cirugías programadas para liberar camas de terapia intensiva y pidieron autorización a las autoridades sanitarias para alojar a pacientes leves y moderados en hoteles alquilados para ese fin.
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