El abogado Roberto Carlés (39 años) es uno de los embajadores de rango político que designó Alberto Fernández durante su gestión. Viajó el 29 de diciembre a Roma para hacerse cargo de la embajada argentina en Italia, una nación estratégica en Europa para nuestro país. Desde enero, cuando presentó sus cartas credenciales ante el presidente de la República Sergio Mattarella, en la capital italiana se abocó a la preparación del G-20. En una ciudad que restringió sus actividades por el crecimiento de los casos de Covid-19 durante las últimas semanas, Carlés conversó a través de una videollamada con Infobae.
“Las restricciones que se han puesto son más preventivas que otra cosa. Pero Roma entró en zona roja. Esto se extenderá hasta Pascuas. Es como el ASPO pero un poco más flexible. Están cerradas las escuelas, hay muchas restricciones para circular y solamente permanecen abiertos los comercios para actividades esenciales. El panorama es preocupante en varios países de Europa. Los contagios diarios en algunos países del continente están por arriba de los 20 mil. También hay preocupación por la circulación de nuevas cepas”, cuenta Carlés como descripción de lo que se vive en estos días.
-¿Cómo está participando la embajada argentina en los preparativos para la cumbre del G-20?
-El G-20 abarca distintos aspectos. La cumbre de Salud Global será la primera reunión en Roma y se realizará el 21 de mayo próximo, hacia allí estamos apuntando. El 31 de octubre será la de los jefes de Estado, también en la capital italiana. Es un seguimiento de las distintas actividades, de las eventuales visitas que pueda haber. Todavía todo de modo virtual porque presencialmente no se puede. Son 10 reuniones especializadas, como Finanzas (Venecia, 9-10 de julio), Innovación e Investigación (Trieste, 5-8 de agosto) y Ambiente, Clima, Energía (Nápoles, 22 de julio), para poner solo algunos ejemplos. Esto lo encaramos desde principios de año. Estoy en contacto muy seguido con Jorge Argüello, el embajador argentino en Estados Unidos, que es el sherpa (consejero) presidencial para la cumbre.
-¿Cuáles serán los temas de discusión que planteará Italia como país anfitrión?
-La agenda es amplia, pero los tres ejes sobre los que se apoyará Italia son persona, planeta y prosperidad.
-¿Y la postura argentina cuál será?
-El presidente Alberto Fernández ya manifestó su sintonía con estos tres pilares que propone Italia. Los desafíos que se plantean son reforzar el multilateralismo y la solidaridad entre los pueblos. El Papa Francisco ya dijo que ‘nadie debe salvarse solo’ y en eso coincidimos plenamente. También pondremos un fuerte énfasis en el cuidado del planeta, que es un tema muy presente en las últimas reuniones del G-20. Y está más que claro que la discusión sobre cómo será la salida de la pandemia en forma conjunta también se discutirá.
-El G-20 luego de la reunión de los jefes de Estado confecciona un comunicado final con las conclusiones del encuentro. ¿Qué pretende Argentina que se refleje en ese Communique?
-Creo que se coincidirá en que el cambio climático ocupará el centro de la escena en los próximos años. Italia copreside junto a Reino Unido el COP 26, que es la cumbre sobre cambio climático que se hará en noviembre en Glasgow. También estarán las propuestas para salir de esta situación de pandemia que afecta al planeta.
-Hay problemas con la provisión de vacunas a nivel global. ¿Cree que también se abordará ese tema?
-Seguramente esa cuestión se empezará a conversar en la cumbre de salud del 21 de mayo. Es un tema importante. Alberto Fernández ya ha dicho que la distribución debe ser equitativa, proporcional y justa. Los problemas existen en todo el mundo. Es por la distribución, porque falta equidad y porque a veces falla la organización. También influyen los métodos de aplicación y que actualmente se registra un faltante importante de dosis. Aquí en Italia, solamente un 10 por ciento de la población de riesgo ya fue vacunada. Llegaron aproximadamente 9 millones de vacunas.
-¿Puede plantearse una estrategia común con países de Sudamérica o con algunas naciones europeas con las que habitualmente hay coincidencias sobre las vacunas?
-Eso es algo que excede a mis funciones. El Presidente se guía por la orientación del sherpa presidencial para definir esas determinaciones.
-En 2020, durante la gira presidencial por Europa de Alberto Fernández, se obtuvo el apoyo de Italia para la renegociación de la deuda externa argentina. En ese momento el primer ministro era Giuseppe Conte quien hace unos meses fue reemplazado por Mario Draghi. ¿Puede cambiar la postura italiana al respecto?
-Confío en que habrá una continuidad. El año pasado se logró un respaldo muy importante de cara a la renegociación de la deuda con el FMI y con el Club de París. No veo problemas para que esto se mantenga.
-Draghi fue presidente del Banco Central Europeo y siempre tuvo un perfil más proclive al ajuste. ¿Eso no puede hacerlo cambiar de opinión?
-Desde el punto de vista bilateral no veo que se vayan a producir grandes cambios. El presidente italiano Sergio Mattarella, en ocasión de la presentación de las cartas credenciales, me transmitió signos alentadores. Me manifestó la importancia que tiene Argentina para Italia no solamente por los lazos históricos que nos unen.
-Embajador, ¿cómo se encuentra el comercio bilateral con Italia?
-El 2020 no sirve como parámetro porque fue un año alterado por la pandemia. El intercambio comercial se mantiene estable, aunque Argentina desde 2018 tuvo una caída de su déficit porque bajó su volumen de importaciones. Nuestro país tiene el 80 por ciento de sus exportaciones concentradas en unos 10 productos: soja, camarones, porotos, carne ovina, etc. Es un desafío grande ver cómo en calidad y cantidad podemos aumentar esas exportaciones con mayor valor agregado.
-¿Y sobre qué rubros piensa que se puede avanzar para que las exportaciones se incrementen?
-Me parece que se puede impulsar la economía del conocimiento, fomentando la digitalización, sobre todo en estos tiempos de pandemia. Hacia allí se puede apuntar.
-Desde la embajada en Roma está muy cerca de Ciudad del Vaticano. ¿Pudo conversar con el Papa Francisco últimamente?
-Tenemos una embajadora en la Santa Sede y ella es la que está en mayor contacto con el Papa. Pero según lo que sé, Francisco se encuentra bien y trabajando mucho, más allá de algún problemita de salud que lo aquejó. Acaba de regresar de un viaje histórico a Irak que tuvo símbolos e imágenes muy fuertes. Significó una auténtica misión de paz, inimaginable poco tiempo atrás en una región tan golpeada por la guerra. Verlo allí entregó una imagen muy potente.
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