El Gobierno resolvió extender el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) hasta el 9 de abril. El DNU será publicado en el Boletín Oficial esta medianoche.
A pesar de que el decreto casi no tendrá cambios respecto del anterior, en Casa Rosada revelaron a Infobae que el Gobierno restringirá a los gobernadores la capacidad de dictar medidas propias para enfrentar el COVID en cada distrito. Esta decisión apunta especialmente a Formosa, luego de semanas de polémica en torno al trato de la administración de Gildo Insfrán con los formoseños.
En diálogo con Infobae, una fuente cercana a Alberto Fernández resaltó que “el Presidente fue claro en que hay que restringir lo menos posible y enfocarse en la prevención de contagios, con mensajes de cuidado, de instrucción para evitar los contactos estrechos, y de desaliento a los vuelos al exterior. Estamos en alerta por la situación en el continente”.
“Queremos ganar tiempo para avanzar con la vacunación y enfocarnos en la campaña de comunicación sobre la segunda ola, tanto a nivel regional como local”, amplió la fuente, que también destacó que “el objetivo principal es acelerar la cantidad de dosis que llegan desde el exterior y el ritmo de vacunación”.
Esto explica en parte por qué la nueva etapa del DISPO no contempla nuevos cierres y va en línea con lo que declaró Carla Vizzotti esta tarde: “Argentina trabajó en fortalecer los cuidados con el objetivo de retrasar el aumento de casos a medida que avanza la vacunación. Queremos cuidar las actividades sociales y productivas”.
El presidente Alberto Fernández participó esta tarde en la Casa Rosada de la tercera reunión del Comando Nacional de Vacunación, un organismo creado para coordinar las distintas áreas y jurisdicciones involucradas en el plan de inmunización nacional junto al jefe de Gabinete Santiago Cafiero y los ministros de Salud, Carla Vizzotti; de Defensa, Agustín Rossi; de Seguridad, Sabina Frederic; de Interior, Eduardo De Pedro; de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; de Transporte, Mario Meoni; de Turismo y Deportes, Matías Lammens y de Relaciones Exteriores, Felipe Solá,
Las autoridades nacionales analizaron en esta reunión la situación sanitaria, la marcha del plan de vacunación y las posibles medidas restrictivas que se adoptarán sobre el ingreso y el egreso de personas al territorio argentino, con la disminución porcentual de vuelos al exterior y mayores controles en las fronteras.
En el Gobierno Nacional hay mucha preocupación por el creciente aumento de contagios en los países limítrofes. Por eso se le pidieron informes durante la semana a los embajadores argentinos en esos países antes de adoptar medidas. Hay situaciones de colapso sanitario, sobre todo en Brasil y Paraguay. En Chile, pese a la masiva campaña de vacunación, el gobierno de Sebastián Piñera determinó la vuelta a la fase más estricta del aislamiento en varias comunas. En Uruguay, adonde los argentinos solamente pueden arribar por vía marítima, se registró ayer un récord de casos, de COVID-19, 1.238.
El miércoles, mientras circulaban distintas versiones sobre la posibilidad de que se cerraran las fronteras nacionales para ciudadanos argentinos –los extranjeros ya estaban vedados– los ministros de Salud de las provincias se reunieron con Vizzotti en el marco del Consejo Federal de Salud (Cofesa) para evaluar la situación epidemiológica, el ritmo de inoculación y la distribución de vacunas en todo el país. No se habló de restringir el ingreso y egreso de turistas locales desde el exterior, como había deslizado el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán. Sin embargo, se hizo fuerte hincapié, desde la Nación, en la preocupación por la situación en otros países.
Otro tema que trataron en la reunión es la marcha del plan de vacunación que se intensificó en los últimos días. Ayer se anunció que la próxima semana arribarán al país tres millones más de dosis de la vacuna china Sinopharm, que por el momento solamente está aprobada por Salud para ser aplicada a la población de entre 18 y 59 años. Los interrogantes que quedan por resolver apuntan a cuándo llegarán nuevos embarques de la Sputnik V que debería aplicarse a los adultos mayores y también las 580 mil dosis de AstraZeneca que estarían disponibles antes de que finalice marzo.
Hasta este 12 de marzo en el país sólo habían poco más de cuatro millones de vacunas contra el coronavirus, de los cuales se aplicaron efectivamente poco más de dos millones, exactamente 2.098.205. Pero, además, de las 4.050.540 dosis, según el Monitor Público de Vacunación se enviaron a los distritos 3.418.965, según la actualización de las 6 de la mañana de este viernes.
La creciente falta de vacunas y las dudas por la llegada de las nuevas dosis coincidió con la decisión de la ministra de Salud Vizzotti de bajar el perfil público, después del escándalo por el “Vacunatorio VIP” y de haberse contagiado de coronavirus a los pocos días de asumir el cargo en lugar de Ginés González García, salpicado por la confesión del periodista Horacio Verbitsky de que recibió la Sputnik V por gestión de su “amigo” ministro.
Después de asumir y de recibir el último embarque de las dosis de Sinopharm el 25 de febrero, la nueva ministra permaneció aislada. Era el 26 de febrero y desde ese momento redujo al mínimo los reportajes y las conferencias de prensa, que hasta ahí tenían una frecuencia casi diaria. Durante esas dos semanas de silencio, el panorama de la pandemia cambió de manera radical para la Argentina, tanto por el problema de la escasez y la aparición de casos de “vacunados de privilegio”, como por la consolidación de Brasil como el principal foco de contagio de la región, debido a la nueva cepa de Manaos.
La ministra se ocupó de mostrarse en reuniones con especialistas y colegas de las provincias y de difundir por medio de comunicados la gestión. Un hito en esa “nueva comunicación” fue la declaración firmada por los responsables de Salud de todas las provincias -incluidos opositores como Fernán Quirós- que rechazaron “las voces que ponen en duda todo el funcionamiento del sistema de vacunación en la Argentina”.
Más allá de la controversia, la preocupación del Gobierno está en lo que está pasando en Brasil, el foco de contagios de la variante P-1 de coronavirus, con fuerte impacto en la zona de Manaos, que supera todos los días el registro de muertes cada 24 horas y que tocó el jueves un máximo de 2.300. El gobierno de Bolsonaro enfrenta este rebrote con los servicios de salud saturados y al borde del colapso. También se sigue con atención lo que ocurre con Paraguay. En la frontera “seca” con la provincia de Formosa advirtieron que muchos ciudadanos paraguayos cruzaron hacia Argentina en los últimos días para refugiarse en la provincia que gobierna Gildo Insfrán ante el aumento de casos y el desborde de los sistemas de salud.
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