En un sobre color madera, con una etiqueta blanca que dice “His Excellency Albero Fernández” (sic) y un sello en mayúsculas con la frase “First Class Do Not Bend” (NdR: que se traduce ‘Primera Clase, no doblar’), llegó una carta personal de Joseph Biden al presidente argentino, que aún está recluido por COVID-19 en la Casa de Huéspedes de Olivos.
“Querido señor Presidente, lamento enterarme de su diagnóstico positivo de coronavirus. Por favor, acepte mis mejores deseos para una rápida recuperación. La pandemia de COVID-19 continúa amenazándonos a todos y demora nuestro anhelado retorno a la normalidad. Aprecio el compromiso de su administración en combatir el virus y la cooperación en nuestras otras prioridades bilaterales, y ansío continuar con nuestra mutua colaboración. Mis pensamientos están con usted, su familia, y con el pueblo argentino durante estos tiempos difíciles”, dice el texto firmado por el presidente demócrata.
La carta personal de Joe Biden fue entregada por Juan González, consejero principal de la Casa Blanca para América Latina, que almorzó con el Presidente, su canciller Felipe Solá y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. Fue una comida atípica en medio de la pandemia: Alberto Fernández solo en su reclusión sanitaria, y González, Solá, Béliz, la subsecretaria del Departamento de Estado, Julie Chung, y la encargada de Negocios, MaryKay Carlson, juntos en un salón de Jefatura de Olivos.
Pese al coronavirus, y a la molestia del barbijo obligatorio, todos comieron lo mismo: entrada caprese, carne con ensalada y postre típico. Gaseosa con gusto a pomelo y agua mineral fueron las bebidas. No hubo vino.
En su carta, Biden se muestra preocupado por la salud de Alberto Fernández y apuesta a profundizar las relaciones bilaterales entre ambos países. El jefe de Estado agradeció profundamente a González: estaba sorprendido por el gesto del líder demócrata. No se lo esperaba.
Fue un almuerzo de trabajo, en un clima distendido. Alberto Fernández y González abordaron la negociación de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). González reiteró que Biden apoya la estrategia de negociación de la deuda externa, y el Presidente ratificó que pagará los 44.000 millones de dólares de la deuda contraída por Mauricio Macri.
La agenda de González en la región tiene un dato que no pasó desapercibido en Olivos. El consejero especial de Biden ya visitó Colombia, estará casi 48 horas en Argentina y después viajará hasta Uruguay. Habitualmente, los enviados especiales de la Casa Blanca hacen una escala en Brasilia para consolidar las relaciones bilaterales entre ambos países.
González se saltó la audiencia obligada con Jair Bolsonaro, que fue aliado regional de Donald Trump y repudió el acuerdo multilateral de Cambio Climático firmado en París a fines de 2015. Por el contrario, al igual que Biden, Alberto Fernández considera necesario prestar atención al medio ambiente y en ese carril también fluyen ahora las relaciones entre Buenos Aires y Washington.
“Argentina y EEUU renovando nuestra colaboración mediante el trabajo conjunto en materia de cambio climático y otros desafíos apremiantes para promover la seguridad, la prosperidad y la democracia en las Américas”, escribió la subsecretaria del Departamento de Estado, Julie Chung, en su cuenta oficial de Twitter.
La limitada agenda internacional de Bolsonaro, que no acepta la importancia del tratado de París en el escenario global, beneficia a Alberto Fernández en su relación geopolítica con Biden. De hecho, el presidente de los Estados Unidos organiza una cumbre mundial sobre Cambio Climático desde DC, de la que Bolsonaro fue excluido, y Alberto será uno de los oradores por América Latina.
Antes de concluir los postres, Alberto Fernández y González analizaron el impacto del COVID-19 a nivel mundial y trataron la provisión de vacunas que se ve estrangulada por la decisión de los países centrales de acaparar stock frente al escaso poder de las naciones pobres en todo el mundo.
El Presidente planteó la posibilidad de encontrar modos de cooperación bilateral para la adquisición de vacunas contra el coronavirus, y el enviado especial de Biden respondió que remitiría la propuesta a la Casa Blanca. Millones de dosis de AstraZeneca fueron trasladadas desde México a Estados Unidos para terminar su ciclo de fabricación, que integraban las partidas que pertenecen a la Argentina, y Alberto Fernández está buscando un mecanismo diplomático para lograr su inmediato reenvío a Buenos Aires en plena segunda ola del COVID-19.
Ya por la noche de este martes 13, Fernández se refirió a la misiva que llegó desde tierra norteamericana. Lo hizo a través de sus redes sociales mientras continúa con el aislamiento. Tras agradecer a su par estadounidense, manifestó: “Valoro sinceramente su preocupación por mi salud y sus buenos deseos por mi pronta recuperación. La pandemia nos demanda un esfuerzo global para superarla”.
“‘Nadie se salva solo’, enseña nuestro Papa Francisco. Así pues debemos hacerlo”, finalizó el Presidente, mientras analizaba por estas horas junto a su Gabinete más restricciones pero focalizadas y temporales para contener el avance de la segunda ola de coronavirus.
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