Luego de que Beatriz Sarlo declarara ante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Eduardo Taiano sobre sus dichos sobre el ofrecimiento de una vacuna “por debajo de la mesa”, el gobernador bonaerense Axel Kicillof aseguró que “esto es un ataque absolutamente canalla contra mi familia y mi esposa”.
En diálogo con el canal TN, Kicillof dio detalles de lo que sucedió: “Hay una campaña de odio contra mi familia y mi esposa. Es mentira (que su esposa le ofreció a Sarlo la vacuna), es un ataque absolutamente canalla contra mi familia y mi esposa. Nadie le ofreció nada a nadie por abajo de la mesa, mi esposa no ofrece vacunas, no se vacunó, ni mi mamá, ni mi suegra, ni nadie de mi familia, salvo yo”.
En esa línea, Kicillof pidió contar de forma cronológica los hechos: “Cuando se inicia la posibilidad de que llegue una vacuna, empezaron las denuncias, entre otras de Elisa Carrió, que el 22 de diciembre nos denunció por envenenamiento. Decían ‘quiero ver cómo el Presidente se pone la vacuna, porque es trucha’. Ya estábamos recibiendo vacunas, necesitábamos que la gente se quisiera vacunar. Se me ocurrió y lo dije públicamente, que referentes que no fueran del oficialismo se vacunaran para darle credibilidad a la vacuna”.
“Ella (en referencia a Sarlo) tiene derecho a decir que no, pero no tiene derecho a embarrar a nadie y no tiene derecho ahora a callarse la boca. Porque sí está impreciso el título porque no es cierto que mi mujer le ofreció una vacuna por abajo de la mesa, tiene que aclararlo”, destacó Kicillof.
“Habían tratado de politizar la vacuna, entonces dije que iba a destinar 100 vacunas para que vean que no es venenosa, y ahí empezamos a tantear de muchas formas a ver quién quería participar de la campaña. Algo más arriba de la mesa no se me ocurre. La idea era que se vacunaran, se sacaran una foto y terminar con ese trabajo de desprestigio contra la vacuna”, resaltó.
A continuación, Kicillof se preguntó: “¿Qué campaña abajo de la mesa puede haber?”. Carlos Díaz, conocido en común de Sarlo y Soldead Quereilhac, “le mandó un mail, ‘es todo por derecha’ le dijo Carlos Díaz a Sarlo, ‘nada trucho, mucha gente conocida se va a vacunar y que comenten que se vacunaron’”.
“Están ensuciando a mi esposa, nadie le ofreció a Sarlo una vacuna debajo de la mesa, mi esposa no habla con ella hace 20 años. Usemos la lógica. No es amiga nuestra, se pensó en invitarla porque es una persona conocida, opuesta al Gobierno, para que se vacunara públicamente”, detalló Kicillof.
En ese sentido, el gobernador bonaerense dijo: “Esto lo presentaron de una forma totalmente distinta. Cada minuto que Sarlo no abre la boca, siguen creyendo que mi esposa le ofreció a su amiga la vacuna. Me están acusando de algo que no se hizo”.
“Cuando todo el mundo se quería vacunar, la campaña no hacía falta hacerla. Ya vacunamos a más de 700 mil personas, venimos bien, pero en ese momento era una situación de emergencia. Al principio, que había disputa sobre la efectividad de la vacuna, en ese momento algunos decían que era veneno; esa campaña fracasó, pero tuvimos que dar la disputa. Con la publicación de The Lancet, se les hizo de goma esa campaña”, destacó.
Este miércoles, la escritora Beatriz Sarlo declaró ante la Justicia que el ofrecimiento para que se aplicara la vacuna contra el covid-19 fue hecha por Soledad Quereilhac, la esposa de Kicillof. “El ofrecimiento fue a fines de enero por intermedio de mi editor de Siglo XXI, Carlos Díaz. Por lo que yo entendí, desde provincia de Buenos Aires estaban vacunando para lograr fotos que persuadieran a la gente”, relató.
“En ese momento todavía había cierta duda de la efectividad de la vacuna”, agregó ante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Eduardo Taiano. Según detalló Sarlo, el ofrecimiento fue “desde provincia de Buenos Aires, a través de la esposa del gobernador de Buenos Aires, Soledad Quereilhac”, quien había sido alumna suya en tiempos pretéritos.
“(El editor) Díaz me dijo que la idea era legitimar la vacuna a través de figuras públicas. Yo soy de Capital, no estaba anotada en el registro. Como Soledad fue alumna mía, ella se puso en contacto con mi editor”, apuntó.
“Yo no tendría problemas en ponerme la vacuna, pero no quería que la vacuna se transforme en un toma y daca, por vacunar a una persona conocida. Estaba esperando que me tocara, de acuerdo a mi edad y mi lugar de residencia”, apuntó.
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