Asado informal de Massa con el enviado de Biden: vacunas, negociación con el FMI y la influencia de China

El Presidente de la Cámara de Diputados y el asesor especial de la Casa Blanca, Juan González, compartieron una cena distendida y analizaron la relación bilateral y los desafíos globales ante la crisis social, sanitaria y económica causada por la pandemia del COVID-19

Guardar
Sergio Massa y Juan González, asesor especial de Joseph Biden, antes de compartir el asado en la casa del Presidente de la Cámara de Diputados
Sergio Massa y Juan González, asesor especial de Joseph Biden, antes de compartir el asado en la casa del Presidente de la Cámara de Diputados

A las 19:50 del martes por la noche, Juan González tocó el timbre de la casa de Sergio Massa en Rincón de Milberg. El enviado de Joseph Biden, su asesor especial para América Latina, había llegado hasta Tigre para protagonizar un asado distendido con el Presidente de la Cámara de Diputados. Fue una cena sencilla, con agenda abierta, matizada con vino Malbec y las historias personales que acercaron a González y Malena Galmarini: el diplomático demócrata reveló que su padre era hippie y que desde ese entorno podría haber conocido a algún integrante de la guerrilla colombiana M19, mientras que la esposa de Massa recordó que su papa Fernando “Pato” Galmarini fue un cuadro Montonero siempre leal a Juan Domingo Perón.

González estaba distendido, y mientras avanzaban la primeras empanadas de carne, sorprendió con otra anécdota personal que arrancó las sonrisas de MaryKay Carlson, encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, Julie Chung, a cargo de la Subsecretaría del Departamento de Estado para América Latina, y Cris Andino, ministro Consejero en la Embajada de Estados Unidos. Todos invitados por la familia Massa.

“Yo marché de muy joven contra el FMI, en New York”, confió González, cuando ya esperaba su turno las mollejas al limón y las entrañas jugosas. Y completó: “No sólo eso. Fleté micros, sume a los estudiantes de mi curso, y la policía nos pegó muy duro”.

Massa, Malena y los diplomáticos extranjeros no paraban de reírse.

Sentados ya a la mesa, en un quincho abierto y manteniendo la distancia social, Massa introdujo en el asado la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El titular de la Cámara Baja aseguró que Alberto Fernández tiene intenciones de honrar la deuda contraída por Mauricio Macri y planteó que desde su perspectiva es posible bajar las tasas y ampliar los plazos prefijados para los créditos de Facilidades Extendidas.

González escuchaba con atención las explicaciones de Massa y la posibilidad de aplicar su variable al momento de cerrar un acuerdo con el FMI. Biden aún se no expidió acerca de un cambio de reglas de juego para beneficiar a países medianos que tienen deuda y sufren el impacto económico del COVID-19, pero ha dado una fuerte señal de apoyo al avalar la ampliación de los Derechos Especiales de Giro (DEG).

El Consejero Especial de la Casa Blanca entiende la lógica del planteo de Massa, y trasladará esta perspectiva al Departamento del Tesoro que tiene un rol clave al momento de fijar las posiciones del FMI ante sus deudores. Sin el aval del Departamento del Tesoro, la Argentina no tendrá chances de cerrar un acuerdo que permita crecimiento sin ajuste económico.

Sergio Massa y los diplomáticos Juan González, MaryKay Carlson y Julie Chung antes de compartir un asado en la casa del Presidente de Diputados
Sergio Massa y los diplomáticos Juan González, MaryKay Carlson y Julie Chung antes de compartir un asado en la casa del Presidente de Diputados

Además de analizar la negociación con el FMI, González y Massa conversaron sobre la influencia de China en América Latina. González fue contundente respecto a la posición de Biden sobre el avance regional de Xi Jinping: el consejero de seguridad nacional se mostró preocupado por el peso tecnológico de Huawei y por el uso de las centrales nucleares como mecanismo de colonización energética, si finalmente Alberto Fernández autoriza su construcción en la Argentina.

Cuando promediaba la cena, y los bifes de chorizo ya eran historia, Massa y González trataron la situación del COVID-19 y la imposibilidad de acceder a las vacunas fabricadas por empresas privadas. El enviado de Biden reconoció la encrucijada de los países medios que no llegan a comprar las dosis necesarias para enfrentar a la pandemia, y adelantó que la Casa Blanca prepara un plan para satisfacer la demanda creciente en América Latina.

Cerca de la medianoche, llegó el momento de los regalos. Massa sorprendió con un mate típico y una edición muy cuidada de la Constitución Nacional. González entregó lapiceras oficiales y un libro sobre la historia de la Casa Blanca. Después se saludaron a la distancia, y el asado terminó.

“Es peronista, González es peronista”, comentó Massa -con una sonrisa- cuando sus invitados ya regresaban desde el Tigre a la Ciudad de Buenos Aires.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar