El fiscal Eduardo Taiano debe decidir si amplía la lista de imputados y el objeto de la investigación judicial conocida con el nombre de Vacunatorio VIP. Así lo determinó la jueza María Eugenia Capuchetti la semana pasada luego de que se acumularan en su expediente otras seis denuncias presentadas en Comodoro Py sobre el mismo hecho.
La justicia investiga lo sucedido con el Vacunatorio VIP que se instaló en la sede del Ministerio de Salud de la Nación y contó con la asistencia médica de profesionales del Hospital Nacional Alejandro Posadas. El primer VIP en confesar que se había saltado el turno para vacunarse fue el periodista Horacio Verbitsky. A partir de sus dichos se realizaron varias denuncias.
La jueza Capuchetti fue designada en el juzgado 5 y además subroga el 6 que está vacante desde la renuncia de Rodolfo Canicoba Corral. Se presentaron varias denuncias por el vacunatorio que quedaron radicadas en esos dos juzgados. Una de ellas fue la del fiscal federal Guillermo Marijuán y otra la de legisladores de la oposición. La jueza acumuló en un solo expediente las primeras denuncias que entraron en esos juzgados y le dio intervención a Taiano.
El lunes pasado el fiscal -tal como lo adelantó Infobae- imputó al ex ministro de Salud Ginés González García y a su ex Jefe de Gabiente, Lisandro Bonelli. González García designó como abogado defensor a Martín Arias Duval, ex director de Migraciones durante la presidencia de Cristina Kirchner y conocido penalista que hace muchos años trabajó como secretario en el mismo juzgado de Comodoro Py donde está radicado el expediente. A Arias Duval se suma el abogado Federico Horacio Ramos. Ambos pertenecen al estudio del ex camarista que condenó a las Juntas, León Arslanian.
Luego de la imputación original se sumaron al expediente inicial otras seis denuncias que apuntaban a más responsables y que habían tocado por sorteo en los juzgados 4 y 8. Durante esta semana se produjo la acumulación de los expedientes y es por ello que Taiano debe realizar un nuevo requerimiento de instrucción. Las fuentes judiciales no descartan que se investigue también lo sucedido en el hospital Posadas.
Pero no solo por ello. En la causa se tomaron cuatro declaraciones testimoniales y a partir de los dichos de esas personas puede llegar a haber nuevos imputados. Los que declararon hasta ahora son el director del Hospital Posadas, Alberto Maceira y tres médicas que trabajan allí y tuvieron relación con las vacunas contra el coronavirus.
Maceira -tal como consignó Infobae no bien finalizó su declaración el martes pasado- admitió haber participado de la aplicación de vacunas a personajes VIP. Maceira relató -según fuentes judiciales- que había sido primero interventor y luego director del Posadas. Durante el macrismo presidió el Incucai y el Cucaiba, los organismos que se encargan de los trasplantes de órganos en la Nación y en la Provincia de Buenos Aires.
En su declaración aseguró que las primeras dosis recibidas en el Posadas estaban destinadas al personal de salud del hospital. Sin embargo recibió la orden verbal desde el Ministerio de Salud para vacunar a personal del Incucai y de la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias (DINESA) que depende del Ministerio que ahora encabeza Carla Vizzotti. Fue Marcelo Guillé, por entonces secretario privado de González García, quien lo llamó para que el 19 de febrero pasado fuera al Ministerio de Salud con diez dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Antes le había avisado que Verbitsky iba a ir al hospital para vacunarse. Pero Maceira temió que por el nivel de popularidad de Verbistky su presencia generara algún tipo de conflicto en el vacunatorio del Posadas. Fue hacia el Ministerio con diez dosis. Explicó que las vacunas –por cómo están envasadas- deben aplicarse de a cinco o de a múltiplos de ese número. Viajaron desde el Posadas hasta el Ministerio con un chofer, una enfermera y un administrativo. Dejaron el vehículo en el estacionamiento del costado del edificio y utilizaron el ingreso reservado para la máxima autoridad de Salud. Subieron por ascensor hasta llegar el segundo piso y entre dos despachos se montó el Vacunatorio VIP. Allí como ya se sabe se vacunaron Verbitsky, y los legisladores oficialistas Jorge Taiana y Eduardo Valdés entre otros.
El mismo día que declaró Maceira, también dio su testimonio María Elena Borda, jefa de Epidemiología y quien está a cargo del vacunatorio. Aseguró que el plan era vacunar primero al personal de salud y comenzaron la vacunación con los más expuestos. Eligieron a los médicos y enfermeros que tenían relación diaria con los pacientes con COVID.
Explicó que primero llegaron vacunas provistas por el Ministerio de Salud de la Nación y luego arribaron vacunas desde el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. La médica señaló que todas se destinaron al personal de salud y que al día de su declaración no había finalizado la vacunación del personal del hospital. Borda dijo que todas las órdenes para hacer funcionar el vacunatorio VIP fueron verbales. Nada se hizo por escrito.
Al día siguiente declararon ante Capuchetti y Taiano otras dos médicas del Posadas. Dieron su testimonio Graciela Beatriz Torales, coordinadora de atención de pacientes del Hospital Posadas, y Lucrecia Raffo, directora general de asistencia médica. Resaltaron que las primeras personas vacunadas fueron aquellas más expuestas al COVID: los que trabajan en emergencias, en terapia intensiva, y los que asisten a las personas con respiradores. Coincidieron en que hubo pedidos -que se concretaron- para vacunar a personal del Incucai y de la Dinesa y agregaron que también fue vacunado personal del Hospital Garrahan. Se enteraron de que habían ido al vacunatorio del Posadas el Canciller Felipe Solá, el Procurador del Tesoro Carlos Zannini y el embajador en Brasil, Daniel Scioli, entre otros.
Los médicos informaron que salieron del hospital otras dosis y personal para vacunar al presidente Alberto Fernández y sus colaboradores más cercanos. Fue en la Quinta de Olivos y algunos de vacunados en aquella ocasión fueron el secretario de la Presidencia Julio Vitobello y el secretario de Medios, Juan Pablo Biondi, entre otros.
Hasta ahora la jueza ordenó solo un procedimiento. El que realizo la división Delitos contra la Salud y Falsificación de Fármacos de la Policía Federal en el Ministerio de Salud de la Nación. Desde allí se llevaron el registro de los ingresos al ministerio, la nómina de los que trabajaban en la secretaría privada de González García, un listado de todo el personal del ministerio y las imágenes de las cámaras de seguridad.
El fiscal había solicitado -en la imputación inicial- que se hiciera un allanamiento en el Posadas. Pero luego de las declaraciones de los médicos del hospital se decidió no realizarlo. Es que los médicos que declararon aportaron toda la documentación que había en el hospital respecto de las vacunas contra el COVID. Está agregada al expediente una planilla de Excel con el registro de los vacunados hasta el 21 de febrero pasado. Además los médicos dejaron en el juzgado el material que registró el ingreso y salida de cada una de las vacunas asignadas al Posadas. Y una copia del registro nacional de vacunas Nomivac.
A la documentación de la causa se sumó todo lo recopilado en el expediente que abrió la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) luego de que se conociera la existencia del Vacunatorio VIP . La fiscalía encabezada por Sergio Rodríguez envió al juzgado de Capuchetti una copia de las actuaciones administrativas que se realizan en la PIA en la que volcaron toda la información obtenida hasta el viernes. La PIA también colabora en la investigación con la fiscalía de Taiano.
Las médicos que fueron a declarar como testigos en un caso donde se investiga cómo fue el sistema para saltear turnos de vacunación, contaron con pesar que recién el día de su declaración se estaba terminando de vacunar al personal de salud del Posadas. Sin embargo ya habían vacunado a varios VIP.
Los funcionarios judiciales que presenciaron las declaraciones notaron cierto “fastidio “por lo sucedido. Las tres médicas trabajan desde hace años en el Posadas, donde estuvieron toda la pandemia combatiendo al COVID, manifestaron su “disgusto” por la situación del vacunatorio VIP impuesto desde “arriba”. No podían desobedecer las órdenes y estaban “dolidas” por el daño que esto le puede generar al hospital.
Los que les tomaron declaración interpretaron sus dichos como una defensa de la institución pública donde trabajan, una especie de adaptación libre de la frase de Diego Maradona el día de su despedida del fútbol: “El Posadas no se mancha”.
Seguí leyendo