La pelea en la UCR se mudó a la provincia de Buenos Aires: Gerardo Morales acusó a Gustavo Posse de ser “la expresión de un feudo hereditario”

El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, levantó la temperatura de las elecciones internas de la UCR en la provincia de Buenos Aires que se realizarán el domingo próximo para definir quiénes presidirán la conducción bonaerense del partido: al respaldar la candidatura de Maximiliano Abad, criticó en fuertes términos al otro contendiente, Gustavo Posse, intendente de San Isidro, a quien calificó como “la expresión de una gestión que es un feudo, y un feudo hereditario, ya que gobierna desde hace 22 años, y eternizarse en el poder no tiene mucho que que ver con la filosofía del partido”.

Morales, quien confirmó además que quiere ser candidato presidencial para 2023 y está trabajando en ese proyecto, se mostró esta tarde con Abad durante una reunión con periodistas, realizada en un hotel porteño, junto con el ex senador Ernesto Sanz, la legisladora ante el Parlasur María Luisa Storani y el diputado nacional Miguel Bazze.

De esta forma, dos figuras importantes de la UCR a nivel nacional explicitaron el respaldo a la lista de Abad y cuestionaron no sólo a Posse, su rival, sino también a quienes lo apadrinan en los comicios de este domingo: el senador Martín Lousteau y el histórico operador Enrique “Coti” Nosiglia.

“No es Lousteau el que arma una estrategia para disputar el poder en el partido sino Nosiglia, que tiene una concepción capitalina, muy centrada en los intereses del radicalismo porteño. Nosotros tenemos una visión más federal. Corramos el velo en la provincia de Buenos Aires”, disparó Morales, quien destacó que “hay dos candidatos, Maxi (Abad) y Posse, pero si se plantea el debate de la renovación y de la gestión hablemos de eso. Con Nosiglia tenemos un pensamiento diferente”.

Aun así, pese a los fuertes cuestionamientos, el mandatario jujeño destacó que el objetivo es “fortalecer el partido” y que “pasada la interna, la consigna es unificar el radicalismo”.

El telón de fondo de este enfrentamiento es qué sector será el que predomine para redefinir el papel que adoptará la UCR dentro de Juntos por el Cambio: de un lado está la dirigencia tradicional del partido (Morales, Sanz, Mario Negri, Luis Naidenoff y Daniel Salvador, entre otros), y del otro, Lousteau y el diputado nacional Emiliano Yacobitti, con el padrinazgo de Nosiglia, quienes en el distrito bonaerense tienen el apoyo de dirigentes como Federico Storani y Juan Manuel Casella.

Ambas fracciones aseguran que buscan una renovación partidaria para que la UCR muestre “más vocación de poder”, abandone el rol secundario que tiene en la coalición opositora y apueste a que surja de sus filas el candidato presidencial que presentará JxC en las elecciones de 2023.

Morales también se refirió a ese tema: sostuvo que “hay que consolidar a Juntos por el Cambio, cambiando el sistema de toma de decisiones, para que el radicalismo deje de ser el furgón de cola”. Y, en respuesta a las críticas de sus rivales internos, que los acusan de estar cómodos secundando al PRO, advirtió: “Tenemos vocación de poder, pero hay que ser responsable en ese camino. Tenemos que llegar a 2023 con un plan de gobierno”.

Cuando habló del candidato presidencial de la UCR admitió que quiere postularse y que busca apoyos internos para concretarlo, pero dijo que “hay otros que se anotan en esa carrera, como Alfredo Cornejo”. Por eso hizo hincapié en su idea, que es compartida por Sanz, de que en 2023 el radicalismo defina en una elección interna el postulante a la Presidencia para que luego pueda competir en las PASO con los candidatos que presenten el PRO y la Coalición Cívica.

Sanz, por su parte, consideró que “se juega un proyecto de partido, de una UCR que mira hacia el futuro, recuperando terreno en todo el país”, y elogió a Abad como “referente de un partido que mezcla muchos valores positivos que debe tener una organización política, con mucha dinámica, vocación de poder, territorialidad, renovación y participación de mujeres y de jóvenes”.

Abad destacó que la UCR “recuperó musculatura”: antes de las elecciones de 2015, dijo, el radicalismo bonaerense tenía pocos intendentes, muy pocos legisladores nacionales, una Juventud Radical desorganizada y había un partido que era testimonial porque había perdido vocación de poder”, pero que entre 2015 y 2019 “pasó de tener 11 a intendentes a 32, de dos diputados nacionales a tener seis, bloques legislativos fuertes y hoy tenemos concejales en 153 municipios”.

“Hoy el radicalismo recuperó la vocación de poder y quiere volver a ser gobierno -aseguró. Queremos construir el futuro de la UCR, que es con ideas, porque no podemos mirar por el espejo retrovisor sino que tenemos que dar respuestas a las demandas del futuro, con una fuerte organización política para poder tener un gobernador y un Presidente radicales”.

Abad, jefe del bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara baja bonaerense, confirmó además que el neurólogo Facundo Manes será el primer candidato a diputado de la UCR en las próximas elecciones y que el politólogo Andrés Malamud se sumará a su sector.

El primer round de la pelea en la UCR tuvo lugar el domingo pasado con las elecciones internas en Córdoba para elegir la conducción partidaria, en la que Marcos Carasso, el candidato del oficialismo que encarnan Negri y Ramón Mestre, le ganó por sólo tres puntos (51,5% a 48,5% de los votos) a Rodrigo de Loredo, ex concejal y ex funcionario de Cambiemos que fue apoyado por Lousteau.

Luego de las internas bonaerenses, donde están en condiciones de votar 650.000 afiliados, el domingo 21 habrá elecciones en la UCR Capital, donde competirán dos listas que coinciden en respaldar la figura de Lousteau: el oficialismo de Guillermo de Maya, quien cuenta con el apoyo de Nosiglia, Yacobitti y Rafael Pascual, y una agrupación liderada por Daniel Angelici y legisladores porteños como Martín Ocampo y Ariel Alvarez Palma. Una tercera nómina, integrada por Jesús Rodríguez, Ricardo Gil Lavedra y Luis Brandoni, se presentó en la Justicia para pedir la suspensión de las elecciones con el fin de que se voten también los delegados al Comité Nacional.

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Morales también se refirió a ese tena: dijo que “hay que consolidar a Juntos por el Cambio, cambiando el sistema de toma de decisiones, para que el radicalismo deje de ser el furgón de cola”. Y, en respuesta a las críticas de sus rivales internos, que los acusan de estar cómodos secundando al partido fundado por Mauricio Macri: “Tenemos vocación de poder, pero hay que ser responsable en ese camino. Tenemos que llegar a 2023 con un plan de gobierno”.