En el ministerio de Economía están pendientes de alguna señal. El plan original no será posible. La idea que surgió del equipo del ministro Martín Guzmán de obtener una sanción al proyecto de suba de impuesto a las Ganancias para las empresas en paralelo a la rebaja para personas humanas ya no va a ser posible.
Mientras la comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado avanzaba en darle el visto bueno a la media sanción a la nueva ley que modifica el piso del Impuesto a las Ganancias y se prepara para sancionarla durante la primera semana de abril, la otra “pata” del proyecto sigue girando entre los despachos del Palacio de Hacienda y los asesores económicos de las espadas oficialistas en el Congreso.
“No nos convence como está hasta ahora y los estamos analizando”, explicó a Infobae una fuente parlamentaria. “No hay acuerdo interno entre ellos y por eso no lo giraron a la comisión”, agregó una voz de la oposición. En el medio, Economía asegura que en una semana el proyecto de ley será girado a comisión para que empiece a ser tratada.
Es que las partes están en conversaciones para lograr una mejora porque “la intención es que esto salga y salga rápido”.
Para Economía es fundamental un pronto tratamiento porque la suba en el Impuesto a las empresas es lo que llega para financiar la baja en personas humanas. “Son dos proyectos que van juntos; sin uno el otro no se financia”.
Fuentes oficiales explicaron a Infobae que con el proyecto de ley que modifica la escala para las empresas en ganancia el Gobierno espera una recaudación adicional de “alrededor del 0,2% del Producto Bruto Interno que hoy serían unos 120.000 millones de pesos. De esto, sólo un tercio sería en 2021, alrededor de $40.000 millones”.
El proyecto que envió el Ministerio de Economía, y que aún el presidente de la Cámara Sergio Massa no giró a ninguna comisión para que empiece su tratamiento, propone una estructura de alícuotas escalonadas con tres segmentos en función del nivel de ganancia. Un primer escalón del 25% para ganancias netas de hasta $1,3 millones; el segundo escalón del 30% hasta $2,6 millones y un último segmento de 35% para ganancias netas superiores a $2,6 millones. Los dividendos distribuidos pagarán en todos los casos la alícuota del 7 por ciento.
“Este esquema permite reducir el impuesto que pagarán las pequeñas empresas y mantenerlo para las medianas (segundo tramo, que quedan en 30%). Solo se aumenta para empresas más grandes. Con este nuevo esquema, el 75% de las empresas pagarán una alícuota del Impuesto a las Ganancias más baja que la actual”, había explicado en Economía.
Acá es donde radica la principal discusión y que se está modificando la letra. Ese 25% de las empresas representaría alrededor de 20.000 compañías. Y algunos parlamentarios creen que ese número “se podría ajustar aún más”.
Si se observa el dato de ingresos por Ganancias de las empresas de la AFIP de 2018, un poco menos de 1000 compañías concentran más del 50% de la recaudación. “Si se observan los datos de la recaudación de 2018 se puede ver que ese segmento que va a tener que pagar un 35% de Ganancias es un universo mucho más chico que el que se puso en el proyecto original y son los que concentran los mayores ingresos”, agregó la fuente consultada.
El proyecto de ley está terminándose de rearmar en ese punto. La intención de todos los sectores es que sea aprobado rápidamente. En este caso, no será por unanimidad como fue Ganancias para personas humanas pero el oficialismo cuenta con los votos para obtener la media sanción en Diputados.
Mientras tanto, Guzmán mira con atención. Sabe que necesita de esta ley para cubrir el rojo fiscal de subir el mínimo no imponible a 150.000 pesos brutos. En la previa a los últimos cambios que se intrrodujeron en la maratónica sesión del fin de semana pasado, el costo fiscal de la norma rondaba los 48.000 millones de pesos. Pero está tranquilo, sabe que la discusión es técnica y que va a salir.
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