El mal momento que atraviesa el gobierno de Alberto Fernández -con una sucesión de datos económicos negativos, agudización de los conflictos políticos internos y un agravamiento de la pandemia en Argentina- empieza a impactar en las mediciones de opinión pública. El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG), un relevamiento mensual que realiza la Universidad Torcuato Di Tella y es de consulta habitual del “círculo rojo”, registró el peor dato de toda la gestión que conducen Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
La Escuela de Gobierno de la prestigiosa institución educativa reflejó que “el ICG de marzo de 2021 fue de 1,78 puntos, con una disminución de 1,8% respecto a la medición del mes anterior”. El ICG se confecciona desde noviembre de 2001 en base a una encuesta de opinión pública a nivel nacional. Las cifras se miden en una escala de 0 a 5. “En términos interanuales el índice disminuyó 20%”, agregó el informe, y destacó: “El actual nivel de confianza es 9% inferior al de la última medición del gobierno de Mauricio Macri, correspondiente al mes de diciembre de 2019, y 23% inferior al ICG del primer mes completo (enero de 2020) del gobierno de Alberto Fernández”.
“Los valores del ICG de marzo vuelven a confirmar el estancamiento de la imagen del Gobierno en los relativamente bajos niveles a los que descendió tras el pico de abril de 2020 (ICG=3,29). La estabilidad del índice, a pesar de la buena o mala fortuna en el manejo de los temas de la agenda pública, así como la magnitud del índice, sugieren que los actuales niveles de confianza se basan en los sectores que constituyen el apoyo electoral ‘duro’ de la coalición (Frente de Todos)”, remarcaron desde la universidad.
De los cinco componentes que forman la medición, los dos que dieron negativo fueron los que inclinaron la balanza para que el resultado final no resultase favorable para el oficialismo. La eficiencia en la administración del gasto público disminuyó un 6,4% y la capacidad para resolver problemas del país cayó un 4,2%.
El resto de los componentes experimentaron variaciones positivas, aunque estadísticamente no significativas: honestidad de los funcionarios subió un 0,5%, preocupación por el interés general también un 0,5% y la evaluación general del Gobierno aumentó un 0,4%. Estos valores son similares a lo de febrero.
En cuanto al rango etario que se introduce en el ICG, se vislumbró que son las personas mayores a los 50 años quienes menos confían en el Gobierno (-6,4%). Se confirma un hallazgo de la medición del mes de febrero: la novedosa debilidad del Gobierno entre los ciudadanos más jóvenes. El cambio es significativo ya que durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, y en los primeros meses del de Alberto Fernández, ese era el grupo etario con más confianza”, explicaron.
Durante febrero de este año el ICG fue de 1,82 puntos y se constató una caída de 3,1% respecto a enero. Allí se concluyó que la campaña de vacunación contra el COVID-19 “no parece haber tenido un fuerte impacto en la confianza en el Gobierno”, y los puntos que mostraron una mayor retracción fueron “preocupación por el interés general (1,69 puntos, -12,9%); evaluación general del Gobierno (1,48 puntos, -6,7%); y honestidad de los funcionarios (2,21 puntos, -1%)”.
En marzo, los últimos datos indicaron que “el valor más alto del ICG se registró en el grupo de quienes tienen únicamente educación primaria (1,90 puntos), y esto a pesar de una importante caída de 11,2% respecto de febrero, y una aún mayor respecto de enero. Siguió el grupo de quienes poseen nivel terciario y/o universitario (1,84 puntos, con una variación positiva de 7%), ubicándose en el nivel más bajo el segmento de quienes tienen educación secundaria (1,65 puntos, con una notable disminución de 11,8%)”.
En cuanto a las perspectivas económicas, el ICG de este mes “fue mayor entre quienes creen que la situación económica mejorará dentro de un año (4,12 puntos, con una disminución de 1,2% respecto de febrero), que entre quienes creen que se mantendrá igual (2,17 puntos, con una caída de 3,1%) o que empeorará (0,63 puntos, con una importante disminución de 14,9%). Es probable que esta correlación sea causalmente bidireccional: el optimismo (pesimismo) sobre el futuro económico refuerza (debilita) la confianza en el gobierno, pero a la vez una mayor (menor) confianza en el gobierno genera mayor (menor) optimismo”.
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