La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, se reunió hoy con sus pares de las 24 provincias en el marco del Consejo Federal de Salud (CoFeSa) en la Casa Rosada para analizar la situación epidemiológica en todo el país y la eventual toma de medidas restrictivas para evitar un colapso sanitario ante los problemas con la provisión de vacunas. El encuentro se efectúa a un año de que el gobierno nacional anunciara una cuarentena estricta (ASPO) en todo el territorio argentino.
Preocupa a las autoridades sanitarias especialmente el ingreso de la cepa brasileña de coronavirus (conocida como P-1) proveniente de Manaos y la situación del país vecino en su conjunto, que por tercer día consecutivo superó las 2.500 personas fallecidas. En la provincia de Córdoba ya se detectaron 3 casos de infectados con nuevas cepas, uno con la de Manaos.
Los funcionarios coincidieron en la necesidad de desalentar los viajes de los argentinos al exterior, extremar los controles fronterizos y el refuerzo de la campaña de concientización para que se siga respetando el distanciamiento social, el uso obligatorio de barbijo y evitar las reuniones sociales en ambientes cerrados o con escasa ventilación.
Durante el encuentro se barajó la posibilidad de que regresen las estadías obligatorias en hoteles para las personas que regresen de los países con mayores índices de contagios.
A las 16 está prevista una conferencia de prensa de Vizzotti junto a los ministros de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán; de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Fernán Quirós; de San Luis, Silvia Sosa Araujo, y de Córdoba, Diego Cardozo.
Los datos de mortalidad sugieren que quizás la capacidad de reinfección con la cepa de coronavirus proveniente de Manaos sea aún mayor. En Manaos (2 millones de habitantes) se estimaba que un 75% de la población tenía anticuerpos contra SARS-COV-2. Durante todo 2020 se registraron 80.000 infectados (con un claro sub-registro debido a la saturación del sistema de diagnóstico) y 3.500 fallecidos.
Sólo entre enero y febrero de 2021 fallecieron más de 4.000 personas. Esto implica que la segunda ola de contagios (debido a P1) produjo en dos meses más muertes que las variantes “comunes” durante todo 2020.
La variante P1 parece ser más contagiosa (1,4 a 2,2 veces más que las variantes “comunes” de Brasil) y aún más preocupante; parece ser capaz de reinfectar a entre el 25% y el 61% de los previamente infectados con otras variantes.
Según los datos que posee el ministerio de Salud de Vizzotti, la variante P1 representaba un 0% de los casos totales en noviembre, un 52% en diciembre y un 85% en enero. Esto claramente indica una ventaja selectiva debido a mayor transmisibilidad y capacidad de reinfección mediante evasión de la respuesta inmune.
Un mayor control del flujo migratorio desde Brasil y otros países vecinos podría demorar la circulación comunitaria de P1 en Argentina, que tendrá resultados muy diferentes en cuanto a mortalidad si comienza en un contexto de un 5% de mayores de 60 años vacunados que con un contexto de 60% de mayores de 60 vacunados. Un escenario que posiblemente nuestro país pueda alcanzar en los próximos dos meses si se normaliza la llegada de los diferentes tipos de vacunas que el gobierno nacional adquirió mediante contratos con diferentes laboratorios.
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