La corriente de “Peronismo Republicano” se lanzó la semana pasada como uno de los sectores que confluyen en la interna de Juntos por el Cambio. El auditor general de la Nación, Miguel Ángel Pichetto es una de sus principales figuras. Otro de los referentes del espacio, ex intendente de San Miguel y ex ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín de la Torre, sinceró que el armado quiere sumar a otros referentes del peronismo no oficialista, como el ex titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó y el ex ministro de Transporte, Florencio Randazzo.
“Estamos hablando con todos, con Emilio, con Florencio. Hablamos con distintos grupos, pero no estamos pensando en figuras sino en militantes que están en sus territorios”, definió el ex funcionario provincial durante la gestión de María Eugenia Vidal.
El armado del “peronismo republicano” se relanzó el jueves pasado en el San Miguel Rugby, ubicado en esa localidad bonaerense. Al igual que el sector de Monzó, el espacio tiene la intención de agrupar a los referentes y “votos peronistas no kirchneristas” como parte de la estrategia hacia las elecciones legislativas de 2021, y posicionase ante las otras líneas internas de Juntos por el Cambio, como la representada por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, o el ala más dura del PRO, referenciada en el expresidente Mauricio Macri y la actual titular del partido, Patricia Bullrich.
Además de De la Torre y Pichetto, en la corriente peronista de Juntos por el Cambio están alineados la legisladora bonaerense Claudia Rucci, el senador nacional por Salta Juan Carlos Romero, el riojano Eduardo Menem, el misionero Ramón Puerta, Jesús Cariglino, Miguel Ángel Toma y los intendentes Jaime Méndez (San Miguel), Hernán Bertellys (Azul), Guillermo Britos (Chivilcoy) y Manuel Passaglia (San Nicolás), pasando por los sindicalistas Dante Camaño (gastronómicos) y Marcelo Peretta (farmacéuticos y bioquímicos).
Este sector tendrá que competir de manera directa no solo con el Frente de Todos, sino con el peronismo que está por fuera de las dos grandes coaliciones del sistema político. El 19 de febrero, la diputada Graciela Camaño y el ex gobernador salteño Juan Manuel Urtubey presentaron el partido Tercera Posición, con la intención de competir electoralmente en los comicios legislativos de este año.
El ex intendente de San Miguel, quien se había integrado rápidamente a la gestión de Vidal en 2015 como “pata peronista”, aseguró en radio La Once Diez que “estamos juntando peronistas para hacer un espacio que defienda los valores de lo que nosotros entendemos que el peronismo” y que esté con una mirada “claramente opositora” del kirchnerismo.
“Somos peronistas republicanos que entendemos que hay que defender el trabajo, la producción, la división de poderes, que hay que defender a la empresa y al trabajo, que hay que sacar a la educación pública del secuestro en el que la tiene Baradel en la provincia de Buenos Aires”, sostuvo De la Torre. Y apuntó que “los programas sociales pueden ser un puente entre el no trabajo y el trabajo, pero no pueden ser hechos que hagan vivir a los políticos, que los hagan dormir tranquilos”. “La suma de planes más planes lo único que tiene que hacer es inquietarnos y entender que hemos fracasado, no tenemos que estar tranquilos”, consideró.
De esta manera, el espacio se ubicó en el espectro político de derecha. En el acto de lanzamiento, todos los oradores tuvieron discursos confrontativos con el Gobierno.
Durante la actividad, Pichetto insistió en su tesis de que “el problema de la Argentina es la ideología del pobrismo”, pidió “bajar la carga impositiva de los empresarios porque son los que generan empleo” y reclamó “modernizar las normas laborales: son todas leyes de los años 70 y se mantienen casi intactas”. Elogió, además, la presidencia de Carlos Saúl Menem, pidió recuperar las Fuerzas Armadas y trazó un paralelismo histórico sobre la conflictividad social en el sur: “La Patagonia afronta riesgos como en la época de Julio Argentino Roca porque hay grupos seudomapuches que tienen una ideología de izquierda”.
Tanto Monzó como Florencio Randazzo transitan momentos distintos en su actividad política. El primero, que finalizó el gobierno de Cambiemos muy alejado de Mauricio Macri, está lanzado desde el año pasado a sumar músculo partidario en la provincia de Buenos Aires, a la búsqueda de una opción moderada y lejana a la “grieta”.
Por su lado, el ex ministro de Interior y Transporte mantiene un perfil bajo desde 2017, cuando Cristina Kirchner no le concedió una competencia en primarias y obtuvo el cuarto lugar con su fuerza política “Cumplir”. Recientemente reapareció en un encuentro por Zoom organizado por militantes de base. En esa actividad, planteó críticas a la situación política, económica y social que enfrenta la Argentina, apuntó con dureza contra la vicepresidenta y se pronunció en favor de generar una “tercera vía que rompa la polarización kirchnerismo-macrismo”.
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