Comenzó una nueva apertura de sesiones legislativas y, como sucede en cada año, no pueden faltar los cruces dialécticos y acusaciones entre el Presidente de la Nación y alguno de los legisladores de la oposición con respecto al contenido del discurso emitido.
En el mediodía de este lunes en el Congreso, el representante del arco opositor que comandó la confrontación verbal con Alberto Fernández y hasta con la vicepresidenta Cristina Kirchner fue el diputado nacional de Cambiemos Fernando Iglesias, quien durante la primera hora de discurso intervino en tres oportunidades para manifestar su malestar con lo escuchado o con lo que ocurría.
Incluso, ya pasados 20 minutos de discurso, el propio mandatario Alberto Fernández abandonó las líneas de su discurso escrito para dedicarle unas palabras de respuesta a las acusaciones.
La primera intervención de Iglesias se produjo ante la apertura oficial de la sesión, a cargo de Cristina Kirchner. Al notar que la vicepresidenta apareció en el recinto sin el barbijo puesto, el diputado opositor le gritó “Ponete el barbijo” y “Hacé cumplir la ley”. Cristina optó por no responder y continuar con el protocolo ceremonial previsto.
Así, Iglesias volvió a la carga una vez que Alberto Fernández ya había iniciado su discurso. Después de haber hecho un resumen de todas las medidas extraordinarias que el gobierno nacional debió asumir para hacer frente a la pandemia de coronavirus, el Presidente cerró su primera parte del discurso con un pedido de un aplauso de pie de todos los presentes en el recinto a aquellos que trabajaron en cada línea de batalla para evitar que el sistema sanitario y el económico colapsara ante la pandemia.
El Presidente pidió en su discurso: “Para todas las argentinas y todos los argentinos que han desplegado su corazón al servicio de los demás, les pido por favor que nos pongamos de pie y brindemos un sostenido aplauso para que se sienta nuestro reconocimiento a lo largo y ancho del país”.
Los presentes en el estrado, tanto como los que se ubicaban en las bancas y en las plateas se pusieron de pie y brindaron una ovación cerrada. Fue cuando se recuperó el silencio y cuando todos volvían a sentarse en sus sillas cuando Fernando Iglesias volvió a la carga y gritó un claro “Vacunalos...”, en lo que pareció una insinuación de crítica por lo ocurrido con el vacunatorio VIP del Ministerio de Salud que le costó el puesto a su ex titular, Ginés González García.
Sin embargo, el momento de mayor tensión de la parte inicial del discurso se produjo cuando Fernández hizo referencia a la gestión económica de su gobierno a lo largo del último año.
El mandatario tocaba el tema de la recuperación de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y aprovechaba, como ocurrió en varios pasajes del discurso, para deslizar críticas a la gestión de la presidencia de Mauricio Macri entre el 2015 y el 2019.
“La voluntad del país en su conjunto ha sido terminante. Es imperioso que todos afirmemos nuestro compromiso de no permitir nunca más que se genere un endeudamiento asfixiante a partir de la toma de créditos irresponsables”, leyó Fernández cuando Iglesias comenzó a interrumpirlo. No se pudo detectar con claridad cuáles fueron las palabras del legislador opositor.
El Presidente continuó, sin que el diputado nacional se callara: “Quiero agradecer muy especialmente el apoyo que recibí de líderes y lideresas de ese mundo para lograr ese objetivo. Y el apoyo que continúan dando para resolver otros desafíos pendientes…”.
Hasta que el Presidente pareció hartarse de las interrupciones, abandonó las hojas de su discurso y encaró directamente Iglesias: “Tuvo cuatro años para hablar, ¡¿por qué no me deja hablar a mí por favor?!”, afirmó el mandatario, mientras Cristina Kirchner le apoyaba una mano en su brazo izquierdo como intentando poner paños fríos en la situación. Luego, llegó la ovación de todo el arco oficialista.
Ya pasados varios minutos, hubo otro legislador opositor que también interrumpió el discurso del Presidente. En la instancia en que el mandatario hacía mención del escándalo ocurrido con las vacunaciones de privilegio, Waldo Wolff gritó: “¡Vacunar a los amigos es delito!”.
Así, el propio Wolff también intervino cuando Fernández deslizó una crítica a los periodistas “que, detrás de la objetividad, escriben preservando intereses de poderes económicos concentrados”. En ese momento, el legislador opositor sólo se dedicó a gritarle “Lázaro Báez”, en referencia a la reciente condena recibida por el empresario constructor muy ligado al matrimonio Kirchner.
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