Beatriz Sarlo volvió a hablar luego del escándalo que se desató a partir de sus declaraciones ante la Justicia por la polémica en torno a un supuesto ofrecimiento de vacunación “por debajo de la mesa”, en las que señaló a la esposa de Axel Kicillof, Soledad Quereilhac, de ser quien le ofreció la dosis de la Sputnik V. El hecho provocó una dura ofensiva del gobernador bonaerense que judicializó el conflicto con la ensayista.
“Intercambiamos misivas de amor, vía judicial”, ironizó Sarlo. En diálogo con Luis Novaresio -por A24-, dio por finalizado el episodio: “Intercambiamos cartas documentos, pero creo que ya está”.
La intelectual analizó lo sucedido y negó que el ofrecimiento que recibió por parte de Quereilhac se tratase de un caso de “Vacunatorio Vip”, como ocurrió en el Ministerio de Salud de la Nación y que derivó en la salida de Ginés González García. Para Sarlo, se trató de “un conjunto de torpezas provocadas ni siquiera por gente del Gobierno de la Provincia, sino por allegados”. “No hubo otros casos, si hubiera habido la idea de armar un vacunatorio vip con intelectuales se hubieran conocido otros casos”, agregó y señaló que pudo formar parte de “esos desarreglos de la política actual, en todos los niveles políticos, que dicen una cosa a la mañana, otra a la tarde; el modelo es Alberto Fernández que interviene de manera continua”.
Consultada al respecto de qué opina del mandatario provincial luego de este episodio, respondió: “Mi opinión de Axel no cambió ni después ni antes de esto”. “Es alguien que trasladó el estilo duro que proviene de la izquierda política, es un estilo de discurso duro que quizás también necesite la política trasladado a una política hecha de arreglos y desarreglos discursivos como es la actual en la Argentina. Le dio buen resultado quizás porque la Provincia necesita discursos más cortos, más duros y más sencillos”, analizó.
“Nunca reflexioné sobre Kicillof y tampoco me ha dado ocasión para reflexionar. No es alguien interesante para la reflexión política”, determinó Beatriz Sarlo. Con el gobernador bonaerense “nos carteamos documentos”, manifestó pero insistió en dar por finalizado el escándalo: “Yo creo que quedó ahí”. Pero aseguró que va a “publicar todo lo que me escriban”, si recibe nuevas cartas.
Semanas atrás, cuando estalló el caso, enfurecido Kicillof salió a cruzar a Sarlo y a sostener que sus declaraciones ante la Justicia fueron “un ataque canalla contra mi familia y mi esposa”. “Sarlo no tiene derecho a embarrar a nadie”, dijo en aquella oportunidad. Esta vez, la ensayista sostuvo: “El que invocó a la esposa es él, el que la metió a la esposa es él”.
Puntualmente sobre la posibilidad de haber recibido la vacuna contra el COVID-19, dijo que se “hubiera desmayado de verguenza” si hubiera aceptado. “No vivo en Puerto Madero, vivo en Caballito, me hubiera resultado imposible psicológicamente mirar a la señora del cuarto piso de mi edificio”, graficó. En contraposición, citando el caso de la familia de Eduardo Duhalde, que sí accedió a vacunarse de forma privilegiada, sostuvo que el ex presidente “tiene una visión muy fuerte de familia”. “No soy irónica, la familia Duhalde es una familia política, Eduardo hace política y los demás han jugado alrededor de eso y tienen los valores que el padre les ha transmitido”, se explayó.
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