La Cancillería Argentina le pidió a varios diplomáticos que fueron embajadores durante el Gobierno de Cambiemos que empiecen a tramitar su jubilación. Con esta medida se profundiza la tendencia de desplazar a todos los funcionarios que tengan que ver con la administración que lideró Mauricio Macri. Se nota en las designaciones que realizó últimamente el presidente Alberto Fernández, con varios nombramientos “políticos” en embajadas clave alrededor del mundo, como China y Rusia.
Uno de los que recibió esa intimación es Luis María Kreckler, de 66 años, quien es diplomático de carrera y estaba al frente de la sede ubicada en Beijing, la capital china, hasta fines de diciembre de 2020. En el Servicio Exterior los embajadores se jubilan a los 70 años y el resto (ministros, consejeros) a los 67. Sabino Vaca Narvaja, quien era su número 2 en China, lo reemplazó. Vaca Narvaja es un reconocido “chinólogo” que escribió un par de libros sobre el país asiático y tuvo activa participación en las negociaciones para obtener vacunas del laboratorio Sinopharm. Mantiene buena relación con la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y también con Alberto Fernández.
Tanto en China como en Cuba y en Bolivia serán nombramientos políticos, no de diplomáticos de carrera. En cada mandato, el Poder Ejecutivo puede nombrar hasta 25 embajadores de esta manera, invocando el artículo 5° de la Ley del Servicio Exterior de la Nación.
Una de esas últimas designaciones políticas fue la del ex sindicalista aeronáutico y luego diputado nacional Ariel Basteiro quien retorna a Bolivia por su larga relación con el ex presidente del país del altiplano. Evo Morales, que se prolonga ahora con su sucesor Luis Arce, de la misma línea política. La gran relación con el MAS (Movimiento al Socialismo) y con los funcionarios que rodean a Arce lo catapultaron nuevamente a ese puesto. Su antecesor, Normando Álvarez García, era muy cercano al gobernador radical de Jujuy, Gerardo Morales, uno de los principales representantes de Juntos por el Cambio.
Luis Ilarregui, quien fuera intendente de la ciudad bonaerense de Ayacucho y también está identificado con el kirchnerismo más duro, es otro de los diplomáticos políticos, que ocupará la sede diplomática en La Habana. Javier Figueroa, diplomático de carrera, fue trasladado desde Cuba a Gran Bretaña a mediados del año pasado. Este cambio no está relacionado con la interna entre “cristinistas” y “albertistas”.
Otro kirchnerista puro como Eduardo Zuain reemplazó en Moscú a Ricardo Enrique Lagorio, un diplomático de carrera durante la administración Macri, de la misma edad que Kreckler. El santiagueño Zuain, de muy buena relación con el radical K y gobernador de Santiago del Estero Gerardo Zamora, quien se desempeñara como vicecanciller y secretario de Relaciones Exteriores del segundo mandato de Cristina Kirchner y fuera procesado por “traición a la patria” por el memorándum con Irán, se encarga ahora de la relación con Vladimir Putin, muy relacionada con la provisión de vacunas Sputnik V, ya que Argentina fue uno de los primeros países en adquirir ese medicamento, clave en estos momentos de pandemia que atraviesa el planeta.
En Italia ocurrió algo parecido con Roberto Carlés. Este abogado nacido en Morón tiene 39 años y en 2006 el kirchnerismo lo había propuesto para integrar la Corte Suprema, aunque esa intención no prosperó. Su buena llegada al Papa Francisco y su estrecha relación con Cristina Kirchner se conjugaron para llevarlo al cargo como reemplazo de Tomás Ferrari, el designado por el gobierno de Macri en el período presidencial anterior.
Martín García Moritán actuó como embajador ante las Naciones Unidas entre febrero de 2016 y febrero de 2020. La actual Vicepresidenta impulsó a la diplomática de carrera María del Carmen Squeff, con experiencia anterior en Francia y en Nigeria, quien antes había sido candidata a ir al Vaticano, para que sea la representante en ese organismo, en Nueva York.
Para la estratégica embajada en Estados Unidos Alberto Fernández optó por la experiencia de Jorge Argüello quien ya había estado en esa posición en el lugar que ocupaba Fernando Oris de Roa, un empresario y amigo personal de Mauricio Macri, con el que también el ex presidente alguna vez compartió negocios comerciales. Argüello tiene una larguísima experiencia diplomática -ya había sido embajador en Washington DC, ante las Naciones Unidas y en Portugal- conocía en profundidad la agenda internacional y, fundamentalmente, cultiva una larga amistad con el Presidente. Esta suma de cualidades desembocaron en la decisión de Alberto Fernández de crear de “hecho” una “súper embajada” que coordina todas las actividades argentinas en los Estados Unidos.
En tanto, en Canadá, Eugenio María Curia también fue desplazado. En septiembre de 2020 el Gobierno de Alberto Fernández designó a una diplomática de carrera, Josefina Martínez Gramuglia, que el mes pasado empezó se instaló en la sede diplomática en Ottawa.
Eduardo Porretti se fue consolidando como encargado de negocios y sigue a cargo de la representación diplomática en Venezuela.
Otro embajador político fue ubicado en México: Carlos Tomada, ex ministro de Trabajo durante 12 años, desde 2003 a 2015. Leal al kirchnerismo fue diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires entre 2015 y 2019. Y además, jefe de bloque del FpV durante esos cuatro años. Se fue a la sede ubicada en el Distrito Federal el 25 de septiembre de 2020.