El presidente Alberto Fernández decidió avanzar con un paquete de medidas más duras para intentar enfrentar el avance de la segunda ola de coronavirus. Después de reunirse con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, resolvió restringir aún más la circulación, suspender las clases presenciales por dos semanas y prohibir las actividades deportivas, culturales, sociales y recreativas.
Y por primera vez, según dispuso el mandatario, el Ejército Argentino saldrá a las calles para “colaborar con los controles sanitarios”.
Todas las medidas nuevas serán implementadas únicamente en el AMBA, el punto geográfico al que más le impactó la segunda ola de coronavirus. Sin embargo, el Presidente les pidió a los intendentes y gobernadores que lo acompañen en “este momento difícil” y les abrió el camino para que se adhieran a las medidas.
Frente al aumento exponencial de los casos, el Gobierno decidió suspender las clases presenciales desde el lunes 19 hasta el viernes 30 de abril. Se retornará a la modalidad virtual en los tres niveles educativos. La decisión de cambiar el formato de las clases retrata la gravedad del escenario sanitario. Era una de las actividades en las que el mandatario pretendía no ceder.
Salvo las clases virtuales, que empezarán el lunes, todas las medidas anunciadas por el Presidente entrarán en vigencia a partir del viernes.
En tanto, las restricciones a la circulación serán entre las 20 y las 6 de la mañana. En los próximos 15 días quedan suspendidas las actividades recreativas, sociales, culturales, deportivas y religiosas en lugares cerrados. Además, las actividades comerciales funcionarán entre las 9 de la mañana y hasta las 19. Las actividades gastronómicas funcionarán con la modalidad de entrega a domicilio luego del horario permitido.
El Gobierno consideró que el mayor riesgo de transmisión se produce en las actividades sociales y recreativas nocturnas, donde no hay dos metros de distancia y se producen aglomeraciones. Por eso decidió implementar nuevas medidas, más duras y focalizadas.
Durante el anuncio que el Presidente brindó desde la Quinta de Olivos, le envió un mensaje a los mandatarios provinciales que, según entiende, deberían haber tomado medidas restrictivas más allá del DNU de la semana pasada y no lo hicieron. “El resto de las jurisdicciones puede adherir a las medidas que estoy tomando hoy”, indicó Fernández.
En esa línea, lanzó un dardo más duro dirigido a los gobernadores e intendentes. “Espero que entiendan que me tienen que acompañar en este momento difícil”, sostuvo. En el Gobierno había cierto enojo con los mandatarios, especialmente con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, porque consideraron que no estaban aplicando los controles necesarios para que las medidas se cumplan.
El mandatario pidió que “los gobiernos provinciales y municipales fiscalicen las decisiones que tomamos y hagan cumplir las decisiones” y aseguró que “el contagio no está en las fábricas, no está centralmente en los negocios que con distancia social pueden atender a los clientes”. En ese sentido, agregó: “El problema central está en las reuniones sociales donde la gente se distiende y en ese momento de distracción, de esparcimiento, es mucho más fácil contraer el virus”.
En la provincia de Buenos Aires esperan la letra chica de las medidas. En principio, las nuevas restricciones se aplicarían solo en los municipios que están en Fase 3. Los que se encuentran dentro de la Fase 4 seguirían cumpliendo con las medidas vigentes en el último DNU.
Minutos después de que se emitiera el mensaje del Presidente, el gobernador Axel Kicillof respaldó la decisión de Fernández en sus redes sociales. “Estamos transitando un momento muy delicado de la pandemia. La Provincia de Buenos Aires adhiere y acompaña las medidas adoptadas por nuestro Presidente. La prioridad es cuidar y proteger a los y las bonaerenses”, sostuvo el mandatario.
Debido a que las nuevas medidas afectarán al sector gastronómico, el Gobierno evalúa otorgar ayudas económicas a esa actividad para poder amortiguar el impacto generado por la suspensión de las actividades. Aún no están resueltas.
En el gobierno porteño las medidas no cayeron bien. No fueron consensuadas ni tampoco les avisaron previamente. La respuesta llegará este jueves a las 12, cuando Horacio Rodríguez Larreta encabece una conferencia de prensa acompañado por el jefe de Gabinete, Felipe Miguel; el ministro de Salud, Fernán Quirós; la ministra de Educación, Soledad Acuña; el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli; y el ministro de Transporte, Juan José Méndez.
En un primer momento en la Casa Rosada se trabajó con la hipótesis de buscar un consenso con los gobernadores y el jefe de Gobierno porteño, que ellos tomen medidas en las próximas 48 horas y luego avanzar con un nuevo paquete de medidas antes del fin de semana. Pero el Presidente tomó otro camino ante la falta de decisión de los gobernadores.
Los planes cambiaron después del mediodía de este miércoles, cuando Fernández decidió apresurar su decisión, prescindir de los gobernadores y avanzar con las restricciones. “Hace apenas un mes atrás, acumulamos 45.498 casos de contagios, mientras que la semana que acaba de terminar acumulamos 122.468 casos y la semana que va transcurriendo en este momento seguramente va a superar esta cifra”, explicó el jefe de Estado.
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