Finalmente los cuatro presidentes de los países miembros del Mercosur no se verán personalmente el 26 de marzo en Buenos Aires. Alberto Fernández decidió que el encuentro se realice de modo virtual y por eso instruyó a su canciller Felipe Solá para que se comunique con sus pares de Brasil, Uruguay y Paraguay para modificar la modalidad de la cumbre pautada en conmemoración de los 30 años de la conformación del mercado común.
A Fernández le preocupa especialmente el avance de la pandemia en los últimos días en la región. Con la situación crítica que se vive sobre todo en Brasil y en Paraguay y con el aumento de los casos en Uruguay le encargó a Solá que solicite a los cancilleres de Brasil, Ernesto Araújo, de Uruguay, Francisco Bustillo, y de Paraguay, Euclides Acevedo, que todo se haga de manera virtual. Argentina ejerce desde diciembre la presidencia pro-témpore del bloque regional por seis meses.
El presidente argentino consideró que la organización del evento con los necesarios traslados de las delegaciones no sería una buena señal hacia la sociedad que ve cómo el coronavirus sigue avanzando sin pausa en el mundo. Por eso el encuentro entre él, el mandatario brasileño Jair Bolsonaro, el uruguayo Luis Lacalle Pou y el paraguayo Mario Abdo Benítez se hará pero no de manera presencial.
“La República Argentina, que se encuentra ejerciendo la Presidencia pro témpore del Mercosur, adopta esta decisión en pos de proteger la salud de los participantes, al tiempo que trabaja para que el encuentro de Presidentes y cancilleres se pueda concretar en correctas condiciones, propiciando el diálogo y el intercambio de ideas entre las naciones”, sostuvo la Cancillería argentina en un comunicado que se conoció este sábado en horas del mediodía.
Se le pidió a Solá que interviniera en la comunicación ya que el encuentro de los cuatro presidentes estaba siendo coordinado por los respectivos cancilleres. El Presidente observa que ante el crítico panorama en Brasil y en Paraguay por la pandemia los cuidados sanitarios deben extremarse y por eso en las ultimas horas dispuso prolongar las medidas sobre distanciamiento social, restringió los vuelos comerciales hacia varios países de Sudamérica y decidió reforzar los controles fronterizos para minimizar los riesgos del ingreso de nuevas cepas del coronavirus.
El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, había trabajado intensamente para concretar la visita de Bolsonaro a la Argentina para verse por primera vez cara a cara con Alberto Fernández. Pese a las profundas diferencias ideológicas que separan a ambos mandatarios ya se había dado un primer paso para el acercamiento bilateral el 30 de noviembre de 2020 cuando conversaron en forma virtual, también a través de una videoconferencia.
A esa reunión de los cuatro presidentes de los países fundadores del bloque regional -Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay que el 26 de marzo de marzo de 1991 sellaron el Tratado de Asunción que le dio origen- iban a sumarse los jefes de Estado de Bolivia, Luis Arce, y de Chile, Sebastián Piñera, naciones a las que se pretende sumar al mercado común y que en la actualidad son estados asociados. Argentina insiste para que Bolivia se transforme en miembro pleno.
Públicamente sólo Bolsonaro había confirmado su presencia en nuestro país. “El 26 de marzo estaré en Buenos Aires, en nuestra querida Argentina, celebrando los 30 años del Mercosur”, había afirmado Bolsonaro a principios de este mes en una de sus apariciones por una emisión en vivo de la red social Facebook. El brasileño había adelantado que “será la primera vez que conversaremos con el presidente de Argentina. Será una conversación reservada. Públicamente, vamos a tratar asuntos económicos de nuestros dos países”.
Desde hace tiempo, tanto Brasil como sus otros dos socios comerciales, Paraguay y Uruguay, ejercen presiones sobre Argentina por la apertura del Mercosur al libre comercio con otros países y a que se baje el arancel externo común. A su vez, los brasileños siguen reclamando por las trabas argentinas a las importaciones.