Los cuatro cancilleres de los países miembros del Mercosur, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, participaron este viernes de una conferencia virtual que organizó el think tank estadounidense Atlantic Council, desde Whashington, de la que surgieron algunas coincidencias sobre el funcionamiento del bloque comercial regional pero también algunas de las diferencias que generan tensiones en su interior. También se pidió que Estados Unidos le “preste mayor atención” al Mercosur, ante la creciente presencia comercial de China en Sudamérica.
El canciller argentino Felipe Solá insistió en la necesidad de que los avances sean “con todos” los que integran el mercado común, mientras que sus pares, el brasileño Ernesto Araújo, el uruguayo Francisco Bustillo y el paraguayo Euclídes Acevedo, mostraron una postura más aperturista hacia otros mercados del mundo.
El encuentro se denominó “Comercio internacional y Mercosur en su 30 aniversario”, a pocos días de que, el 26 de marzo, se cumplan las tres décadas de su creación.
Fue una oportunidad inmejorable de los países del Mercosur para exhibir sus pretensiones ante el gobierno del demócrata Joe Biden, quien cumple sus primeros días en el poder como presidente estadounidense. El Atlantic Council es muy cercano a los demócratas y ofrece una plataforma ideal para realizar acciones de diplomacia informal, como la que se efectuó el viernes.
Solá remarcó “la voluntad de integración” de los países miembros del bloque y la necesidad de “asegurar que la voz de la región sea escuchada en los temas que nos importan y en los que somos relevantes”. Y agregó que “América del Sur no puede seguir siendo un receptor de recetas y de prioridades formuladas fuera de la región. Ya está madura desde hace mucho para tener sus propios diseños. Esto no es una confrontación ideológica ni es una reafirmación mesiánica de independencia. Esto es tener un rol afirmativo y propositivo, y asegurar que la voz de la región sea escuchada en los temas que nos importan y en los que somos relevantes”.
El canciller argentino, que intervino desde el hotel en el que estaba alojado en Bolivia donde cumplía una visita oficial, sostuvo también que “ninguna agenda de seguridad alimentaria debería prescindir de la opinión de los mayores proveedores de alimentos del mundo” y que “el Mercosur debería ser la base para que esa voz se haga oír en diferentes foros como el G20, la OMC o la FAO”. Estuvo acompañado por el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme y el jefe de Gabinete de la Cancillería Argentina, Guillermo Justo Chaves.
Al mencionar los desafíos presentes y futuros, el ministro resaltó que “la relación con China plantea a la región el riesgo de volver a un esquema de intercambio de productos primarios por productos industrializados: hemos conocido esa situación y creemos que no debe ser el futuro del Mercosur”.
“A pesar de las presiones del lobby anti-integración, el Mercosur nunca abandonó las negociaciones conjuntas. Podemos avanzar y retomar discusiones internas sobre las asimetrías y la distribución de los beneficios, priorizar a los países de América y del sur del planeta y hacer oír nuestras voces en los debates emergentes de la nueva agenda comercial”, argumentó.
Por otra parte, puntualizó que “la negociación con la Unión Europea nos da una base sobre la cual seguir avanzando en la agenda comercial externa”. Además, se manifestó a favor de ampliar el número de socios del bloque, y dijo que para la Argentina, que tiene actualmente la Presidencia Pro Témpore del bloque por seis meses, “sería conveniente siempre que otros países de Sudamérica quieran estar”. Nuestro país impulsa a Bolivia, que es un estado asociado, como miembro pleno del bloque.
El canciller Araújo de Brasil dedicó un largo tramo de su participación a sentar posición sobre Venezuela, que fue suspendida del bloque por no cumplir la premisa democrática. “Vemos la importancia de la democracia en nuestro proyecto de integración. Algo que no se puede obviar. Hay un quinto miembro que está ausente hoy, cuatro años después de ser suspendido por incumplimiento de compromiso y que todavía no ha vuelto al grupo”, sostuvo.
“Venezuela es una nación hermana, importante, apenas los hermanos venezolanos rescaten a su país va a poder volver a Mercosur. Brasil espera que el Mercosur pueda ser un elemento para incorporar a Venezuela libre al mundo”, insistió Araújo. “La suspensión de Venezuela por incumplimiento del contrato muestra que el Mercosur toma muy en serio de la democracia. La cuestión de Venezuela es de distintos enfoques ideológicos, pero no es el caso aquí. La democracia no es una ideología, la lucha por la dignidad humana frente al crimen organizado no es algo ideológico”, finalizó. También se ocupó de criticar al ex presidente brasileño Lula Da Silva.
A su turno el canciller uruguayo Bustillo resaltó el rol de los “padres fundadores” del Mercosur y exaltó a Carlos Menem, Fernández Color de Mello, Andrés Rodríguez y Luis Lacalle Herrera. “No hay que olvidar que la Unión Europea comenzó en tiempos de la posguerra en términos de la visión de sus fundadores. El Mercosur no es una excepción. Existió en aquel momento una profunda convergencia entre esos cuatro jefes de estado y su afán de integración”.
El uruguayo hizo un fuerte llamado a los Estados Unidos: “Mucho más importante que la propia pandemia son los efectos económicos que trajo. Cuando nos preguntamos qué puede hacer Estados Unidos por el Mercosur, es escucharnos porque parece que ahora el único que nos escucha es China. Somos una región riquísima en alimentación, en agricultura. Es hora de que Estados Unidos nos empiece a escuchar”.
“Es tiempo que los EEUU adviertan que hay un bloque que está comprometido con Occidente y compartimos los mismos valores, política y cultura. Que EEUU advierta eso, se preocupe y se acerque más a nuestra región”, advirtió el diplomático uruguayo.
Acevedo, el canciller paraguayo, expresó su desazón por lo que le está costando a su país obtener vacunas para combatir la pandemia de coronavirus. Y también dejó oír su preocupación por el panorama que se vive en la Triple Frontera, que resulta un punto álgido para todos los integrantes del bloque. “Es una especie de holding del crimen organizado”, manifestó. Y agregó que “debemos extirpar definitivamente el crimen organizado” de ese lugar y que eso “eso requiere una vinculación estratégica de seguridad entre los países del Mercosur y la Europol, la DEA” y aportes de EEUU. y todo el mundo “porque no solo hay narcotráfico sino también terrorismo en reposo”.
Solá caracterizó a la pandemia como “una crisis sanitaria mundial sin precedentes en la historia de la humanidad, en la que el Mercosur ha tratado de ayudarse, aunque el tema central ha pasado a ser la vacuna”. Y destacó que “ha surgido una necesidad enorme de cooperar; eso ha ayudado pero no ha sido suficiente. Quizás sea una oportunidad. No podemos esperar las condiciones óptimas para hacer lo que se debe hacer. La peor posición es la del que espera”.
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