El presidente Alberto Fernández se inclinó finalmente por un cuadro de perfil kirchnerista para suceder a Marcela Losardo al frente del Ministerio de Justicia. Se trata del diputado del Frente de Todos por Río Negro Martín Soria, afín a La Cámpora y a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Con su incorporación, se espera una dinámica de mayor confrontación entre el Gobierno y el Poder Judicial.
Soria tiene 45 años y es el mayor de los cuatro hijos del fallecido gobernador de Río Negro, Carlos “El Gringo” Soria y Susana Freydoz, condenada a 18 años de cárcel por asesinato de su esposo, quien permanece en prisión domiciliaria. Es además el hermano de María Emilia Soria, con quien intercambió cargos: ella pasó de ser diputada nacional a intendenta de General Roca, mientras que él dejó ese cargo ejecutivo para ocupar una banca en la Cámara de Diputados nacional. Ambos movimientos ocurrieron con apoyo del kirchnerismo, tras el fallido intento de Soria por la gobernación rionegrina.
Según las crónicas policiales, fue uno de los primeros en ver el cadáver de su padre, el gobernador Soria, tirado en la cama de la habitación de su casa de General Roca, luego de que su madre lo asesinara de un disparo en el rostro, el 1° de enero de 2012. Hacía pocos días que “El Gringo” había dejado la Municipalidad de su pueblo y dejado a Martín en su lugar para asumir la gobernación.
La cercanía al kirchnerismo de Soria se produjo después de asumir la banca en la Cámara baja. Sin otra experiencia legislativa nacional, después de asumir en diciembre de 2019 comenzó a tejer buenas relaciones con el presidente Alberto Fernández, pero sobre todo con el kirchnerismo más duro, a partir de su rol en la Comisión de Justicia, en la de Legislación Penal, Asuntos Constitucionales y de Juicio Político. En un año, se convirtió en una de las espadas K contra el Poder Judicial, no sólo con cuestionamientos políticos, sino con denuncias por la actuación de los magistrados durante el gobierno de Mauricio Macri. Hasta marzo del año pasado no se le había detectado esa vocación por lo judicial.
En sus redes sociales Soria reproduce los párrafos salientes de la explosiva declaración de Cristina Kirchner en la que tilda de “podrido y perverso” al sistema judicial. Con su asunción al frente de Justicia, se espera una dinámica de mayor confrontación.
La semana pasada, Alberto Fernández aseguró que conoce “hace muchos años” a Martín Soria, y aclaró que no se lo puede calificar de kirchnerista porque su hermana, María Emilia Soria, fue una de las legisladoras que en 2017 votó el desafuero de Julio De Vido. “Lo conozco a Martín, mucho. Voy a decir algo que va a exacerbar muchos ánimos, pero su hermana (María Emilia) votó el desafuero de De Vido. Los Soria no son precisamente eso (kirchneristas), lo hacen para generar inquina entre Cristina y yo”, dijo.
La declaración del Presidente provocó rechazo de parte del exministro de Planificación, quien salió a expresar su bronca. “Pareciera que haber votado el desafuero a un compañero perseguido sin haber siquiera sido indagado sería un mérito para designar al hermano como sucesor de la ministra Losardo, esto define la miserabilidad inconmensurable de Alberto Fernández”, dijo el exfuncionario de los tres gobiernos kirchneristas. “El mérito de Martín Soria para ser ministro de Justicia sería que es anti kirchnerista, según Alberto Fernández. El silencio compañeros se transformará en complicidad. Me da vergüenza ajena la pobreza retórica de su justificación que afianza nuestra estigmatización dando piedra libre desde el Poder Ejecutivo a nuestra persecución judicial”.
Amiga del Presidente y experimentada abogada, Losardo intentó construir puentes con el Poder Judicial a contramano de los intereses de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Desde que trascendió la posibilidad de una renuncia, hace diez días, quedó en claro que se trató de un triunfo de la vicepresidenta en su afán de intervenir ante la Justicia para favorecer a exfuncionarios procesados por corrupción.
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