Ante el aumento exponencial de casos positivos en el AMBA, el gobierno nacional dictará un decreto con nuevas restricciones en la circulación. Antes de adoptar las medidas, intentó consensuar con la Ciudad de Buenos Aires, pero el gobierno porteño descartó la “intensidad” de los nuevos límites en los que trabaja la Casa Rosada.
Luego de la reunión de la cúpula de dirigentes de Juntos por el Cambio realizada ayer, donde los principales dirigentes del espacio rechazaron la posibilidad de restricciones masivas por la segunda ola de coronavirus, la presidenta del PRO Patricia Bullrich bajó un mensaje más duro: si aplican restricciones, “vamos a resistir”.
“Vamos a resistir en la medida en que sea totalmente irracional. De 23 a 5 va a destruir un montón de negocios. ¿Vas a seguir destruyendo restaurantes? Que lo hagan, pero la realidad es que la economía argentina no resiste más”, advirtió.
En declaraciones radiales, la ex ministra de Seguridad manifestó que la posición del partido fue unánime. “Durante todo el año pasado hemos sufrido una cuarentena que ha cerrado más de 90 mil negocios; hay 4 millones de personas que han perdido sus trabajos y se ha disminuido en prácticamente toda la población sus ingresos”, remarcó Bullrich
En diálogo con radio La Red, la ex ministra afirmó que desde el año pasado tienen la idea de lograr y respetar cuatro elementos básicos: “Salud, la economía, la libertad y la educación”.
Con respecto a la posibilidad de restricción en el AMBA, Bullrich añadió: “En esta oportunidad se busca cerrar un distrito que impide a mucha gente trabajar, por el transporte y el horario de ingreso a las fábricas. Esto generaría la destrucción de la economía”.
“Nosotros seguimos con la idea de tratar, en la medida de lo posible, de tener la mayor normalidad posible, contribuir con lo que está sucediendo y tratar de cuidarse lo más posible los ciudadanos; no tener actitudes como la de algunos adolescentes que por hartazgo o costumbre, realizan reuniones masivas que realmente no ayudan”, sentenció.
Para la líder del PRO hay que poner el ojo en los controles de las medidas existentes, y no sumar prohibiciones irracionales. “Con esto sabés qué pasa… que algunos cierran, otros siguen abriendo como si nada. Lo mejor es tener medidas razonables que todos puedan cumplir”, explicó.
“Toda restricción que signifique que no haya aglomeraciones está bien impedirla. Pero esto es caso por caso, no extendiendo las prohibiciones. En cada barrio la policía sabe si hay una fiesta masiva. Este tipo de situaciones generan estas conductas: cuando vos ponés más prohibiciones generás más problemas que soluciones”, concluyó.
En sintonía, se expresó el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, quien advirtió al gobierno nacional: “Cerrar a las 22 horas es una herida de muerte para el sector que demostró en estos meses que la cultura es segura”.
Avogadro recordó que “desde el Gobierno porteño estamos ofreciendo alternativas que permitan reforzar los cuidados y garantizar la salud de todos sin que eso vuelva a perjudicar a cientos de miles de personas que necesitan trabajar todos los días” y agregó que “está pandemia significó un golpe muy fuerte para la actividad cultural: museos, cines, bibliotecas, teatros, centros culturales, productoras, debieron cerrar súbitamente, perjudicando a miles de personas dado que la cultura ocupa una dimensión central en nuestra vida”.
Hasta el día de la fecha, los centros de testeos que se pusieron a disposición de manera gratuita para la comunidad artística arrojaron que un 99,5 % de los resultados son negativos.
“Espacios culturales públicos (Teatro Colón, el Recoleta, la Usina del Arte, bibliotecas) se convirtieron en Centros de Testeos, y en centros de vacunación donde miles de voluntarios colaboran todos los días. Ese es el camino para seguir combatiendo al virus, prevención y vacunación “, concluyó Avogadro.
Por estas horas, el Presidente analiza un borrador –que se daría a conocer en las próximas horas y podría entrar en vigencia el próximo sábado–, que dispone el despliegue de las fuerzas de seguridad federales y de las provincias para hacer cumplir la restricción a circular, la suspensión de los viajes de egresados, la reducción en el aforo a los restaurantes y la vuelta de los controles en el transporte público, disponible solo para personal esencial, incluidos alumnos y docentes porque las clases presenciales se mantienen.
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