Con la salida Marcela Losardo del Ministerio de Justicia de la Nación, cuya renuncia fue aceptada hoy, también comenzaron a irse los funcionarios más cercanos a ella y que llegaron de su mano a la cartera. La primera fue Laura Marcela Marrazzo, quién estaba a cargo de la Secretaria General de Justicia y Derechos Humanos. Se espera que en los próximos días, con la llegada de Martín Soria, el nuevo ministro, sean más.
En el Boletín Oficial se publicó hoy la aceptación de la renuncia de Marrazzo. “Agradécese a la funcionaria renunciante los valiosos servicios prestados en el desempeño de su cargo”, se afirma en el decreto 171 que lleva la firma del presidente Alberto Fernández y del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Marrazzo llegó al Ministerio a un cargo que no existía y que fue creado con el objetivo de limitar el poder de los funcionarios más cercanos a la vicepresidenta Cristina Kirchner. La Secretaria General de Justicia y Derechos Humanos estaba por arriba en de la Secretaría de Justicia, a cargo de Juan Martín Mena, y de la Secretaria de Derechos Humanos, con Horacio Pietragalla al frente. Pero el nuevo espacio no gravitó en la estructura de poder.
Sin pretensiones políticas, Marrazzo juró como en el Ministerio de Justicia el 30 de diciembre de 2019 junto al resto de los funcionarios que inauguraban la gestión. Ante de llegar a la cartera de Justicia, había sido titular del Observatorio de Derechos de las Víctimas de Narcotráfico de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, asesora de la Subsecretaría de Protección y Enlace Internacional en Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y Directora de Articulación con el Poder Judicial y Ministerios Públicos del SEDRONAR.
Otras funcionarias que llegaron con Losardo fueron Irma García Netto, subsecretaria de Relaciones con el Poder Judicial y la Comunidad Académica, y Nora Vignolo, jefe de Gabinete de la ministra saliente. García Netto fue defensora pública oficial, fiscal de tribunal oral criminal y en la Cámara Federal de Casación Penal y procuradora fiscal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Su rol es de tener el contacto permanente con jueces y fiscales. “Nunca hablamos con ella”, le dijeron a Infobae magistrados que suelen tener contacto con el Ministerio de Justicia.
La salida de Losardo y la llegada de Soria, dos ministros de perfiles distintos en su relación con la justicia, hará que se reconfigure el poder dentro del Ministerio. Con la renuncia de Marrazzo, y con otras que se esperan para los próximos días, la pregunta es quién pondrá a los reemplazantes: si el nuevo ministro o quedarán para personas directamente allegadas al kirchnerismo. Lo que no hay dudas es sobre la continuidad de Mena -quien queda a cargo del Ministerio hasta la asunción de Soria-, de Pietragalla y de otros funcionarios del núcleo kirchnerista.
Soria no tiene llegada ni es conocido en el Poder Judicial. Fue empleado en los años 2000 en el juzgado federal 9 de Comodoro Py, entonces a cargo del ex juez Juan José Galeano, y luego trabajó en la Cámara Federal de General Roca. Dejó la justicia para dedicarse a la política de lleno con su padre, el fallecido ex gobernador de Río Negro Carlos Soria. Fue intendente de General Roca, compitió por la gobernación y llegó a diputado nacional. Desde ese cargo criticó duramente a la justicia. Adhirió a la teoría del lawfare de persecución judicial a ex funcionarios, denunció a penalmente y en el Consejo de la Magistratura de la Nación a magistrados como al presidente de la Cámara de Casación, Gustavo Hornos, por haberse reunido seis veces en la Casa Rosada con Mauricio Macri en fechas cercanas a fallos en contra del kirchnerismo.
“La vicepresidenta quiere que la misma Justicia la libere de culpa y cargo”, “conmigo no van a contar para recibir a escondidas a jueces y fiscales” y “tenemos una Corte que fue complaciente cuando algunos camaristas tiraron todas las teorías jurídicas que aprendimos en la facultad por la ventana”, fueron algunas de las primeras definiciones de Soria como ministro designado.
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