El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires reconoció este jueves que no está de acuerdo con la restricción a la circulación nocturna impuesta por el gobierno nacional para combatir la segunda ola de coronavirus, pero aclaró que igualmente respetarán la letra del decreto que se conocerá en las próximas horas.
En una conferencia de prensa realizada esta mañana en la sede de gobierno, aseguró: “Respecto a la restricción a la circulación, ya expresamos que no estamos de acuerdo porque está comprobado que circular al aire libre y con tapabocas no genera contagio”.
“Ahora, como toda norma, la vamos a respetar de acuerdo con el espíritu que nos manifestó el gobierno nacional de que esta medida apunta a evitar las concentraciones de gente y no a quienes están volviendo a su casa o cumpliendo una función esencial”, agregó.
En ese marco, el jefe de Gobierno de la Ciudad aclaró que el comunicado firmado días atrás por dirigentes de Juntos por el Cambio en ningún momento puso en duda el cumplimiento de las medidas que instrumentaría el gobierno nacional. “Las normas están para ser cumplidas”, contestó en la última pregunta de la conferencia de prensa.
El alcalde porteño adelantó cómo instrumentarán las medidas de cuidado en la Capital Federal:
- Para escalonar la movilidad de la mañana y que no se generen aglomeraciones entre trabajadores, estudiantes y docentes, aquellos comercios no esenciales van a abrir a las 10 de la mañana.
- Los espectáculos masivos, como manifestó el gobierno nacional, se van a reprogramar y van a cerrar los casinos y los bingos,.
- Vamos a impulsar nuevamente el teletrabajo a quien pueda realizar sus tareas desde su casa.
- Gran parte del equipo de Gobierno se encuentra abocado a tareas vinculadas al Covid y en atención al público: en centros de testeos, vacunatorios, hoteles, aeropuertos y call center.
- Todo el resto van a trabajar de forma remota y le pedimos al sector privado que nos acompañe en esta medida.
- Vamos a liberar el estacionamiento en la Ciudad para que todos aquellos que sí deban movilizarse puedan hacerlo en auto, evitando el transporte público que, como señaló el gobierno nacional, es solo para personas que cumplen tareas esenciales.
- Y vamos a reforzar los controles en el espacio público, en las zonas comerciales y gastronómicas, en el transporte público y en los centros de transbordo, para garantizar el cumplimiento de los protocolos y que las distintas actividades puedan seguir funcionando de manera segura.
Las clases presenciales
Rodríguez Larreta le envió un mensaje de “tranquilidad” a los chicos y a sus familias. Adelantó que las clases presenciales continuarán vigentes porque es fundamental para “el desarrollo y la sociabilización” de los jóvenes. “En esto tenemos que comprometernos todos: como sociedad, no podemos permitirnos tener otro año sin clases presenciales”, completó.
Una negociación difícil en medio de la tensión política
Sin acuerdo en las reuniones presenciales que se realizaron entre ministros en la Casa Rosada, el diálogo entre Alberto Fernández y Rodríguez Larreta estaba roto cuando sonó el teléfono del secretario general Julio Vitobello. Del otro lado de la línea estaba el vicejefe de Gobierno de la Ciudad, Diego Santilli.
Hasta ese momento, Alberto Fernández tenía un borrador de Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que ordenaba frenar la circulación en el AMBA desde las 22.00 hasta las 5.00 del otro día, en tanto que Rodríguez Larreta solo aceptaba cerrar desde la medianoche hasta las 6 de la mañana.
En este callejón sin salida, el Presidente autorizó a Vitobello para que continuara con las conversaciones, mientras preparaba su discurso y aceptaba la puesta de su presentación en los jardines de Olivos. Alberto Fernández ya tenía todas las medidas cargadas en el Telepronter, y solo faltaba precisar si la clausura de la circulación nocturna comenzaba -o no- a las 22 en punto.
La respuesta de Santilli, tras conversar con Rodríguez Larreta, llegó cuando el sol empezaba a caer en la Quinta Presidencial. La Ciudad proponía pasar de las 22 a las 23 para cerrar los restaurantes, y una vez cumplido ese plazo perentorio, los clientes se podían quedar dentro del salón terminando la sobremesa.
Es decir:
1. Pasar el cierre de las 22 a las 23.
2. Convenir que la circulación se clausuraba en AMBA a partir de las 0 de cada día.
3. Entre las 23 que cierran los restaurantes y las 0, todos los comensales terminaban sus cenas y se marchaban a sus casas.
4. A la medianoche, minutos más o menos, la Ciudad de Buenos Aires debía ser un desierto de cemento patrullado por las fuerzas de seguridad para hacer cumplir el DNU que se dará a conocer esta tarde.
Alberto Fernández aceptó la contraoferta de Rodríguez Larreta. Y Vitobello llamó a Santilli para anunciar que la negociación secreta había concluido con éxito.
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