“Me ofrecieron la vacuna bajo la mesa y dije: ‘Jamás, prefiero morirme ahogada de COVID’”.
Eso dijo la intelectual Beatriz Sarlo por televisión días antes que se conociera la existencia del Vacunatorio VIP en el Ministerio de Salud de la Nación.
Luego de que el periodista Horacio Verbistky confesara que se había vacunado contra el coronavirus a partir de la ayuda de su amigo, el por entonces ministro de Salud, Ginés González García, se presentaron varias denuncias en los tribunales federales de Comodoro Py.
La jueza María Eugenia Capuchetti concentró varias denuncias y comenzó a investigar el caso junto al fiscal Eduardo Taiano, quien imputó en el caso a González García y a varios integrantes del Ministerio de Salud. En la segunda intervención de Taiano en el expediente, cuando amplió la lista de los imputados originales y fijó el objeto de la investigación pidió la declaración testimonial de Sarlo.
Cuando lo solicitó, Taiano pidió que Sarlo contara en el juzgado “cuándo, por qué medio y quién la habría contactado, y si tomó conocimiento de otros casos similares” para ofrecerle la vacuna. Según confirmaron a Infobae fuentes judiciales, Capuchetti le fijó fecha a Sarlo para el 10 de marzo próximo. El miércoles que viene Sarlo tendrá que presentarse en el tercer piso del edificio de Comodoro Py para declarar como testigo. Los testigos tienen la obligación de decir verdad.
En la causa ya declararon varios testigos que confirmaron la existencia del Vacunatorio VIP. Fue el director del Hospital Nacional Alejandro Posadas, Alberto Maceira, el primero en admitir que hubo dos procedimientos para vacunar gente recomendada desde el Ministerio de Salud. Algunos fueron al Posadas y se vacunaron allí, en cambio otros, como Verbitsky y los legisladores oficialistas Jorge Taiana y Eduardo Valdés, fueron vacunados en el ministerio de Salud. Maceira también explicó que varias dosis fueron llevadas desde el Posadas a la Quinta de Olivos para vacunar a los funcionarios cercanos al presidente Alberto Fernández, entre los que se encuentran el secretario de la Presidencia Julio Vitobello y el secretario de Medios, Juan Pablo Biondi.
Las dosis aplicadas en el Vacunatorio VIP, según los testigos, eran las asignadas al personal del Posadas que, hasta el 24 de febrero pasado, no había sido vacunado en su totalidad. Los testigos aseguraron que no hubo órdenes escritas y que las indicaciones para vacunar por fuera de los turnos que les correspondían a las personas recomendadas fueron dadas de manera telefónica.
María Elena Borda, jefa del servicio de medicina preventiva, Lucrecia Silvia Raffo, directora general de asistencia médica, y Graciela Beatriz Torales, coordinadora de atención de pacientes del hospital, también declararon como testigos en la causa. Y coincidieron con lo relatado por Maceira.
También declararon ante Capuchetti y Taiano un chofer, un enfermero –que fue el encargado de aplicar las vacunas– y una empleada administrativa, quien registró a los vacunados. Los tres coincidieron en describir cómo fue el viaje de las vacunas y el equipo al Posadas. Hasta ahora todas las declaraciones confirman la existencia del Vacunatorio VIP abastecido con dosis destinadas a los que trabajan en el Posadas.
Aún están pendientes de definición las fechas de otras declaraciones testimoniales de funcionarios del Ministerio de Salud que, según explicaron fuentes judiciales, se programarán para la semana que viene.
Consultada por el diario La Nación para que revelara cómo había sido el ofrecimiento de la vacuna, Sarlo explicó: “No lo voy a decir. Lo voy a contar si un fiscal me lo pregunta. Yo no voy a comenzar una denuncia y hablar es comenzar una denuncia. Si un fiscal toma eso, yo no tengo inconvenientes en pasar mis mails, en donde hay una respuesta mía, por ejemplo”. La cita con la jueza y el fiscal es el próximo miércoles.
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El director del Posadas reconoció la existencia del Vacunatorio VIP