Alberto Fernández escaló los ataques contra Luis Almagro y justificó el arresto de Jeanine Áñez

El Presidente argentino fundamentó el respaldo político a Evo Morales y le sugirió al secretario general de la OEA que debería “dar un paso al costado”

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El Presidente argentino fundamentó el respaldo político a Evo Morales y le sugirió al secretario general de la OEA que debería “dar un paso al costado”

Alberto Fernández escaló los ataques contra Luis Almagro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos a quien el Gobierno argentino lo señala como responsable del presunto golpe de Estado en Bolivia. El Presidente exacerbó su alineamiento con la política internacional ultra Kirchnerista y se encolumnó detrás de Evo Morales, justificando el arresto de la mandataria interina, Jeanine Áñez.

En declaraciones a programa Fuego Amigo (Canal 9), el presidente argentino se refirió a la crisis política e institucional que transcurre en Bolivia desde fines de 2019. Tras el arresto de Áñez, acusada de sedición y terrorismo, Alberto Fernández justificó haberle dado cobijo en el país a Evo Morales, quien se vio forzado a renunciar a la Presidencia el 10 de noviembre de 2019, luego de que se anularan las elecciones de ese año por denuncias de fraude a su favor.

“No le di una mano a Evo Morales, hice lo que tiene que hacer cualquier persona cuando corre peligro la vida de alguien”, explicó Alberto Fernández sobre la permanencia de Morales en su exilio.

El mandatario argentino señaló que “Evo Morales sufrió un golpe de Esado” que “quedó corroborado porque después ganó las elecciones” su partido y su candidato.

De esta forma, Alberto Fernández profundizó su alineamiento en política exterior con el gobierno boliviano y el régimen de Nicolás Maduro, y agudizó su ataque contra uno de los diplomáticos que se enfrenta a la dictadura venezolana y los gobiernos populistas de la región.

El Jefe de Estado apuntó contra la OEA, al señalar al organismo como responsable del presunto golpe de Estado en Bolivia, y le sugirió a su secretario general, Luis Almagro, que renuncie a su cargo. “No tengo ninguna duda de que la OEA tuvo que ver y que si Almagro tuviera dignidad, debería dar un paso al costado”, enfatizó Alberto Fernández.

La postura del Gobierno argentino la encabezó el canciller Felipe Solá, cuando la semana pasada viajó a Bolivia. En diálogo con la televisión de ese país, el ministro de Relaciones Exteriores calificó de “inmoral absoluto” a Almagro y lo responsabilizó por el “golpe de Estado”, que dice que sufrió Morales en 2019.

“Es un inmoral absoluto (...) que se pone a las órdenes del más fuerte, a las órdenes de Donald Trump (en ese entonces presidente de EEUU), traiciona toda su historia política y mandatos”, dijo sobre Almagro y su “aporte” para que en Bolivia se diera el “golpe de Estado”.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro (EFE/Luis Eduardo Noriega A./Archivo)
El secretario general de la OEA, Luis Almagro (EFE/Luis Eduardo Noriega A./Archivo)

El ministro argentino también arremetió contra el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez, con el que Argentina no tuvo relaciones, y dijo que “gobernó con odio”. Solá también contó que en la asunción del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, el 1 de marzo de 2020 en Montevideo se negó a saludar a la entonces canciller interina de Bolivia, Karen Longaric, pues el Gobierno Nacional no la reconocía como tal, y tampoco saludó a Almagro porque le “daba vergüenza”.

Tras las declaraciones de Solá, la OEA respondió con un comunicado en el que rechazó las acusaciones del Gobierno argentino.

“Puesto que la OEA fue la única organización multilateral que sostuvo que el mandato constitucional del ex presidente debía ser respetado y que todas las instituciones debían actuar con apego a la Constitución, es evidente la falsedad absoluta de cualquier acusación contra la Organización de haber participado en un golpe de Estado”, señaló el organismo internacional.

Respecto a las elecciones celebradas en 2019, la OEA aseguró que hubo un debilitamiento de la autoridad electoral y denuncio una serie de acciones fraudulentas del entonces gobierno de Evo Morales, quien luego vivió por casi 11 meses en Argentina, desde donde dirigió la campaña del Movimiento al Socialismo (MAS) con la que Luis Arce ganó la Presidencia en octubre pasado.

Los lazos entre Argentina y Bolivia vienen desde los Gobiernos de Evo Morales (2006-2019) y Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa y viuda Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y ahora reeditan esa alianza con Luis Arce.

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