La violencia de la Policía que comanda el gobernador de Formosa Gildo Insfrán quedó de manifiesto el viernes con una represión brutal a los ciudadanos que salieron a las calles para repudiar el regreso a fase 1 en la capital luego de un rebrote de casos de coronavirus.
Julieta González, periodista de Radio Parque, lo vivió en carne propia. Fue una de las personas detenidas en medio de las movilizaciones. Su caso despertó el rechazo de FOPEA, ADEPA y Fundación Led.
“Estaba cubriendo la marcha cuando veo que 15 policías habían acorralado a dos chicos que creía que eran menores de edad. Empiezo a sacarles fotos y a gritar que cesaran con esa actitud porque les estaban pegando patadas en la cabeza cuando ya habían sido doblegados”, contó la profesional.
En ese momento, un efectivo le pidió que se retirara porque sino iban a tener la misma actitud violenta con ella. “Le saco una foto a ese policía y de golpe siento un tirón de atrás, era un comisario que me saca y le ordena a una mujer policía que me detenga; esas mujeres me tomaron del pelo y me arrastraron contra la pared”, recordó González en diálogo con Marcelo Longobardi en radio Mitre.
La mujer intentó identificarse en varias oportunidades. Les dijo que era periodista. Es más, un comisario que estaba en la zona la reconoció porque había sido entrevistado por ella. Sin embargo, fue detenida y trasladada a una comisaría ubicada a varios kilómetros de la zona del conflicto.
El viaje fue dramático. Julieta quería saber a dónde la llevaban y nadie le daba respuesta, hasta que en un momento pudo tomar su teléfono celular y empezar a transmitir en vivo en sus redes sociales, lo que motivó a los oficiales a deponer en parte su actitud.
Ya en la seccional, el subcomisario intentó secuestrar las pertenencias de la comunicadora. No era un procedimiento de rutina: lo que querían era tomar su teléfono celular y su cámara para borrar el material que había registrado durante la cruenta represión del viernes.
González, también abogada, apeló su conocimiento de leyes y a su fortaleza interna para evitar el secuestro de sus pertenencias. Finalmente, llegó su abogada y pudo entregarle sus cosas. Finalmente, estuvo detenida e incomunicada durante siete horas hasta que recuperó la libertad.
El viernes se registró el primero de tres días consecutivos de protestas en Formosa contra la decisión de volver a cerrar la capital en el marco de la pandemia de coronavirus. En su mayoría son comerciantes que no están dispuestos a volver a cerrar las persianas de sus locales. De hecho, durante el fin de semana la mayoría de ellos resistió la decisión y continuó trabajando con normalidad.
Ayer hubo más de cinco mil personas en las calles y varios dirigentes de la oposición llegaron a la provincia para participar de la protesta y velar por el respeto de los derechos humanos, otro de los puntos cuestionados de la gestión de la pandemia en la provincia de Insfrán.
El gobernador llegó este lunes a Buenos Aires para reunirse con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, quien este fin de semana reconoció estar preocupado por la violencia institucional en Formosa.
La trastienda política
Las imágenes sobre la violenta respuesta policial en el norte del país tuvieron su impacto en el seno del Gobierno que tuvo horas de desconcierto mientras evaluó cómo actuar frente a un dirigente de su propio espacio. La reacción de formoseños ante la vuelta a la fase 1 de la cuarentena -precedido por denuncias sobre manejos autoritarios y violatorios de los derechos humanos- provocó horas de silencio en Casa Rosada. El modo para armar la defensa de Insfrán requirió tiempo y nuevamente recayó en la justificación.
El texto de la Secretaría de Derechos Humanos apuntó a repudiar la represión en Formosa, pero se la atribuyó a “integrantes” de la policía provincial y no al Poder Ejecutivo local. Desde la secretaría dirigida por Horacio Pietragalla, un funcionario alineado con el kirchnerismo duro, se habló de “campaña de desprestigio” contra Insfrán, responsabilizando a medios de comunicación “hegemónicos” y al “uso político” que le dio al caso la oposición. El Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, compartió el comunicado y completó: “En momentos de angustia colectiva, tiene que primar la serenidad. La violencia nunca es el camino. Y mucho menos la violencia institucional”. En sintonía, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, habló de “un ensañamiento” con el Gobierno de Formosa, al que calificó como “inadmisible”.
El sábado habló Alberto Fernández. “Nos preocupa la violencia institucional, ya hemos expresado nuestro malestar por la forma en que se han desarrollado los actos que no compartimos en lo más mínimo”, expresó el Presidente sobre las protestas que derivaron en enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de la fuerza de seguridad quienes respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma. Además comentó que la situación la están analizando en Casa Rosada mientras mantienen el diálogo con el Gobierno provincial, pero aclaró que hasta ese momento no había hablado con Insfrán.
Insfrán desató un nuevo punto de conflicto y tensó aún más la relación entre el oficialismo y la oposición. La titular del PRO, Patricia Bullrich y los legisladores opositores Waldo Wolff y Ricardo Buryaile viajaron a Formosa en el marco de una “gira por la libertad”. “Insfrán es el modelo de tirano que avala el Presidente. Vamos a apoyarlos en esta lucha por los DDHH y el trabajo”, aseguró la ex ministra de Seguridad.
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