Hace dos días, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, negó las acusaciones: dijo que no existe una privatización del plan de vacunación en la ciudad de Buenos Aires y advirtió que en su distrito no se libró un vacunatorio VIP, el escándalo de vacunados de privilegio que impulsó a salida del ministro de la cartera de salud nacional Ginés González García. Quirós volvió a expresarse sobre los resabios de ese suceso y sobre el proceso de vacunación en general.
Opinó que la provisión de vacunas viene “muy lenta”. Según el Monitor Público de Vacunación, el nuevo servicio del Ministerio de Salud de la Nación que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio nacional, ya fueron distribuidas 1.738.410 dosis de vacunas y 1.049.169 aplicadas. En el distrito porteño, Quirós se quejó al decir que el ritmo de vacunación es de 10 mil dosis por día. “Habíamos montado una infraestructura de vacunación que permitía vacunar a alrededor de 25 mil personas por día para lograr inocular a todo el grupo de riesgo en dos meses y nos encontramos que estamos vacunando a un ritmo de 10 mil dosis por día porque no tenemos más dosis para ir más rápido”.
“La llegada es lenta -reflexionó-. Aparentemente a mediados de marzo el ritmo de los embarques internacionales va a ser superior, pero no lo sabemos. Necesitamos tener cierta confirmación”. Consideró, en diálogo con María Laura Santillán y su equipo en el programa La Mañana de CNN, que de tener el doble o más del doble de vacunas disponibles, la velocidad del flujo de vacunación sería “perfecta”.
“Vamos etapa por etapa. Primero el personal de la salud, luego personas por edad, luego los trabajadores estratégicos, luego las personas de 18 a 59 años que tienen alguna enfermedad y últimos los funcionarios. No vamos a usar la vacuna de nadie hasta que no nos toque el turno al final de la fila”, había anticipado días atrás. Su principal crítica radica en la prioridad que tuvieron los grupos estratégicos antes de completar la vacunación de otras grupos de mayor riesgo.
“La definición de estratégico es amplia y conceptual. El punto más crítico es que en el plan estratégico es el cuarto grupo según la Nación. Más que discutir qué es un trabajador estratégico deberíamos decir que debe ir después de que se hayan vacunado todos los trabajadores de la salud y todos los mayores de edad. Si tenemos los seis grupos abiertos al mismo tiempo es imposible entender cuáles son las prioridades de esta campaña”, declaró.
El ministro porteño manifestó sus reparos sobre la ejecución del plan de vacunación nacional: “Hay cierta confusión en la ciudadanía sobre quiénes y en qué orden deben vacunarse. Eso no puede ocurrir. Hay un plan estratégico nacional que es bien claro y contundente y nosotros vamos implementado de manera apropiada y consecutiva para que sea claro el mensaje. Primero se vacunan los trabajadores de la salud, segundo se vacunan los mayores de edad, después de ellos se vacunan los grupos estratégicos, y luego las personas entre 18 y 59 años con enfermedad acompañante. Es muy importante que cada avión que venga, las vacunas se distribuyan en ese orden. Si cada uno va vacunando diferentes personas en cada distrito es muy difícil de explicar”.
Dijo que el diseño de distribución de vacunas no es el apropiado y expresó que su cartera exigió que los criterios de porcentajes de entrega de vacunas sean revisados: “Hasta el día de hoy, cada uno de los cargamentos de vacunas que recibimos representan la proporción de ciudadanos porteños en relación a la de ciudadanos del país; creemos que ese criterio puede ser técnicamente mejorado, porque las vacunas son para un grupo de riesgo particular, que en la Capital Federal está muy concentrado”. Y entregó, finalmente, una valoración sobre la confrontación: “No es una cuestión de política partidaria porque la grieta nos limita, nos degrada y no nos permite desarrollarnos como sociedad”.
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