El politólogo y ex asesor presidencial de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba, apuntó con dureza contra los sindicatos de la Argentina, a quienes señaló como unas “corporaciones con enormes intereses que manejan gran parte de la sociedad”.
Después de haber asesorado al Gobierno de Cambiemos durante la mayor parte de la gestión presidencial de 2015-19, el ecuatoriano describió a los sindicatos como agrupaciones con un poder que no llegó a ver en otros países de América Latina.
“El tema en Argentina es complejo porque el país es muy corporativo. Hay una serie de corporaciones con enormes intereses que manejan en gran parte a la sociedad, entre ellos varios sindicatos”, afirmó Durán Barba, en declaraciones a la periodista María Laura Santillán, en CNN Radio,
“El sindicalismo argentino es muy peculiar, muy poderoso”, agregó.
El politólogo indicó que una de las claves del poder que acumularon los sindicatos en la política argentina a lo largo de los últimos 80 años se dio a raíz de unas reformas establecidas durante la presidencia de facto de Juan Carlos Onganía, “quien hizo reformas que fueron importantes para darles un respaldo económico brutal porque hay una legislación que les entregó el manejo de las obras sociales. Es muy sorprendente”.
“Yo llegué a la argentina en la década del 70, en 1972. Había estado en bastantes países de América Latina y nunca conocí a un sindicalismo como ese. Se manejaban con un poder descomunal que ningún otro sindicalista en América tenía una cosa semejante. Smata, la UOM, eran sindicatos de un poder gigantesco”, analizó el politólogo, quien también acusó a algunos empresarios de “mezclarse” con algunos sindicalistas en busca de “prebendas del Estado”.
A su vez, Durán Barba aseguró que tanto los sindicalistas como los políticos argentinos no están considerando a mediano y largo plazo lo que él llama como la “tercera revolución industrial: “Todo eso está llegado a un colapso natural por la tercera revolución industrial (...) la realidad es que en 10 años, habrán desaparecido todos los camioneros, no va a haber camioneros. Va a ser como en China, en California, en Texas, son camiones manejados por robots”.
Por otro lado, el politólogo ecuatoriano reveló que todavía no leyó el libro recientemente publicado por el ex presidente Mauricio Macri, “Primer Tiempo”, y rememorando los tiempos en que trabajaron juntos, destacó la mala relación que existió siempre entre el ex presidente y el Círculo Rojo.
“La relación de Macri con el Círculo Rojo siempre fue muy mala. Ellos lo han visto como un tipo extraño al Círculo Rojo, también por cosas como esta. Están acostumbrados a la política de Argentina, Ecuador, México, a que los presidentes sean abogados, hablen como abogados y sean políticos tradicionales. Él era un ingeniero, rompió los esquemas, realmente él no funcionaba como funcionaban los demás presidentes”, afirmó en la entrevista.
A su vez, el ecuatoriano criticó la presunta incertidumbre entre los roles, la toma de decisiones y las dudas sobre quién tiene el verdadero poder en el Gobierno argentino. El duro análisis surgió a raíz de la reciente renuncia de la ex ministra de Justicia, Marcela Losardo, puesto que todavía no encontró a su reemplazante.
“Es insólito el avance enorme de Cristina sobre el Estado, la creciente debilidad del presidente Fernández, la ministra de Justicia que sale del entorno íntimo de Fernández y termina fuera porque la vicepresidenta la echa y no tienen un nuevo ministro porque no se ponen de acuerdo entre el presidente y la vicepresidenta”, dijo Durán Barba.
Y hasta se animó a una comparación regional: “En Bolivia no hay dudas de que el presidente Arce ganó las elecciones por el apoyo de Evo Morales, pero tampoco hay dudas sobre quién es el presidente. El presidente es (Luis) Arce y punto. Al extremo de que no invitó a Evo a la ceremonia de cambio de mando”.
Durán Barba aseguró haberse recluido durante el último año en una casa de enorme dimensiones que tiene su familia en Quito, al ser considerado paciente de riesgo ante el coronavirus por diabetes e hipertensión. Así, afirmó que después de mucho tiempo pudo sentarse a observar el funcionamiento de la política argentina desde afuera y llegó a una conclusión tan crítica como preocupante.
“Me llama la atención bastante ver de afuera las cosas. Que en un país como el nuestro, que el principal tema de los políticos sea cómo manejar la Justicia para que Cristina sea condenada o absuelta, es insólito. No debería haber un país que se dedique a eso. Es muy extraño”, sentenció.
Seguí Leyendo: