En Casa Rosada se vivía un clima de incertidumbre este martes por la tarde, casi un día después de que Alberto Fernández anunciara que la ministra de Justicia, Marcela Losardo, dejará su cargo. La principal duda giraba en torno a su reemplazo y el Presidente evaluaba nombres. El sucesor de la titular de la cartera se anunciaría esta noche o mañana. Mientras tanto, había pases de factura sobre las responsabilidades en el nuevo cimbronazo para el Gabinete.
Reinaba la cautela en la Casa de Gobierno después de un fin de semana de versiones encontradas acerca de la permanencia de Losardo al frente de Justicia, un área sobre la cual la vicepresidenta Cristina Kirchner tiene particular interés por su situación procesal en causas por corrupción. En los despachos había especulaciones y pocas certezas sobre el perfil del dirigente que sucederá a la ministra. Mientras tanto, Alberto Fernández se encontraba en la Quinta Presidencial evaluando nombres en diálogo con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien seguía el devenir del tema desde la Casa Rosada y continuaba con actividades de la gestión.
El motivo oficial que se esgrime sobre su salida, como planteó el primer mandatario en diálogo con C5N anoche, es el “agobio” y el “cansancio” de Losardo. “El barro de la política no es para todos, ella es una abogada de perfil bajo que no pudo lidiar con las presiones”, explicaban en Gobierno. Adjudican la renuncia exclusivamente a una decisión de la ministra, aunque no descartan que la decisión haya provenido del acotamiento de su mando por la fuerte ascendencia de La Cámpora en el ministerio.
Mientras tanto, en los despachos de los funcionarios afines a Alberto Fernández había preocupación por el “golpe” que representa para el círculo “albertista” la salida de Losardo, amiga del Presidente a cargo de una de las carteras más importantes y de estilo moderado. Creen que su salida “debilita” al Jefe de Estado frente a la oposición, ante los sectores de la Justicia con los que se encuentra enfrentado el Gobierno, e incluso al calor de las internas del Frente de Todos.
Los nombres que circulaban por estas horas para el reemplazo de Losardo eran los de tres diputados: los kirchneristas Martín Soria y Marcelo Fuentes. También se hablaba del massista Ramiro Gutiérrez, pero hacia la noche su perfil perdía fuerza. Fuentes de Balcarce 50 admitían, en estricto off, la esperanza de que la sucesora fuera otra funcionaria muy cercana a Fernández, de un perfil similar al de Losardo: la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra. De todas formas, aseguraban, eran poco más de expresiones de deseo.
La sensación entre los sectores moderados era de “derrota”, admitían en Gobierno. Pero aclaraban que el adversario no era La Cámpora, sino la propia forma de desenvolverse de la administración nacional. La autocrítica apuntaba a la forma en que se desarrolló y comunicó la salida de Losardo. Hasta ayer, todas las señales indicaban que seguiría en su cargo a pesar de los embates internos del kirchnerismo. Por la noche, cuando el Presidente aseguró que estaba buscando un reemplazo para su ministra, esa certidumbre se esfumó.
Más allá del nombre en Justicia, el Gabinete preparaba para el resto de la semana una agenda oficial centrada en actividades vinculadas con cuestiones económicas -con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, como protagonistas-; y sanitarias. Esta tarde, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien asumió la semana pasada después de la salida de Ginés González García por el escándalo del Vacunatorio VIP, estuvo en Balcarce 50 para discutir la nuevas restricciones contra los contagios de coronavirus. También estuvo en Casa de Gobierno el ministro de Turismo, Matías Lammens, con quien se habló de trabas fronterizas.
La salida de Losardo sacude al Ejecutivo, sobre todo porque se produce dos semanas después del desplazamiento del ministro de Salud, y por la importancia de la cartera que deja vacante. El Gobierno intenta retomar el control de la agenda desde la crisis política derivada de las revelaciones de las vacunaciones irregulares donde intervinieron funcionarios del gobierno nacional. El discurso de Alberto Fernández en la Asamblea Legislativa fue un intento en ese sentido, pero sus declaraciones acerca de las reformas en la Justicia, sobre las cuales el Gabinete, y en especial la ministra de Justicia, no estaba al tanto, terminaron causando una nueva sacudida.
Con respecto a Losardo, entre los ministros había posiciones que oscilaban entre la desaprobación y la comprensión ante su decisión. Por un lado, consideraban su salida como un golpe evitable para el Gobierno. Por el otro, la veían como una derivación entendible por la incómoda posición en la que se encontraba en el ministerio. Sobre el desenlace de los cambios, por ahora, solo restaba en el Gabinete apelar a la paciencia.
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