El Gobierno designó por decreto y sin acuerdo del Senado a Sebastián Zavalla como embajador ante la dictadura de Siria. Se trata de un movimiento diplomático inesperado que exhibe la cercanía de la Casa Rosada con Vladimir Putin, ya que el dictador Bashar Al-Assad actúa como un alfil de Rusia en Medio Oriente. Hasta la designación de Zavalla, que está acusado de “saqueo cultural” por Irán, Argentina no tenía representante diplomático con rango de embajador frente a la controvertida agenda geopolítica de Moscú.
Al -Assad está acusado de violar los derechos humanos en Siria y es el principal aliado de Putin en la región. Rusia desplegó tropas en Siria para combatir contra la organización terrorista Estado Islámico (EI), y desde ese momento se transformó en el principal vendedor de armas de Al Assad y logró consolidar su control sobre el puerto de Tartus, una salida estratégica al Mediterráneo.
La designación de Zavalla como embajador es un triunfo diplomático de Siria. Los países más importantes de Occidente cuestionan en la ONU al régimen de Al-Assad y mantienen una representación acotada en Damasco. Siria junto a Rusia, Cuba e Irán apoyan a Nicolás Maduro y se resisten a apoyar una transición democrática en Venezuela que termine con su crisis institucional.
Zavalla fue recibido por Al-Assad en el Palacio del Pueblo, un reconocimiento oficial casi inédito para las prácticas diplomáticas del dictador sirio. Y un mes antes, el representante argentino había entregado una copia de sus cartas credenciales a Faisal Mikdad, ministro de Relaciones Exteriores y Expatriados.
En esa oportunidad, acorde a la información oficial publicada por la Agencia Árabe Siria de Noticias (SANA), el embajador argentino Zavalla habría expresado “que la Argentina respalda a Siria frente a la guerra terrorista librada en su contra y las ilegítimas medidas económicas impuestas al país levantino fuera del marco de las legítimas instituciones internacionales”.
Es decir: Zavalla habría dicho en Damasco que Argentina apoya al régimen de Al-Assad en su violación sistemática de los derechos humanos y está en contra de las sanciones promovidas por las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) que apuntan a terminar con la represión ilegal en esa dictadura de Medio Oriente.
La información oficial del régimen sirio está publicada desde el 11 de marzo, y la Cancillería argentina nunca la desmintió. Hasta ahora.
Al giro político ejecutado por el gobierno peronista en Siria, se le debe sumar la trayectoria de Zavalla como diplomático argentino. Protegido por Cristina Fernández de Kirchner, fue designado en Tunez pocas semanas antes de la asunción de Mauricio Macri. Poco importó a la actual vicepresidente que Zavalla tuviera en Irán una causa abierta por “saqueo cultural”, acorde a la información publicada por medios locales, la agencia Reuters y el diario The Guardian.
Al respecto, la agencia Reuters publicó el 5 de octubre de 2009:
TEHERAN (Reuters) - Irán acusó el lunes a un diplomático argentino de “saqueo cultural” días después de que fue capturado tratando de sacar del país de contrabando seis toneladas de antigüedades, incluyendo monedas raras, billetes, manuscritos y grabados.
El Ministerio de Relaciones Exteriores describió como un “intento indigno” del diplomático, nombrado por la televisión estatal como el ex agregado de la embajada argentina Sebastián Zavala, el querer llevarse las cosas del país entre sus efectos personal.
Los bienes fueron incautados y confiscados por la aduana. El diplomático había salido de Irán hace varios meses luego de terminar sus servicios en ese país.
Funcionarios de la embajada de Argentina no estuvieron disponibles para hacer comentarios.
“La actuación del diplomático argentino equivale a saqueo cultural nacional”, dijo el diario Mardomsalari citando al funcionario aduanero Mohammad Behnoud Ahani.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní Hassan Qashqavi dijo en una conferencia de prensa semanal: “Desafortunadamente, ahora no podemos oficialmente exponer los detalles de este acto diplomático indigno”.
La colección incautada, descrita por el funcionario de aduanas como un “tesoro de gran valor”, incluía monedas raras, billetes, sellos, manuscritos, vajillas y grabados, precisó el periódico.
Zavalla fue designado por un decreto firmado por Alberto Fernández, Santiago Cafiero y Felipe Solá. Su nombramiento nunca pasó por el Senado, ni fue objeto de audiencias públicas. Tampoco se conocía que el Gobierno había modificado su posición de los derechos humanos frente a la dictadura de Siria, como explicitó Zavalla en su primera audiencia diplomática en Damasco.