En medio del escándalo por el vacunatorio VIP que funcionaba dentro del Ministerio de Salud de la Nación y el Hospital Posadas, el actor Gerardo Romano intentó bajarle los decibeles a la situación comparando lo sucedido con un naufragio.
“Cuando en un barco vamos a los botes y dicen ‘primero las mujeres y los niños’ se está privilegiando a los más jóvenes porque los viejos ya han vivido”, ejemplificó Romano después de que trascendiera que que al Posadas arribaban a diario combis repletas de gente joven.
Así lo denunció Mirta Jaime, secretaria general de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop), quien aseguró que “venían con directivas del Ministerio de Salud”.
Incluso recordó que muchos de los trabajadores fueron llevados hasta el Ministerio de Salud para aplicar las dosis en una de las oficinas y otros tuvieron que visitar casa por casa a los “elegidos”, en su mayoría amigos del ex ministro Ginés González García y que no formaban parte de los grupos de riesgo.
Siguiendo con la comparación del naufragio, Romano insistió: “Es preferible que muera el más viejo y no el más joven si hay un lugar en el bote. Esto es un lugar en el bote también”.
Tras la revelación de que existió en el país un circuito de vacunación para “amigos del poder”, el gobierno nacional reveló que había inmunizado a funcionarios de primera línea de entre 32 y 38 años, con el argumento de que se trataba de personal “estratégico” que debía cumplir funciones esenciales para el Estado. Sin anunciarlo públicamente, las autoridades decidieron ponerlos delante de la fila para recibir las escasas dosis que llegaron desde Rusia.
Ahora, ¿este rango etario debe estar contemplado en una primera etapa de una campaña epidemiológica de inmunización como lo sugirió Gerardo Romano? Los especialistas consultados por Infobae fueron contundentes: “No es correcto vacunar primero a los más jóvenes”.
Incluso el director de la OMS había señalado que la prioridad debían ser los adultos mayores: “No está bien vacunar a jóvenes antes que a mayores”.
Consultado acerca de si le ofrecieron acceder a la vacuna de manera anticipada, Romano lo negó categóricamente y también aclaró que jamás recibió ninguna propuesta de trabajar en el Estado más allá de ser un ferviente militante kirchnerista.
“A mí no me ofrecieron vacunarme. Nunca me ofrecieron nada, ni un laburo, ni un curro, no me ofrecieron nada porque no acepto nada”, afirmó el actor de 74 años, que se dijo malhumorado pero respetuoso de las normas.
En ese sentido, aunque los justificó, también criticó con dureza a quienes integran el listado de vacunados VIP. “Es pésimo lo que hicieron. Yo no lo hubiera hecho jamás. Me hubiera muerto de vergüenza”, señaló.
Más allá de que se mostró enojado por lo sucedido, criticó el accionar de Juntos por el Cambio: “Censuro lo que pasó pero creo que la oposición se está encarnizada con el gobierno”. Y dijo que le encantaría que en Argentina se pueda lograr la convivencia entre los partidos políticos antagónicos, como ocurre en Uruguay, donde se encuentra.
“Toda la performance de un gobierno no puede ser reducida a una decisión errónea”, se lamentó Romano. Negó que el gobierno se haya robado las vacunas, como sostiene la oposición, pero admitió que se trató de una “falta de ética grave”.
Por último, el actor llamó “a cambiar este sistema de vacunación rápidamente porque está parado” y aseguró que “todavía no hemos visto lo peor de la historia porque no hemos llegado al invierno”.
El Plan Estratégico para la Vacunación contra el COVID-19 en la República Argentina, publicado por el Ministerio de Salud, fija las prioridades para la campaña. Por caso, estipula que en las primeras etapas se debe vacunar al personal de salud y a los adultos de más de 70 años; luego a los de entre 60 y 69 años y a personal estratégico (Fuerzas de Seguridad, Armadas, docentes, etc.). Hasta ahora, aunque no de modo completo, se vacunó a los profesionales del sector sanitario, se siguió con los mayores de 80 y se continuará con los docentes. En el medio, fueron vacunados muchos funcionarios, en algunos casos junto a sus familiares y amigos.
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