A un año de la cuarentena estricta dispuesta por la llegada del coronavirus a la Argentina, la campaña de vacunación avanza a ritmo lento en el país. El presidente Alberto Fernández reconoció la demora en la llegada de nuevas dosis en una sorpresiva aparición en cadena nacional. La escasez de vacunas complica los planes del Gobierno y condiciona la estrategia para enfrentar una segunda ola de COVID-19.
El contexto deja expuestos los adultos mayores que no han sido inmunizados. Es por ello que el defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, junto con agrupaciones de personas mayores y centros de jubilados, convocaron a un ruidazo para esta noche con motivo de reclamar la inoculación de los mayores de 60 antes del invierno y de la una posible aceleración de contagios.
El propio Semino trazó un panorama de la actualidad: “Ayer la ministro de Salud decía que no estamos como el 20 de marzo del año pasado. Y seguro que no, porque hay 54.000 argentinos muertos, de los cuales el 83% son adultos mayores. Además, hay 3.500 personas en terapia intensiva y el 90% son adultos mayores”, dijo a radio Mitre.
Semino subrayó que “los adultos mayores estuvieron encerrados, no pudieron hacer su vida normal, tuvieron que violar la cuarentena para ir trabajar y comer” y, en esa línea, indicó que “hoy faltan dos cosas” que son las únicas que no dependen de ellos mismos: “Nos prometieron 10, 20, 30 millones de vacunas. Lo hizo el ministro de Salud y lo ratificó el presidente de la Nación. Iban a caer del cielo. Sin embargo, hoy vemos que hay 2.500.000 de argentinos que tienen media vacuna, una sola dosis, y solo completaron la vacuna completa 500.000 argentinos. De todos esos, de cada 10 solo fueron vacunados 3 adultos mayores”.
Y al ensayar una explicación, apuntó contra los jóvenes que fueron vacunados: “Lo que pasa es que los jóvenes que pusieron heroicamente su brazo a la luz del día o en la penumbra de la noche, que siguen siendo funcionarios insólitamente, firmaron la condena de muerte para un adulto mayor cada vez que lo hicieron”.
Semino, además, manifestó su preocupación por la cantidad de testeos que se realizan a diario. “En Argentina sigue sin haber testeos suficientes, a pesar de ser un tema esencial. Se testean 40, 50 mil personas por día. Tenemos un sector de riesgo de 7 millones y medio de adultos mayores, y tenemos 5 millones más de enfermos con comorbilidades, insulinodependiente, oncológicos, etc. Somos todos un sector de receptores del virus que, con la llegada de la segunda ola, puede profundizar la tragedia en la cual ya está Argentina”, consideró.
Por otra parte, expresó su disconformidad por la distribución de las dosis. Dijo que el reparto de dosis dependa de la cantidad de habitantes en cada distrito “no es ningún criterio epidemiológico”. Desde su punto de vista, “se sigue haciendo vacunación al voleo”. Es por eso que remarcó que “hay que vacunar donde hay sectores de riesgo, esté en la ciudad de Buenos Aires o en La Quiaca”. Y se preguntó: “¿Por qué voy a vacunar a una población joven sino tengo vacunas”.
A la vez, reclamó “que las autoridades locales, las provincias, los gobernadores, el jefe de Gobierno, salgan a buscar vacunas. La responsabilidad y la exigencia es para todos. Los ciudadanos de a pie no tenemos la posibilidad y las vacunas tienen que aparecer”.
En conclusión, invitó a participar del ruidazo, que será a las 20. “No tenemos otra forma de expresión. El ruidazo es simplemente con lo que puedan contar los adultos mayores: con un tacho, con una bocina, con un grito. Es salir a la puerta de la casa, en la ventana, en la terraza o el balcón y hacer sonidos para permear los oídos insensibles del poder”.
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