“Quiero ser el Hugo Moyano del sistema financiero”, confesó hace tres años Sergio Palazzo, el titular de la Asociación Bancaria, que tiene unos 80.000 afiliados. Ahora acaba de dar el primer paso para intentar quedarse con la representación sindical de más de 10.000 trabajadores de las fintech, las plataformas digitales que brindan servicios financieros: el Ministerio de Trabajo le otorgó la simple inscripción para desembarcar en esa actividad y evalúa el pedido de ampliación de la personería, que le permitiría a los bancarios disputar el encuadramiento de esos empleados, además de un mayor poder político y económico.
El de las fintech es un sector en ascenso e incluso creció más durante la pandemia porque en esta etapa se aceleró la digitalización: pasó de 133 empresas en 2018 a 268 en 2020. En ese rubro hay gigantes como Mercado Pago (una unidad de negocios de Mercado Libre), bancos digitales como Brubank, Rebanking y Wilobank, billeteras electrónicas como Modo, BIMO, BNA+, Cuenta DNI, TodoPago y VALEPei, y aplicaciones no bancarias para manejar dinero como Ualá, BenkoPay, Billetera País, BKR, Lemon Cash, Miiii, Moni, Naranja x, Pay per TIC, Plus Pagos, RapiPago, Resimple, xCoop y Yacaré, entre otras.
Fuentes del mercado de las fintech sostuvieron a Infobae que “seguramente la industria va a ejercer su derecho de protestar y todo se resolverá en la Justicia: ninguna de las compañías del sector es un banco, no toma depósitos de la gente para prestar dinero y su personal no tiene nada que ver con el bancario”.
“Que el Gobierno le haya dado la inscripción a Palazzo significa que lo apoya, pero las pretensiones sindicales muchas veces se chocan con la legalidad y las tienen que resolver los jueces”, advirtieron.
La irrupción del líder bancario en el mundo de las fintech para disputar los afiliados causa inquietud entre los empresarios de esta actividad: hoy, el encuadramiento de los trabajadores del sector está mayoritariamente en manos del Sindicato de Comercio, que lidera Armando Cavalieri y es considerado por los empleadores un dialoguista a ultranza, y algunos temen el avance de un dirigente de perfil más duro y enrolado en el gremialismo K como Palazzo, quien tiene en la mira a la empresa Mercado Libre.
En julio de 2019, en una entrevista con el diario Clarín, Palazzo fue muy directo: “Voy por Marcos Galperin, el dueño de Mercado Libre. Quiero que todos los trabajadores de las fintech se encuadren como trabajadores bancarios. Si están prestando servicios financieros, tienen que estar dentro de La Bancaria, y de nuestro convenio colectivo de trabajo”. “¿Cómo lo va a lograr?”, le preguntaron. Y el líder bancario contestó con honestidad brutal: “Por las buenas o por las malas. Quiero ser el Moyano del sistema financiero. No quiero sólo a los trabajadores de las fintech, también a los que trabajan en un supermercado o en una estación de servicio pero dando servicios financieros, ahora que el Banco Central habilitó esas operaciones”.
La inscripción aprobada por el Ministerio de Trabajo a la Asociación Bancaria es, más allá de las cuestiones formales o legales, una decisión política que despierta suspicacias: la compañía de Marcos Galperín suele ser demonizada por algunos referentes del kirchnerismo duro porque el exitoso empresario es un confeso votante de Mauricio Macri que se fue a vivir a Uruguay a fines de 2019 “harto de la Argentina”.
El sindicato de Palazzo aún espera que la cartera encabezada por Claudio Moroni apruebe el pedido de ampliación de la personería gremial. En una presentación efectuada el 4 de diciembre pasado ante la Dirección de Asociaciones Sindicales del Ministerio de Trabajo, la Bancaria argumenta que la personería N° 46 que le fue otorgada en 1946 “no refleja los avances que ha habido en el sector bancario-financiero, en forma palmaria, desde aquella época”, por lo que pide incorporar a su ámbito de actuación una serie de actividades financieras y afirma: “Queda claro que las actividades que desarrollan las fintech son exclusivamente bancarias, toda vez que ellas mismas se definen como la Banca del Futuro o la Banca Digital. Estas deberían ser incorporadas, sin más y en forma directa, a la personería de la Asociación Bancaria”.
¿Por qué es importante tener la personería? El modelo sindical argentino, acuñado por Juan Domingo Perón, consagró los derechos exclusivos para el sindicato único por rama de actividad a través del otorgamiento de la personería por parte del Estado a la organización gremial más representativa, a la que se le da una serie de derechos exclusivos conocidos como “el poder de lapicera”, es decir, la posibilidad de firmar los convenios colectivos en nombre de todos los trabajadores de la actividad o de administrar la obra social.
Si Trabajo le concediera a Palazzo su pedido, la Asociación Bancaria podría disputarle al Sindicato de Comercio el encuadramiento de los trabajadores de las fintech. Con la inscripción otorgada, en realidad, ya está en condiciones de intentar convencer a los empleados del sector de afiliarse a su gremio. Y cuando reúna una cantidad significativa de afiliados puede pedir una compulsa al Ministerio de Trabajo, que deberá cotejar el número de afiliados cotizantes con el sindicato que actualmente tiene la personería: el que tenga un 20% del total de trabajadores que pretende representar se quedará con el “premio” tan condiciado.
Hay quienes temen que el avance de Palazzo coincida con una ofensiva del Gobierno para debilitar a la compañía de Marcos Galperín y encuentran similitudes con la estrategia de los Moyano, cuando bloquearon el centro de distribución de Mercado Libre en La Matanza en reclamo del encuadramiento en el Sindicato de Camioneros de 1200 trabajadores afiliados al gremio de Carga y Descarga, de Daniel Vila.
En Mercado Pago se mostraron cautelosos ante la noticia de la inscripción de la Asociación Bancaria y aclararon a Infobae: “No somos un banco ni nuestros trabajadores hacen actividades bancarias. Nuestra actividad principal es la del comercio electrónico y por eso nuestros empleados están encuadrados desde hace mucho tiempo dentro del Sindicato de Comercio. Incluso el Banco Central determinó el año pasado que no somos un banco sino nos definió como Proveedores de Servicios de Pago (PSP) y dispuso una serie de regulaciones para las fintech que nos aleja de la intermediación financiera que caracteriza a un banco”.
La polémica por la representación gremial en las fintech, de todas formas, recién está por estallar. Hay muchos intereses en juego y más de 10.000 trabajadores que se convertirán en codiciadas piezas (o rehenes) de una pelea que causará cimbronazos entre funcionarios, políticos, empresarios y sindicalistas.
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