El vacunatorio “vip” que funcionó el 18 de febrero a metros del despacho de Ginés González García fue apenas el comienzo. También hubo desmanejos en el Hospital Posadas y hasta un “delivery” de vacunas a domicilio, como en el caso de la familia Duhalde. Pero el escándalo ya se desparrama por varias provincias y especialmente en territorio bonaerense. San Nicolás, al norte de la provincia de Buenos Aires, es uno de esos lugares. De esa ciudad son oriundos el ex ministro de Salud y su sobrino, Lisandro Bonelli. Nada es casualidad.
Tal como había adelantado Infobae este lunes, en el Hospital San Felipe de San Nicolás funcionó un vacunatorio paralelo bajo el mando de La Cámpora, aunque la ciudad es gobernada por un intendente de Juntos por el Cambio, Manuel Passaglia. No es una novedad. Los jefes comunales de la oposición vienen cuestionando hace tiempo que el plan de vacunación fue monopolizado por el gobierno de Axel Kicillof.
En San Nicolás, La Cámpora tuvo absoluta injerencia en la elección de las autoridades del hospital que ingresaron a comienzos de 2020: Pablo Gavazza, el director médico; Mauricio Campanella, subdirector; y Brenda Nusiari, una representante directa de la agrupación K. En todo ese proceso, hay una figura clave: Cecilia Comerio (38), ex senadora provincial en representación de la segunda sección electoral y actual administradora del puerto de San Nicolás.
Otro referente de la política local es Lisandro Bonelli, el ex jefe de gabinete de Ginés González García que tuvo que renunciar por el escándalo. Infobae reveló el lunes que varios de sus amigos de San Nicolás, que terminaron trabajando en el Ministerio de Salud, se habían vacunado. Se trata de Martín Sabignoso, que estaba a cargo de la Secretaría de Equidad del Ministerio; Facundo Dinoto y Marcelo Guille, una suerte de secretario privado todoterreno del ex ministro. En San Nicolás se los conoce como el “Grupo Regatas” porque frecuentaban el club que lleva ese nombre.
Horas después, sus nombres aparecieron en el listado de 70 vacunados en el Hospital Posadas que filtró el Gobierno de manera quirúrgica.
Bonelli mantiene un enfrentamiento con La Cámpora, y no tiene una buena relación con Comerio, aunque eso no le impedía tener injerencia en el manejo interno del hospital y con las vacunas. De hecho, por su rol en el Ministerio de Salud aportaba insumos y gestionaba otros requerimientos. Pese a la tensión permanente, Bonelli era un aliado político de La Cámpora: sus concejales, que ingresaron en la lista del Frente Renovador, votaron en muchas ocasiones junto a la agrupación K.
Desde que estalló el escándalo, en San Nicolás circula una lista de personas vacunadas al margen de los criterios sanitarios. Figuran periodistas locales, sindicalistas y hasta concejales. En ese contexto salió a hablar el periodista Pablo Humberto González, ahijado de Ginés González García, quien confirmó que había recibido la Sputnik V junto a su esposa, Miriam Achaval. Y hasta se dio el lujo de justificarlo: “Estuve a punto de morirme de covid-19, la pasé muy mal. Me anoté en el registro de 9 de enero, como todo el mundo, no falseé nada, no me puse como grupo de riesgo, tampoco soy (Carlos) Zannini que se puso como personal de salud”, dijo esta mañana en declaraciones a A24.
En realidad González (57 años) ya lo había contado en su programa de radio City, pero ante la magnitud del escándalo tuvo que volver a hablar. “Él tiene contacto con los directivos del hospital y con Cecilia Comerio. Puede haber conseguido la vacuna más allá de ser sobrino de Ginés”, explicó una fuente local.
Uno de los concejales que responden a Bonelli, Luciano Pastocchi, es otro de los apuntados, aunque en las últimas horas hizo circular una desmentida.
Pastocchi es amigo personal de Bonelli y estuvo a punto de emigrar al Ministerio de Salud. Finalmente se quedó en el Concejo Deliberante y fue el nexo ante cada ayuda que llegaba al hospital en plena pandemia.
El escándalo ya está en manos de la Justicia. La fiscal provincial Verónica Marcantonio decidió actuar de oficio a partir de publicaciones en los medios y el martes allanó el hospital con personal de la PFA. En ese procedimiento, incautaron registros en papel vinculados a la campaña de inmunización, pendrives y varias tarjetas con códigos QR.
¿Por qué no intervino la Justicia federal de San Nicolás? “Hablamos con la fiscalía federal porque entendíamos que puede llegar a ser un delito federal, pero ellos dijeron que no iban a intervenir porque no había nada hasta el momento, por eso iniciamos de oficio la investigación”, dijo Marcantonio al canal “Somos San Nicolás”. En esa misma entrevista, la fiscal sostuvo que ya se habrían detectado varios casos irregulares.
A partir de ese momento, dentro del hospital comenzó una caza de brujas que tiene repercusiones en toda la ciudad. El ahijado de Ginés no fue el único familiar del ex ministro que tuvo que salir a dar explicaciones. La madre de Lisandro Bonelli y hermana del ex ministro, Sara Marta González García, tuvo que salir a desmentir que se haya vacunado. “Tanto mi ex marido, Eduardo Bonelli, de 75 años, como yo, de 70 años, ambos pacientes de riesgo, aún no hemos recibido la vacuna contra el covid-19”, publicó en su cuenta de Facebook.
Consultado sobre el escándalo en San Nicolás, el gobernador Axel Kicillof dijo este mediodía que la Provincia “está investigando” y cuestionó las “irregularidades”. “Esto de vacunar fuera de la fila con y sin complicidad del funcionario... todos los casos hay que penalizarlos duramente para que no ocurran”, dijo en diálogo con A24. Al mismo tiempo, advirtió que el Estado no puede controlar a cada una de las personas que se vacunan: “Si la gente miente al completar la declaración jurada, no podemos controlarlo”.
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