La instrucción presidencial fue simple y contundente: los ministros de Salud, Seguridad, Interior y Transporte debían diseñar un rápido y preciso plan de acción contra la segunda ola del COVID-19, que se apalanca en las cepas Manaos y Sudafricana y tiene suficiente capacidad destructiva para colapsar a todo el sistema sanitario del país en escasas semanas.
El plan todavía no existe, y el jefe de Gabinete Santiago Cafiero usará la jornada de hoy para ordenar una decena de ideas que propusieron los ministras Carla Vizzotti (Salud) y Sabina Frederic (Seguridad), y los ministros Eduardo “Wado” de Pedro (Interior) y Transporte (Mario Meoni).
Las diferencias entre los ministros pusieron en jaque todas las consideraciones previas del jefe de Estado respecto a cómo debería aplacarse la segunda ola del COVID-19 con sus cepas Manaos y Sudafricana. “Desalentar el turismo exterior y reducir los vuelos al mínimo indispensable”, ordenó Alberto Fernández.
Una instrucción lineal que el debate interministerial transformó en un laberinto de espejos.
Vizzotti y De Pedro, por su peso político y su responsabilidad institucional, lideran las opiniones y los juicios de valor, mientras que Frederic y Meoni aportan su mirada sobre un asunto clave que no tiene antecedentes en la Argentina. Hace 72 horas que se dedican a resolver la orden del jefe de Estado, y la solución aún está en ciernes.
La ministra de Salud pretende cerrar las fronteras con Brasil, y por excepción mantener el transporte internacional. No habría vuelos, ni cruce a pie o en auto en los pasos fronterizos. Vizzotti aguarda que Cafiero y Alberto Fernández avalen su decisión política, frente al resto de los ministros que mantienen sus dudas respecto al tiempo de clausura y su alcance específico en una zona caracterizada por el contrabando y los cruces ilegales.
La ministra de Seguridad asume que no puede controlar todas las fronteras con la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval. En su ministerio se sugirió pedir apoyo a la cartera de Defensa y las Fuerzas Armadas. Si no hay control fronterizo, el flujo de contrabandistas hormiga o de familiares y amigos que cruzan de un país a otro (Brasil, Paraguay y Bolivia) pueden poner más cepas de Manaos (ya hay un caso de Córdoba) en terreno nacional.
Este asunto de máxima importancia, que Frederic y su staff plantearon en diferentes reuniones, tampoco fue resuelto por el equipo de ministros que deben convertir en un programa eficaz las instrucciones políticas y sanitarias que dio Alberto Fernández la semana pasada.
El Presidente además quiere que los turistas paguen su propio PCR y la cuarentena obligatoria en hoteles de la Capital Federal. Esa pretensión de Alberto Fernández mutó en una larga discusión respecto a su implementación. Vizzotti debe explicitar si la cuarentena deberá durar una semana o 10 días y que sucede si el PCR tiene resultado negativo.
Es decir: el turista argentino confinado puede salir del hotel y volver a casa si no está contagiado, o tiene que quedarse a cumplir la formalidad del tiempo establecido.
Tampoco los ministros del Interior, Salud, Transporte y Seguridad unificaron posiciones respecto a los pasajeros argentinos que se subieron a un avión y viajaron al exterior por asuntos laborales. Las propuestas oscilan entre considerarlo como un simple turista -el COVID-19 no hace distinciones- o permitirle que pruebe su condición laboral para obviar el pago de la cuarentena obligatoria en un hotel porteño.
La celeridad exigida por el Presidente para encontrar un programa sanitario contra las nuevas variables del COVID-19, se evaporó por las eternas discusiones que ciertos ministros de peso iniciaron el sábado vía chat y que continuaron ayer sin resultados concretos.
Santiago Cafiero tiene la compleja tarea de alinear las distintas opiniones parar presentar un programa consolidado al Presidente. El jefe de Gabinete trabajará hoy en su despacho y luego se reunirá con Alberto Fernández para ajustar los detalles de un plan sanitario que debería -al menos- contener el avance mortal del COVID-19 en sus variantes Manaos y Sudafricana.
Alberto Fernández pretendía anunciar hoy su nueva estrategia contra la pandemia. Pero ese plazo será de cumplimiento casi imposible por las diferencias internas en el Gabinete Nacional. Si hay milagro político, el nuevo plan contra el COVID-19 se conocerá hacia fin de semana.
SEGUIR LEYENDO: