Argentina transitó su jornada con más casos de coronavirus positivos desde el inicio de la pandemia (casi 21 mil) sin definiciones de sus autoridades para enfrentar la segunda ola. Las negociaciones entre Nación y Ciudad de Buenos Aires para avanzar en nuevas restricciones a la circulación siguen abiertas y hoy buscarán acercar posturas para ultimar los detalles del decreto que entraría en vigencia el próximo viernes.
A lo largo de las últimas jornadas, el Gobierno Nacional ofició de moderador entre el Ejecutivo porteño y la administración de Axel Kicillof. Son sabidas las diferencias políticas y de criterio que mantuvieron a lo largo de la pandemia la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires pero dado que el foco de contagios es el AMBA, indefectiblemente deben llegar a un consenso para enfrentar la escalada de casos de COVID-19 que comienza a tensar la respuesta del sistema sanitario.
Kicillof puso sobre la mesa la propuesta de restringir la circulación en el Área Metropolitana entre las 22 y las 6 de la mañana como principal medida. Casa Rosada avaló la idea pero recibió el rechazo de la administración de Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de Gobierno porteño considera excesivo que se prohíba circular durante la noche. La Ciudad ofrece restringir la actividad comercial durante la madrugada: entre las 0 horas y las 6 de la mañana, pero no quiere que se limite la libertad de movimiento en el AMBA. Fue el ministro de Salud de la Capital Federal, Fernán Quirós, quien le explicó a los funcionarios porteños que la limitación de la circulación nocturna no se verá reflejada en una baja de los porcentajes de contagios. La postura del Gobierno de Larreta acapara dos miradas -la sanitaria y la política- que fueron planteadas en una frase que razonó ante Infobae un funcionario porteño: “No tiene criterio sanitario y, además, restringe las actividades individuales”.
Sí habrá limitaciones en el uso del transporte público en el AMBA. Podrán viajar a los colegios los docentes y alumnos, ya que se mantiene la presencialidad de las clases. Todas las personas que forman parte del listado de trabajadores esenciales tendrán que volver a inscribirse en la aplicación (por el momento sería Cuidar, la misma que se utilizó en el 2020) y solicitar los permisos para movilizarse. Además, reforzarán los controles en los trenes, subtes y colectivos. El Gobierno analiza desplegar las fuerzas federales para complementar el trabajo de las fuerzas de seguridad, y no descarta aplicar las mismas medidas en los distritos del interior del país cuya situación epidemiológica sea de gravedad.
Alberto Fernández pretende publicar en la madrugada del viernes el decreto que oficialice las nuevas restricciones. Ese día vence el DNU con las medidas de la fase de Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) que se encuentran vigentes a la fecha. Aún hay margen. Hay que ver si Nación publica el decreto consensuado con Ciudad o si impone el criterio acordado con Kicillof. El Presidente quiere contar con el aval de Larreta, por lo que las negociaciones entre ambas administraciones se mantendrán a lo largo de la jornada de este miércoles.
No obstante, en Casa Rosada hay malestar por el rechazo del jefe de Gobierno porteño a las potenciales medidas (justo en la jornada récord de contagios) que luego fue utilizado políticamente en un comunicado que lanzó Juntos por el Cambio, al que se acoplaron dirigentes opositores como Mauricio Macri, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. “Nos parece particularmente preocupante que frente al fracaso de la estrategia sanitaria del gobierno nacional la respuesta repetida sea insistir con restricciones excesivas y mal calibradas”, sintetizó su postura el frente opositor reclamando “defender la mayor normalidad posible”.
La respuesta al comunicado la plasmó Kicillof: “Confieso que pensé que ya nada podía sorprenderme del macrismo”. A través de una serie de tuits, el mandatario bonaerense cargó contra la oposición y la comparó con la dirigencia del resto del mundo: “Ante el crecimiento de los casos, las segundas olas y las nuevas cepas, en todos los países se han tomado medidas de este tipo, y aún más estrictas. En general, las oposiciones políticas acompañaron las medidas de esos países”. “No sé si existe otro caso de tanta irresponsabilidad y oportunismo”, agregó.
Más allá de los enojos, los jefes de Gabinete, Santiago Cafiero y Felipe Miguel, tendrán la responsabilidad hoy de acercar posturas en una reunión que mantendrán. La voluntad de negociar y llegar a un acuerdo, pese a las diferencias políticas, son compartidas tanto por Nación como por la Ciudad. Saben el momento delicado que atraviesa la ciudadanía y están en estado de alerta ante el crecimiento exponencial de los contagios que se vio reflejado ayer con la cifra más alta desde el inicio de la pandemia.
Sin embargo, el punto de inflexión sigue siendo la nocturnidad. El Gobierno Nacional y el bonaerense apuntan a cortar toda actividad no esencial entre las 22 y 6 de la mañana. La Ciudad rechaza de cuajo limitar la circulación, la consideran inviable. “¿Cómo va a hacer la Provincia para controlar que la gente no se mueva durante esas horas?”, se preguntan en el Ejecutivo porteño mientras defienden la idea de restringir solo la actividad comercial en un margen más acotado de tiempo.
En el entorno de Kicillof asumen que más allá de las dos horas de diferencia para cerrar bares y restaurantes, lo importante es que las restricciones abarquen los eventos sociales y las actividades recreativas. Probablemente, el DNU que saldrá publicado en el Boletín Oficial avale esta idea. “Si reducimos la circulación, los eventos sociales y recreativos, no importa tanto el horario, si es una hora más o una hora menos, lo importante es aplicar la restricción”, resumieron desde La Plata. En Ciudad consideran entendible reducir la cantidad de gente que se puede juntar en espacios cerrados.
Por su parte, en Balcarce 50 minimizan la discusión de si permitir la actividad hasta las 22 o hasta las 0 horas. Por lo bajo le exigen al Gobierno porteño que para mitigar el impacto de las nuevas restricciones en bares y restaurantes, deberían compensarlo con algún programa de asistencia “y que se adecuen a una medida sanitaria de extrema urgencia frente a un escenario de gravedad”.
Si se liman las asperezas entre Nación y Ciudad, el criterio para abordar la segunda ola en el AMBA estaría resuelto esta tarde. A la par, entre hoy y mañana el Gobierno de Alberto Fernández avanzará con los gobernadores en medidas restrictivas para aplicar en el resto del país. Ayer, Cafiero y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, mantuvieron conversaciones con los mandatarios provinciales para evaluar la situación epidemiológica y el margen de maniobra para aplicar mayores controles. Aquellas ciudades cabeceras, con cuadros epidemiológicos complejos probablemente compartan las medidas que se apliquen en el AMBA.
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