Con el objetivo de evitar la aglomeración de personas en el marco del aumento sostenido de casos de coronavirus en el país, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió reordenar las paradas de los colectivos en los alrededores de la estación de Constitución para que, de esa manera, no se formen largas colas.
La medida comenzará a regir a partir de las 14:00 de este martes y afectará a las líneas 4, 45, 51, 59, 65, 98, 100, 133, 143 y 168, en ambos sentidos, las cuales no cambiarán su recorrido, pero sí el lugar donde frenan para dejar a sus respectivos pasajeros.
Desde la hora señalada, se montará en el lugar “un operativo con Agentes de Tránsito” para ejecutar cambios en la zona y se les repartirá a “los usuarios flyers con las nuevas ubicaciones para que los usuarios puedan encontrar fácilmente las paradas”, que además estarán señalizadas.
Según informaron las autoridades de la Ciudad mediante un comunicado, se tomó esta decisión para “separar las líneas que tienen mucha demanda en horarios similares” y así “evitar las aglomeraciones en los tiempos de espera”.
“A partir de mañana (por este martes), y para favorecer el distanciamiento social durante la espera de colectivos, cambiará la disposición de las paradas de colectivos en el Centro de Trasbordo de Constitución. Se reubican las paradas, pero no cambian los recorridos”, anunció a través de su cuenta oficial de Twitter el secretario de Transporte y Obras Públicas porteño, Juan José Méndez.
El funcionario precisó que “las modificaciones se realizaron en base a relevamientos en el lugar y se tuvo en cuenta la cantidad de transacciones en las líneas que concentran la mayor cantidad de ascensos, que es donde se presentan las filas más largas, para separarlas del resto”.
Constitución es uno de los lugares con mayor número de pasajeros y una de las principales entradas a la Ciudad. En la etapa pre-pandemia se movilizaban por la zona alrededor de 1 millón de personas, según cifras oficiales.
Ahora, con la vuelta a clases presenciales y el retorno de casi la totalidad de las actividades, las autoridades porteñas notaron que en el Centro de Trasbordo “se ven en las últimas semanas filas más contundentes en las que, si bien se respeta el uso del tapabocas y la espera ordenada al aire libre, resulta necesario generar más espacio para favorecer el distanciamiento social”.
Los objetivos de esta medida son, entonces, generar más espacio de espera para las personas que se van a tomar un colectivo, favorecer el distanciamiento social entre los usuarios de transporte público, crear un entorno más seguro en términos de seguridad vial para los transeúntes y ordenar los flujos peatonales para facilitar la circulación de personas.
Desde que comenzaron las medidas restrictivas para reducir el riesgo de contagios, el transporte público quedó para uso exclusivo de trabajadores esenciales y algunas otras excepciones, como docentes y alumnos.
En el caso del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde el Gobierno nacional fiscaliza de manera directa el servicio público interurbano, la demanda está subiendo de manera sostenida en el último tiempo. Desde el 17 de febrero y hasta comienzos de marzo, se movilizaron 500 mil personas más que antes de esa fecha, por lo que sumaba casi 2 millones de pasajeros. Se trata de un incremento del 35 por ciento en la circulación.
Sin embargo, todavía se está lejos de alcanzar los registros de uso de la pre pandemia. De hecho, recientemente la circulación de pasajeros alcanzó un uso del 54% del sistema, con 2.232.663 personas que utilizaron el servicio. La medición diaria se realiza a través de los consumos de la Tarjeta SUBE, con la intención de planificar y evitar aglomeraciones que puedan fomentar la propagación del coronavirus.
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