Fue una idea de Felipe Solá que Alberto Fernández convalidó sin dudar. A continuación, el canciller se reunió con Pedro Prada Quintero, el embajador de Cuba en la Argentina, quien explicó la situación científica de las vacunas Soberana 2 y Abdala contra el COVID-19 que se intentan producir en su país. Y por último, Carla Vizzotti recibió a Prada Quintero para avanzar en una hoja de ruta que debería desembocar en un nuevo proveedor de vacunas para la Argentina.
La apertura de conversaciones diplomáticas y sanitarias entre Argentina y Cuba ratifica la decisión institucional de Alberto Fernández de negociar con todas las empresas y estados que puedan suministrar millones de dosis contra el Coronavirus en un mercado estrangulado por la ausencia de producción a escala y la política de acaparamiento de los países más poderosos.
El plan del gobierno respecto a la eventual adquisición de las vacunas Soberana 2 y Abdala repite la misma lógica instrumental aplicada en la negociación de la Sputnik V. Alberto Fernández habilitó que Carla Vizzotti -por entonces viceministra de Salud- y Cecilia Nicolini -asesora presidencial- iniciaran las conversaciones en Buenos Aires y después que viajaran a Moscú para visitar los laboratorios que fabrican la vacuna rusa.
Alberto Fernández cerró la negociación con Vladimir Putin, que se comprometió a cumplir con los plazos de entrega y la certificación científica de la Sputnik V. Y cuando las vacunas no llegaban en tiempo y forma, otra vez el Presidente se comunicó con el Kremlin para solicitar que la provisión de vacunas sea regular y voluminosa.
La posible compra de vacunas Soberana esta en categoría de decisión política. Alberto Fernández ahora necesita que lleguen a la ANMAT y al ministerio de Salud los informes técnicos de los científicos cubanos, que a continuación Vizzotti haga un informe de situación y que -si es necesario- haya un viaje a la Habana para visitar los laboratorios y empezar a definir la logística de traslado de las vacunas hasta Buenos Aires.
“La Soberana es una proteína basada en el toxide tetánico; es una proteína utilizada para el tétano salvo que se le agrega la proteína del COVID-19. Parece que los resultados son buenos, pero recién ahora se está iniciando la Fase 3. Esto va a llevar un tiempo”, explicó Lautaro de Vedia, infectólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Vizzotti ya aprendió cómo es la hoja de ruta para lograr la compra y aplicación de las vacunas contra el COVID-19. En este contexto, la ministra de Salud se comprometió con el embajador Prada Quintero a organizar una reunión con la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CONAIN) para revisar los detalles científicos de Soberana 2 y Abdala, que son las vacunas cubanas con mayor avance en la investigación técnica.
Mientras tanto, Solá prepara un zoom entre Alberto Fernández y Díaz Canel, a cargo del régimen cubano. La intención de la Cancillería es lograr que la conversación se realice en los próximos días, a la espera de los informes técnicos que deben analizar la ANMAT y la cartera de Salud.
Alberto Fernández tiene buena relación personal con Díaz Canel, y aún recuerdan con orgullo en la Habana que le concedió al líder cubano su primera audiencia como jefe de Estado. Sucedió en la mañana del 11 de diciembre de 2019, cuando el presidente se acomodaba en la Casa Rosada y el COVID-19 era una pesadilla que nos esperaba en el futuro imperfecto.
Si prosperan las negociaciones entre Alberto Fernández y Díaz Canel, y la ANMAT y el Ministerio de Salud autorizan la aplicación de Soberana 2 y Abdala, las vacunas cubanas llegarían al comienzo de la primavera.
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